Opinión de un neurocientífico

Sin valoraciones

1. ¿Qué es para ti la neuroeconomía?

Es un conjunto de conocimientos derivados de los estudios que lleva a cabo la neurociencia encaminados a dar explicaciones neurofuncionales al comportamiento económico. La conducta económica es muy compleja, puesto que se mueve dentro de la ambigüedad, la incertidumbre, el riesgo o la gratificación inmediata, lo que conlleva enormes dificultades a la hora de tomar una decisión. El estudio de esta dinámica cerebral será el objeto prioritario de la neuroeconomía. La neuroeconomía, pues, es una nueva disciplina que ha surgido de la multidisciplinariedad para dar respuesta a preguntas, cuestiones y problemas de la economía acerca de las cuales todavía no existe un consenso científico.

2. ¿Qué crees que puede aportar la neurociencia a la neuroeconomía?

Creo que lo más importante van a ser los conocimientos sobre el cerebro humano que la neurociencia ha ido recopilando durante años y años de estudios científicos. La impulsividad, los prejuicios, los sesgos cognitivos, etcétera, hacen que tomemos decisiones económicas no siempre racionales, tales como invertir en un negocio con alto riesgo en lugar de ahorrar dinero o pagar por un producto que deseamos con el dinero destinado a pagar los gastos de la casa. La neuroeconomía aportaría datos objetivos de cómo funciona y procesa la información económica el cerebro. Entre estos datos están la medición de la actividad cerebral, la conectividad cerebral entre diferentes regiones que daría lugar a los circuitos implicados en las decisiones económicas y las medidas objetivas de diferentes hormonas y neurotransmisores asociados con nuestro comportamiento. A pesar de que a la neurociencia le queda todavía mucho camino por recorrer, creo que el principal aporte que hará a la neuroeconomía va a ser el conocimiento de cómo funciona el cerebro cuando se toman decisiones económicas, viendo cómo valora la información el cerebro, cómo intenta calcular los riesgos o cómo pondera las recompensas inmediatas y futuras.

3. ¿Piensas que va a tener cabida la neuroeconomía dentro de las teorías económicas?

Sin lugar a dudas. Cada vez hay más estudios científicos sobre las relaciones entre el cerebro y la economía, aplicando de manera práctica a la economía todo lo que sabemos sobre el cerebro humano. Creo que los conocimientos multidisciplinares que ofrece la neuroeconomía tienen futuro, siempre y cuando se siga trabajando en conjunto para entender mejor el comportamiento económico del individuo, desde que percibe y valora la información hasta que toma la decisión. Creo que la neuroeconomía puede llegar a plantear nuevos modelos económicos que nos ayuden a entender lo que sucede en la realidad. Dentro de la neurociencia, de nada sirve que planteemos hipótesis sobre determinada área cerebral cuando luego nuestros pacientes no activan dicha área al realizar un función, ya sea cognitiva o motora, o acaban comportándose de otra forma. Tengo la esperanza de que cuando la neuroeconomía «madure», los conocimientos que ofrezca nos ayudarán a prevenir nuevas crisis económicas, aunque escapa a mi entendimiento actual cómo se podría lograr esto.

Vea nuestro curso de Neuroeconomia

 

Opinión de un Neurocientífico sobre la Neuroeconomía

  1. Comprensión de los Mecanismos Neuronales en la Toma de Decisiones:
    • Un neurocientífico ve en la neuroeconomía una oportunidad para investigar cómo diferentes áreas del cerebro contribuyen a procesos de toma de decisiones, especialmente en situaciones de incertidumbre, recompensa y riesgo. Este enfoque permite identificar las redes neuronales clave, como el circuito de recompensa(vinculado a la dopamina) y el papel de la corteza prefrontal en la planificación y el control cognitivo.
    • Desde este punto de vista, un neurocientífico podría valorar cómo la neuroeconomía proporciona un marco para estudiar los procesos neuronales subyacentes a comportamientos complejos, como la toma de riesgosen inversiones o la preferencia temporal (elegir entre recompensas inmediatas y futuras).
  2. Validez Científica del Enfoque Experimental:
    • La neuroeconomía combina enfoques experimentales neurocientíficos (como la resonancia magnética funcional o la estimulación magnética transcraneal) con estudios de comportamiento económico. Un neurocientífico podría elogiar esta metodología por ofrecer una forma de vincular datos objetivos del cerebro con teorías psicológicas y económicas sobre la toma de decisiones.
    • Sin embargo, también puede señalar la complejidad del cerebro humano y advertir que aún estamos lejos de comprender completamente cómo estos mecanismos neuronales interactúan para producir decisiones económicas en la vida real. Algunos estudios pueden ser considerados demasiado simplificados, al basarse en experimentos controlados en entornos de laboratorio que no siempre capturan la riqueza del comportamiento humano en contextos económicos reales.
  3. Contribuciones al Estudio de las Emociones y la Decisión Económica:
    • Un aspecto clave que fascina a los neurocientíficos es cómo la neuroeconomía ayuda a entender el papel de las emociones en las decisiones. La interacción entre sistemas emocionales, como la amígdala (implicada en el procesamiento del miedo y la recompensa), y la corteza prefrontal (asociada a la toma de decisiones racionales) es crucial para explicar por qué los humanos a veces eligen opciones emocionalmente impulsivas en lugar de decisiones calculadas o racionales.
    • Los neurocientíficos que estudian los circuitos de la recompensa y la aversión al riesgo pueden ver en la neuroeconomía una herramienta para desentrañar por qué ciertos contextos financieros o comerciales desencadenan reacciones emocionales que afectan las decisiones, lo que es de particular interés en la psicología económica.
  4. Neuroplasticidad y Decisiones Económicas:
    • La capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas experiencias y cambios en el entorno, conocida como neuroplasticidad, es otro tema de interés para los neurocientíficos. La neuroeconomía ofrece una perspectiva sobre cómo las experiencias económicas pasadas pueden modificar las redes neuronales y afectar el comportamiento futuro. Por ejemplo, cómo una persona que experimenta pérdidas financieras repetidas puede desarrollar una aversión al riesgo más marcada.
    • Un neurocientífico podría destacar cómo la neuroeconomía podría ayudar a descubrir cómo los patrones de comportamiento económico se consolidan a nivel neuronal con el tiempo y cómo la educación financiera o las intervenciones podrían reentrenar el cerebro para tomar decisiones más equilibradas.
  5. Críticas a la Aplicabilidad y Generalización:
    • Aunque la neuroeconomía ofrece perspectivas intrigantes, algunos neurocientíficos pueden ser críticos en cuanto a su generalización. Los experimentos de neuroeconomía suelen enfocarse en situaciones muy específicas (como juegos de recompensa o decisiones en entornos controlados), lo que puede no reflejar adecuadamente la complejidad del comportamiento económico en la vida cotidiana.
    • Además, algunos neurocientíficos pueden advertir sobre el riesgo de reduccionismo, es decir, simplificar en exceso el comportamiento económico humano a la actividad de ciertas áreas cerebrales sin considerar adecuadamente factores socioculturales, educativos o históricos.
  6. Aporte a la Comprensión Interdisciplinaria:
    • Un neurocientífico podría valorar cómo la neuroeconomía impulsa la colaboración interdisciplinaria. Al combinar la neurociencia con la economía y la psicología, se abre un campo de estudio donde las fronteras entre disciplinas se difuminan. Esto es particularmente importante para los neurocientíficos interesados en aplicaciones prácticas de sus hallazgos, como en la mejora de las políticas públicas, la optimización de mercados o el diseño de intervenciones conductuales más efectivas.
    • Desde una perspectiva neurocientífica, este enfoque permite un entendimiento más integral de cómo la biología del cerebro interactúa con las estructuras sociales y económicas que influyen en la vida diaria.
  7. Implicaciones Éticas:
    • Un neurocientífico también podría reflexionar sobre las implicaciones éticas del uso de los conocimientos de la neuroeconomía, particularmente en áreas como el marketing o la manipulación del comportamiento del consumidor. ¿Hasta qué punto es ético utilizar información sobre los mecanismos cerebrales para influir en las decisiones de las personas sin su pleno conocimiento? Este tipo de cuestiones, aunque más filosóficas, son también parte del debate dentro de la neurociencia aplicada.

Compártelo en tus redes

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on pinterest

Valore este curso

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumimos que estás de acuerdo. VER