Relaciones Humanas

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RELACIONES HUMANAS

Tema 2: “Relaciones Humanas”.
Hay varios niveles de relaciones humanas:
1.
Vínculos de apego: la establece el sujeto desde su nacimiento con los padres, especialmente con la madre. Los vínculos en estas relaciones son afectivos.
2.
Vínculos afectivos y sexuales que se dan en la atracción y el amor.
3.
Vínculos de tipo afectivo que se dan en la amistad.
4.
Vínculos cognitivos y afectivos que se dan en las relaciones profesionales.

Vínculos de apego.
El ser humano, desde que nace, empieza a buscar con quién relacionarse, y lo hará con personas cercanas a él. Suelen ser los padres (madre), que se convierten en las figuras de apego. Los vínculos de apego se producen desde el nacimiento.
En los primeros años de vida tienen poco que ver con las relaciones amistosas y amorosas. Se trata de relaciones íntimas, rítmicas y asimétricas, ya que son los padres los que ofrecen y dan seguridad al niño, quién aún no les corresponderá en la misma medida. Estas relaciones no guardan entonces el código de reciprocidad.
Estas primeras relaciones son importantes porque constituyen el primer nivel en el que el sujeto comienza a relacionarse con los otros.

Requisitos para ser considerado figura de apego:
Estar disponible: los niños tienen que ver en sus padres una capacidad de entrega. Esta disponibilidad ha de ser incluso sensorial.
Tienen que ser percibidos como una persona con capacidad para resolver todos los problemas que se le presenten al niño.
Estos requisitos responderán a las demandas de los niños, que habrán de ser escuchados, interpretados y respondidos con prontitud y coherencia.
En las relaciones, escuchar supone por una parte interpretar, y por otra responder.
Esto es una escucha activa (necesaria en toda relación humana).
Así, los niños se desarrollan teniendo el sentimiento de seguridad que los lleva a crear el sentimiento de pertenencia, obligatorio para su correcto desarrollo. Los niños que no establecen estos vínculos de apego en sus primeros años, tendrán problemas posteriormente en su vida adulta (inseguros, con miedo, con características negativas…) el entorno familiar le proporcionará esa seguridad.

En estos primeros años de su vida se configuran unos rasgos de la personalidad que son irreversibles. Las heridas afectivas son muy difíciles de curar.

Manifestación de los vínculos de apego.
Se manifiestan en los esfuerzos por mantener siempre la proximidad con la persona a la que se está vinculada.
Se manifiestan en el mantenimiento del contacto sensorial. Los niños necesitan mimos y caricias. El lenguaje sensorial es fundamental, ya que hace vivencial el clima emocional.

En las relaciones con el entorno más eficaces.
Ansiedad ante la separación, con sentimientos de abandono, de pérdida familiar.

Manual de Habilidades Directivas

Las conductas de apego se observan:
En llamadas de atención: lloros, sonrisas, gestos, vocalizaciones.
Contactos táctiles.
Vigilancia y seguimiento visual y auditivo de las figuras de apego
Conductas motoras de aproximación.
Necesidades que satisfacemos a través de los vínculos de apego. Generalmente son de tipo biológico y social.
Cuidados biológicos básicos: alimentación, temperatura adecuada.
Protección ante los peligros reales o imaginarios.
Un entorno rico que permita exploraciones variables.
Condiciones que le permitan jugar con objetos físicos, con adultos y con otros niños.
Posibilidad de establecer más relaciones afectivas y así poder establecer otros vínculos con otras personas de su entorno (tíos, vecinos, amigos…)
Estas son las necesidades que se satisfacen en los primeros años de vida. La seguridad que proporcionan los vínculos de apego permitirá a los niños evolucionar de forma correcta y crear un modelo mental absolutamente necesario para poder establecer relaciones sociales eficaces y un desarrollo adecuado de los sentimientos. Si ha habido problemas durante estos años, es imposible que tengamos buenas relaciones.

Los afectos son independientes del nivel económico y también a las cantidades. En la relación humana importa siempre la calidad.
Ese modelo mental construido por el niño es el que nos permite también un desarrollo adecuado de nuestros sentimientos. Necesitamos aprender a comunicarnos. En las relaciones de apego hay vínculos incondicionales que no aparecen de la misma forma en la amistad ni en lo profesional. Aprender a comunicarse se logra a través de la práctica. También se desarrolla la empatía (ponernos en el lugar del otro), el conocimiento social, y se aprende a aceptar las normas sociales.

Vínculos afectivos y sexuales.

Atracción interpersonal
La atracción interpersonal es un juicio de valor que una persona hace de otra. Siempre va acompañado de determinadas conductas tales como intentar estar cerca de ella, sentirnos felices compartiendo una situación, inferirnos que esa persona está dotada de características positivas.
¿Por qué nos atrae una persona? En esta cuestión radica la riqueza de las relaciones humanas. No hay criterios homogéneos, pero si existen explicaciones psicosociales.
Estas explicaciones tienen en común la búsqueda de consistencia cognitiva:
La Teoría del Equilibrio (Heider).
La Teoría de la disonancia cognitiva (Festinger).
La Teoría de la congruencia (Osgood).
Estas teorías intentan explicarnos porque nos sentimos atraídos por otras personas y coinciden en que todos intentamos mantener una coherencia entre nuestras actitudes y conductas. A través de esto explican la atracción interpersonal.
Nos atraen aquellas personas que participan de nuestras ideas, gustos,…porque sólo así se puede tener una relación equilibrada.
Otro principio para explicar este interrogante es el de las consecuencias que tienen las asociaciones y los refuerzos, que se toman como las
teorías del aprendizaje por condicionamiento clásico y operante.
Hay que recordar que el aprendizaje clásico decía que todo estímulo produce una respuesta y el operante, que las conductas del sujeto tienen unas consecuencias.
Así pues, según estas teorías, nos sentimos atraídos por personas con las que podemos realizar experiencias positivas, por aquellas que nos refuerzan positivamente, que nos
recompensan, en cambio, no nos sentiremos atraídos por esas otras que nos refuercen negativamente. A través de la asociación nos inclinamos por unas personas u otras.

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