Historia de la enfermería en Colombia

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Historia de la enfermería en Colombia

La historia de la enfermería en Colombia mantiene elementos similares a los que, en párrafos anteriores, hicieron referencia a la enfermería en el mundo. Es decir, se remonta a la presencia humana en sus territorios y se ha desarrollado a partir del trabajo de mujeres e influenciados por elementos religiosos. Sin embargo, las condiciones históricas, así como los hechos ocurridos, le otorgan una variación especial que amerita ser precisada, sobre todo, con el fin de ir aterrizando poco a poco en las dos experiencias que se trabajan en este libro. Además, contribuye con el propósito de este último, de constituirse en material de lectura para estudiantes e iniciados en el tema de la historia de la enfermería.

La diversidad cultural del país no puede pasar desapercibida en la historia del cuidado enfermero, sobre todo cuando esta última ha marcado considerablemente tanto la formación social de la población colombiana, como la configuración cultural actual. En ese sentido, la historia del cuidado enfermero es un proceso de largo aliento, sobre todo si procura el reconocimiento de la diversidad de saberes y prácticas realizadas en el marco de la diversidad del país. Este trabajo, solo intenta resaltar parte de las indagaciones que se encuentran pendientes en el campo de la historia del cuidado y no pretenderá incorporar reflexiones de esa índole, concentrándose únicamente en los hechos asociados a la enfermería profesional, no sin antes hacer un fugaz repaso de lo señalado por la literatura sobre el tema.

Ana Luisa Velandia (1995), en su libro titulado Historia de la Enfermería en Colombia, presenta una de las primeras publicaciones que expresan el gran esfuerzo de documentar el desarrollo histórico de la profesión en el país. Para ello, en primer lugar, expone las herencias que la profesión ha recibido por tradición, entre ellas la religiosa, femenina, militar y etnográfica, todas ellas con una amplia influencia en el desarrollo de la enfermería, tanto en términos de los elementos que impulsaron su desarrollo, como de los obstáculos que aún se mantienen vigentes y que se asocian con su quehacer profesional actual. De estas herencias, la religiosa y la femenina han sido objeto de indagación académica, pero permanecen amplios vacíos para la comprensión de la militar.

Frente a la herencia etnográfica existe, además del vacío, la incomprensión y falta de formulación de un nuevo paradigma, que sea incluyente y que abogue por una historia contada por múltiples voces, y que reconozca la diversidad cultural del país, así como los procesos de exclusión, marginación y discriminación que ha relegado a muchas poblaciones, tanto del panorama de representación de la nación y su historia, como del contexto académico enfermero, el cual, durante mucho tiempo no lo consideró como parte de sus sujetos de estudio. En las últimas décadas, el panorama ha cambiado, y se ha evidenciado el esfuerzo por generar aproximaciones a su comprensión. Esta nueva apertura de la enfermería a la diversidad, implica también un giro del estudio de la historia del cuidado enfermero, sobre todo en términos del reconocimiento de la participación que poblaciones indígenas, afrodescendientes y migrantes o extranjeros han realizado a la configuración del cuidado.

Colombia es también un país de regiones, cada una de ellas facilita también la aproximación a la comprensión de la formación social y cultural del país y, por ende, las pistas para comprender las dinámicas históricas del cuidado enfermero. En estas regiones, las dinámicas poblaciones fueron distintas, marcadas por los hechos históricos originados desde la era precolombina y la colonización, pero que tuvieron a las características geográficas y los procesos económicos como factores determinantes. El primero, por ejemplo, a partir de la diferencia geográfica marcada por la cordillera de los Andes, ríos como el Magdalena, Amazonas y Cauca, así como el mar Caribe y el Océano Pacífico contribuyeron en la consolidación de las regiones.

En el caso de la región norte, conocida como la región del Caribe colombiano, la ubicación cercana al mar Caribe, el río Magdalena y la Sierra Nevada de Santa Marta fue el determinante geográfico que influyó en su conformación. Los estudios arqueológicos la denominaron como parte del área intermedia, una especie de zona de paso, donde los cambios de clima (épocas de sequía y lluvia) no facilitaron la consolidación de una gran nación, pero permitieron que pequeñas poblaciones se desarrollaran a partir de la variedad de productos que le ofrecía la montaña, el mar, los ríos y las ciénagas. Sin embargo, en el período precolombino, alcanzaron a consolidarse poblaciones con un nivel de desarrollo considerable, como lo evidencian la intervención realizada al medio ambiente por parte de los zenúes y taironas, a través del sistema hidráulico y sistema de terrazas, respectivamente, así como el desarrollo de su alfarería y orfebrería, entre otros.

Por su parte, durante el proceso de colonización, la región Caribe fue la entrada de europeos colonizadores, lo que permitió la fundación de las primeras ciudades de tradición hispana en el país, como lo fueron Santa Marta (1525) y Cartagena (1533), desde las cuales, salieron las excursiones y planes de conquista del resto del continente. En este proceso, se dio inicio al exterminio de una cantidad considerable de la población nativa, así como la llegada de europeos y africanos traídos a la fuerza y obligados a trabajar como esclavos. De esta manera, los indígenas sobrevivientes, que habían huido a zonas alejadas como desiertos, montañas, pantanos y ribera de los ríos, como estrategia de supervivencia, poco a poco se fueron mezclando e incorporando a la población general, lo que desarrolló un proceso de transculturación complejo donde resulta difícil establecer las herencias en el marco cultural tan heterogéneo como el que se instauró a partir de la colonización. En ese sentido, la región conservó elementos tradicionales de las comunidades indígenas sobrevivientes, así como de poblaciones afrodescendientes fugadas y que vivieron al margen de la esclavitud, además del producto mezclado y las tradiciones europeas heredadas, constituyendo una confluencia compleja y diversa de experiencias humanas que han hecho parte del contexto en el que se ha desarrollado la historia del cuidado enfermero en el país.

En términos de la concepción tradicional de la historia de la enfermería, Velandia ha caracterizado su desarrollo a partir de etapas y tendencias. En la descripción que realiza, presenta el panorama enfermero a partir del contexto general de la situación de la salud, la educación, la mujer y la enfermería en sí misma, según cada período delimitado. Cada uno de estos elementos es vital para comprender cómo ha sido el desarrollo de la profesión, incluyendo la evolución del papel de la mujer en la sociedad. En ese sentido, el primer período, 1900-1934, dio lugar al nacimiento de la enfermería en el país (como profesión) desde experiencias que, como efecto colateral del pasado, han sido contadas a partir de un ambiente confuso que ha dificultado su construcción, pero que tiene dos iniciativas como protagonistas. Una de ellas es la Escuela de Enfermería del Hospital de Santa Clara en Cartagena y la segunda, la escuela de enfermeras y comadronas de la Universidad Nacional de Colombia ( Velandia, 1995; Serrano, 2012; Velandia, 2014).

Sin embargo, tanto el período como la afirmación que ubica a estas escuelas como parte del «origen” de la enfermería es susceptible de críticas, por la ruptura forzosa que presenta de los procesos históricos del cuidado que se venía realizando desde la labor de instituciones religiosas (Castro, 2011) y su aislamiento de la dinámica social alrededor de la salud, donde resultaba difícil aislarla de la medicina. Se puede considerar como parte del efecto metodológico que produjo al delimitar la temática y la necesidad de resaltar la génesis de una profesión de mayoría femenina, generalmente subordinada a la labor que, como la medicina, goza del estatus, reconocimiento social y tiene mucho peso en los estudios históricos.

En otras palabras, existe la necesidad de trascender la idea del «origen” de la profesión de la enfermería en Colombia, planteando en su lugar, una transición importante en el desarrollo histórico del cuidado enfermero colombiano. Esta transición muestra la conexión o continuidad de las prácticas sociales, la mayoría de ellas de índole religiosa, así como la manera en que se encontraba estrechamente vinculado con los aspectos médicos o de la salud. Todo esto dio lugar a un proceso paulatino en el que la enfermería se fue constituyendo en un área de conocimiento y, por lo tanto, los primeros pasos de un desarrollo disciplinar fundamentado en el cuidado del ser humano.

De igual forma, la transición mencionada, así como el proceso de inicio de la disciplina, tuvo en las experiencias de Cartagena y la Universidad Nacional de Colombia episodios importantes para la constitución de la profesión. De las dos iniciativas mencionadas, la experiencia de la Universidad Nacional de Colombia ha sido la más estudiada, y, más tarde se analizaron diferentes iniciativas de cursos y procesos educativos relacionados con la enfermería en diferentes ciudades del país, muchos de los cuales se tornaron difusos en el nebuloso panorama del pasado. De igual forma, el período estuvo marcado por lentos avances en el ámbito educativo y por amplias limitaciones en los derechos y reconocimientos de las mujeres.

La experiencia de la Universidad Nacional de Colombia ha sido la que mayor documentación histórica precisa, lo que la posiciona como la principal práctica educativa de enfermería en el país. Cuatro períodos han marcado su desarrollo, a partir de la Escuela de comadronas y enfermeras (1920-1937), la Escuela Nacional de Enfermeras (1937-1944), la Escuela Nacional Superior de Enfermeras (1944-1957) y la Facultad de Enfermería (1957-), de las cuales se detallan algunos aspectos de su desarrollo histórico (Serrano, 2012; Gómez,1991; Gómez, 1992).

La etapa 1935-1954, sostiene Velandia (1995; 2014), estuvo marcada por las experiencias educativas anteriores, de las cuales se desarrollaron una enfermería clínica y otra social. De igual forma, se desplegaron una serie de hechos que afectaron el mundo de la salud, muchos de las cuales estuvieron relacionados con la modernización del Estado colombiano y la influencia de factores externos como la Segunda Guerra Mundial y la política exterior estadounidense. La educación en el país sufrió cambios, entre ellos los relacionados con la educación femenina y la consolidación de la labor docente, la cual, tuvo repercusiones en el desarrollo de la enfermería.

La etapa 1955-1974 dio continuidad a los cambios políticos y sociales, en este caso, a partir del gobierno del general Rojas Pinilla, sobre todo por las medidas adoptadas en el ámbito educativo y de la salud. Se dio un aumento de la participación de la mujer en los servicios de salud, en su mayoría como auxiliares o ayudantes de enfermería y en menor proporción como jefes o supervisoras de servicio, así como actividades de orden administrativo (Velandia, 2014). Según Velandia (1995), durante esta etapa, se dieron los primeros productos de desarrollo científico de la profesión, como creación de licenciaturas, primeros posgrados, organizaciones como la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, Anec (primero en Bogotá en 1959, luego en el país en 1969), creación de la Asociación de Facultades de Enfermería (Acofaen) en 1968 y participación en Congresos internacionales.

La etapa 1975-1994 continuó con las tendencias de la etapa anterior tanto en el ámbito de la salud, como de la educación. Marcada por los cambios y la modernización de las instituciones del Estado, así como la generación de nuevos programas que influirían en el desarrollo de la enfermería. Esta etapa culminó en los inicios de los años noventa, con la aparición de la Ley 100 de 1993, la cual, abriría el camino al fortalecimiento del sector privado en la prestación de los servicios de salud. Frente a los avances científicos y los productos del quehacer educativo, a partir de los años ochenta empezaron a consolidarse las publicaciones periódicas de revistas científicas y eventos nacionales e internacionales. Entre las pioneras estuvieron la revista Avances en Enfermería de la Universidad Nacional (1982) y la revista Investigación y Educación en Enfermería (1984) de la Universidad de Antioquía.

El desarrollo histórico de la enfermería tuvo, por tanto, en el siglo XX, uno de los períodos más importantes para la consolidación del cuidado enfermero y más exactamente en lo concerniente a su profesionalización. Indiscutiblemente, su configuración no puede ser entendida aislada del contexto general, en el cual, la dinámica del mundo de la salud y la mujer, así como su relación con los aspectos religiosos y de la educación técnica y universitaria, fueron determinantes. Además, coyunturas del orden social, cultural y político marcaron el desarrollo histórico, a través del crecimiento poblacional en el país y el inicio de políticas dirigidas a establecer el control de la natalidad, para las cuales, la enfermería aportó un trabajo importante desde las estrategias de planificación familiar y promoción y prevención.

Durante la profesionalización de la enfermería se dio también un proceso de secularización. Es decir, el saber enfermero poco a poco dejó de fundamentarse en la experiencia religiosa y pasó a explicar los fenómenos y sustentar sus acciones bajo el amparo del saber científico, influenciado principalmente con la llegada de teorías de enfermería procedentes de Estados Unidos, donde las enfermeras habían comenzado a desarrollar las teorías del cuidado, con el fin de consolidar el posicionamiento de la profesión. Sin embargo, la herencia religiosa, como la denomina Velandia, todavía sigue marcando gran parte de las acciones que guían la labor enfermera, así como muchos otros elementos que surgidos en el pasado desempeñan un papel clave en la práctica profesional.

De acuerdo a lo anterior, la enfermería llegó a la década de los noventas como una disciplina reconocida y relativamente posicionada en el sector salud, pero su práctica profesional se ha desarrollado desde esos años cargando el peso de los hechos del pasado que no se han superado (mujer, religión y subordinación al oficio médico), pero de los cuales se observa un paulatino avance. De igual forma, en esta década se presentan una serie de cambios en la política pública y la normativa nacional que influirían notablemente en desarrollo de la profesión, tanto en la educación, como en la práctica profesional, relacionados con la puesta en marcha de la Constitución Política de 1991 y posteriormente la Ley 100 de 1993 y la ley 30 de 1993. Para el caso específico de la enfermería la ley 266 de 1996.

La Constitución Política de Colombia de 1991 abrió las puertas a un nuevo país, desde el punto de vista del Estado, el reconocimiento de la diversidad cultural y frente a hechos que, como el conflicto armado, se habían venido convirtiendo en grandes obstáculos para la nación. En términos generales, generó expectativas en todos los ámbitos, sin embargo, con la llegada de la política neoliberal y la Ley 100 de 1993, el panorama del mundo de la salud cambió. Dicha ley, desde su formulación presentó complicaciones que ocasionaron la crítica en torno a la poca participación del sector (Hernández, 2003). Durante su implementación generó una serie de protestas, así como reiteradas demandas (Velandia, 2011) que obligaron al pronunciamiento de la Corte Suprema y llevaron a la reforma que se estableció en la ley estatutaria 1751 de 2015.

Para Velandia (Velandia, 2011), la Ley 100 tuvo influencia en la práctica de enfermería. Según la autora, las mujeres resultaron más afectadas que los hombres, se dieron recortes de personal, aumento de trabajo, flexibilidad laboral, contratos por períodos cortos, cambio en el ambiente de trabajo, pasando del hospital a la comunidad. De igual forma, aumentó la carga de trabajo, hubo número insuficiente de enfermeras en comparación con la demanda, suministros escasos, bajos salarios, insatisfacción en el trabajo, especialmente en las enfermeras hospitalarias.

Esta situación, descrita brevemente, constituye para varios autores puntos de referencia, frente a las demandas que debe enfrentar la profesión y que definen su estado actual, como una profesión que debe continuar luchando por su estatus, independencia y autodeterminación; ampliar el uso de su amplio recurso teórico- conceptual y metodológico, e integrar movilizaciones sociales de la mano con sus principales agremiaciones, reconociendo que la tarea debe ser constante y comprometida (Durán, 1988; Castro, 2011; Velandia, 2011; Gómez-Bustamante, 2012; Gómez y Munar, 2009).

La historia de la enfermería de las últimas dos décadas no ha terminado de ser escrita. A pesar de su relativa cercanía, todavía están pendientes los análisis respectivos que den cuenta de los hechos desarrollados, muchos de los cuales, contribuirán a establecer un balance de la situación actual de la profesión, principalmente desde el punto de vista de las permanencias que a través del tiempo han contribuido a su identidad y constitución actual, así como los obstáculos y limitaciones que han podido ser superados para permitir la consolidación de la ciencia del cuidado en Colombia.

 

La historia de la enfermería en Colombia ha experimentado transformaciones significativas a lo largo del tiempo:

  1. Siglo XIX:
    • Durante el siglo XIX, la enfermería en Colombia estaba influenciada por las prácticas de las órdenes religiosas y las instituciones médicas. La formación de enfermeras se realizaba principalmente en el ámbito hospitalario y religioso.
  2. Década de 1930:
    • En la década de 1930, se establecieron las primeras escuelas de enfermería en Colombia. Estas instituciones proporcionaron una formación más estructurada para las enfermeras y contribuyeron al desarrollo de la profesión en el país.
  3. Década de 1940:
    • Durante esta década, se fundó la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia (ANEC). La ANEC ha desempeñado un papel importante en la representación y el desarrollo profesional de las enfermeras en el país.
  4. Década de 1960:
    • En la década de 1960, se estableció la Escuela Nacional de Salud Pública, que contribuyó a la formación de profesionales de la salud, incluyendo enfermeras, con un enfoque en la salud pública.
  5. Década de 1980:
    • En la década de 1980, se implementaron reformas en la educación de enfermería en Colombia. Hubo un aumento en la oferta de programas académicos, incluyendo programas de pregrado y postgrado.
  6. 1993:
    • Se promulgó la Ley 266 de 1993, que estableció el sistema de salud en Colombia y definió el rol de las enfermeras en la prestación de servicios de salud. Esta ley contribuyó a fortalecer la posición de las enfermeras en el sistema de salud del país.
  7. Década de 2000:
    • Durante esta década, se observó un crecimiento continuo en el número de programas de enfermería en instituciones de educación superior. La formación de enfermeras se diversificó para abordar las necesidades cambiantes en el campo de la salud.
  8. Década de 2010:
    • En esta década, la enfermería en Colombia ha continuado evolucionando para adaptarse a los avances en la atención de la salud y las demandas de la sociedad. Se han promovido iniciativas para mejorar la formación continua y la especialización de las enfermeras.

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