MEDIDAS DE AUTO PROTECCIÓN

Sin valoraciones

Existe una máxima en socorrismo que dice: “Ningún socorrista muerto o herido es capaz de socorrer”  por lo que se debe hacer especial atención a la AUTOPROTECCIÓN en todos los casos de emergencias.

Prevención de lesiones músculo-esqueléticas:

Se atenderán las pautas de ergonomía y mecánica corporal indicadas anteriormente.

Manipulación de bolsas de orina

Se recomienda utilizar bolsas con válvula de vaciado, en caso contrario, si es preciso vaciarlas, se deberá utilizar prendas de protección contra salpicaduras que protejan el cuerpo, cara y manos.

Nunca se elevarán por encima del nivel de la vejiga.

Nunca se dejarán por los suelos.

Precauciones con usuarios con diarrea infecciosa, infecciones enterovirales, gastroenteritis, hepatitis A

Utilizar guantes de un solo uso

Realizarlo antes de realizar cualquier maniobra con el enfermo.

Utilizar bata ante la posibilidad de ensuciarse.

Uso de guantes

Generalmente de látex, siempre que podamos entrar en contacto con la sangre, líquidos corporales o mucosas del paciente.

Al igual que si tenemos arañazos o pequeñas heridas en las manos, también deberemos utilizar guantes.

Siempre que se manipulen objetos o superficies contaminadas con sangre o fluidos.

Siempre que se perforen, rompan o para atender a usuarios distintos, los guantes deben cambiarse.

Se usarán siempre durante la manipulación de material cortante o punzante.

Manual de Atención Socio-Sanitaria

ATENCIÓN ESPECIAL A LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

 

Al tratar con usuarios que en ocasiones presentan infecciones y/o enfermedades crónicas, los profesionales conviven a diario con multitud de microorganismos presentes en el ambiente del hogar. Por esta razón, y sin que necesariamente el propio trabajador desarrolle una enfermedad infecciosa, puede convertirse en un vehículo transmisor de microorganismos.

Para evitar esto se utilizan los métodos barrera (guantes, calzas, batas, etc.), que no sólo sirven para evitar el riesgo de infección y contagio de los propios trabajadores, sino también para prevenir el riesgo de transmisión de infecciones del personal a los usuarios de la institución.

Utilizar guantes desechables.

Proceder al lavado de manos antiséptico tras cada manipulación.

Emplear ropa de seguridad si es necesario (batas, calzas, gorros, gafas y mascarillas).

Usar protección ocular en caso de riesgo de salpicaduras.

Manipular cuidadosamente todo el material.

Clasificar y separar el material punzante y cortante del resto.

Disponer de suelos y calzado antideslizantes.

Evitar la mezcla de detergentes y desinfectantes.

Cumplir un reconocimiento médico anual por parte del servicio de medicina preventiva del centro o por el servicio de prevención de riesgos laborales.

Seguir una adecuada vacunación.

Mejorar las actitudes posturales:
Mejorar nuestra higiene postural significa:

 

  1. Tener una disposición y alcance adecuados de los elementos que nos rodean y utilizamos en la zona de trabajo. Hay que determinar la distancia óptima de manipulación en función de la mayor o menor altura de la persona.
  2. Adecuación de la altura de la superficie de trabajo según sea la naturaleza del mismo, el grado de precisión necesario y el requerimiento de la fuerza.
  3. Colocarnos correctamente, según cada ocasión y necesidad.
  4. Aprender a movernos convenientemente.
  5. Trabajar con seguridad, conocer gestos y posturas peligrosos. Reconocer la exigencia de cada tarea para poder determinar su duración, intensidad y dificultad.
  6. Prevenir problemas de salud.
  7. Economizar esfuerzos físicos.
Al levantar pesos:

Levantaremos pesos con las piernas, no con la espalda, poniéndonos de cuclillas y doblando las rodillas. Nunca nos agacharemos con las piernas rectas.

No debemos girar o inclinar el tronco mientras se levanta una carga pesada.

Evitamos daños sobre el disco y las articulaciones.

Evitaremos levantar o alcanzar objetos por encima de los hombros.

Cuando la carga sea pesada buscaremos ayuda.

Siempre es preferible empujar que arrastrar el objeto.

Mantener siempre los pies firmes y separados.

No realizar movimientos bruscos queriendo aprovechar la inercia del cuerpo.

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