El éxito de una espuma depende en gran medida de las opciones que se tomen en cuanto a elección de sabor y la densidad o a determinar el uso que se le pretende dar. Las posibilidades son infinitas, por eso proponemos un método, para decidir que espumas se ajustan más a sus intenciones, desglosado en tres pasos.
Como hacer presentaciones eficaces
a. Elegir un sabor:
El sifón permite elaborar espumas de numerosos ingredientes, prácticamente de todas las familias de productos. Aun así, algunos ofrecen mejores resultados que otros.
Aceites Fermentos Licores y alcoholes
Aguas Flores Mermeladas
Algas Foie-gras Panes
Cacao Frutos secos Pescados
Carnes Frutas Quesos, leche
Caviar Frutas secas Salazones
Cereales Germinados Setas
Confitados Harinas Sueros
Conservas Hierbas aromáticas
Verduras
Crustáceos Huevos Vinagres
Embutidos Infusiones y cafés Zumos
Especias Legumbres secas
b. Concretar el uso:
La versatilidad de las espumas ha propiciado su introducción en cualquier elaboración que se beba o se coma.
o Cóctel.
o Aperitivo.
o Plato.
o Salsa.
o Guarnición.
o Postre.
c. Definir la densidad:
La densidad de las espumas dependerá de la formulación y del reposo, es decir, que por ejemplo una misma espuma con una grado mayor o menor de gelatina, grasa, claras o féculas será espesa, fluida o líquida además de en función del tiempo de reposo empleado.