¿Qué es una Cuenta de crédito?
Es un contrato de carácter mercantil en virtud del cual se concede un límite de disponibilidad de crédito en función de una garantía y según unas condiciones determinadas.
Su operativa es idéntica a la de una cuenta corriente, admite todo tipo de cargos y abonos, en el que la disponibilidad de fondos no puede sobrepasar el límite concedido. Puede formalizarse sobre una cuenta corriente ya existente.
Ventajas
Ofrece financiación flexible para hacer frente a las necesidades cambiantes de tesorería generadas por la actividad habitual del negocio.
Finalidad
Se destina a la financiación del circulante, como por ejemplo:
Financiación de stocks.
Financiación de compras.
Dotación de efectivo para cubrir necesidades de tesorería.
Cobertura de pagos imprevistos…
Características principales
1. Tipos de interés
Interés deudor: tipo de interés aplicado sobre el saldo dispuesto. Puede elegirse entre un tipo fijo y un tipo variable. Habitualmente, se referencia al EURIBOR a tres meses, revisable trimestralmente y coincidiendo con la liquidación de intereses.
Interés acreedor: es aquel que remunera los saldos positivos.
- Gastos asociados
Comisión de apertura y estudio: devenga en el momento de la formalización de la operación, cargándose automáticamente en la cuenta.
Corretaje de fedatario público: este gasto proviene de la intervención de la póliza por el corredor de comercio.
Comisión de disponibilidad: se calcula sobre el saldo medio no dispuesto y se liquida trimestralmente.
Plazo
Se trata de una operación que, por su finalidad, se formaliza a corto plazo, normalmente a un año.
3. Instrumentación y operativa
Se instrumenta en una póliza de cuenta de crédito, intervenida por fedatario mercantil.
El saldo inicial pasa a ser el límite de la póliza firmada.
El saldo varía en función de los cargos y abonos que se realicen en dicha cuenta.
En esta cuenta puede operarse de igual forma que en una cuenta corriente. Durante su periodo de vigencia pueden domiciliarse en ella todo tipo de pagos y abonos.
La liquidación de intereses se realiza trimestralmente.
Con respecto a la amortización, el capital se devuelve de una sola vez el último día de vigencia de la operación, aunque puede realizarse antes mediante abonos en la cuenta.