Colaboracion, equipos y CI de grupo I

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COLABORACIÓN, EQUIPOS Y CI DE GRUPO I

Y ahí precisamente radica la presión evolutiva que impone la necesidad de desarrollar un «cerebro pensante» que permita desenvolverse correctamente en este entramado de relaciones sociales. En el reino animal, sólo los mamíferos disponen de neocórtex y, en el caso de los primates —entre los que se incluye el ser humano—, la proporción existente entre el neocórtex y el volumen total del cerebro guarda una relación directa con el tamaño típico del grupo característico de cada especie. En el caso de los primeros humanos el tamaño del grupo oscilaba en torno a docenas o cientos de individuos, mientras que en el mundo empresarial de hoy lo hace en torno a miles de personas.

Desde este punto de vista, la inteligencia social emergió antes de que lo hiciera el pensamiento racional y, en consecuencia, las habilidades del razonamiento abstracto propio de la especie humana requieren la existencia de un neocórtex que originalmente apareció para habérselas con el mundo interpersonal inmediato. Pero el neocórtex evolucionó a partir de las estructuras más antiguas del cerebro emocional, como la amígdala , por ejemplo, y en este sentido está indisolublemente unido a los circuitos neurológicos de la emoción. Así pues, la interpretación de la dinámica grupal que realiza el neocórtex no puede dejar de lado las señales procedentes de la emoción. De hecho, cada acto mental de reconocimiento («esto es una silla», pongamos por caso), despierta una determinada reacción emocional en nosotros («… y no me gusta»).
Este mismo sistema cerebral nos permite saber al punto, por ejemplo, a quiénes de nuestros compañeros de ascensor debemos saludar y a quiénes no («parece que el jefe está hoy de mal humor y será mejor que no le diga nada») y también condiciona cada uno de los detalles de las relaciones de cooperación claves para la supervivencia en las empresas de hoy en día.
Hasta cuando nos limitamos a transmitir una información aparentemente neutra, los receptores neurológicos de los matices emocionales están registrando innumerables mensajes tácitos —como el tono de voz, las palabras elegidas, los detalles de la postura, los gestos y los ritmos— que son los que imponen el contexto emocional a esa información. Estas señales emocionales tienen el poder de aumentar o disminuir el interés del individuo y del grupo. La adecuada coordinación, pues, depende tanto de los canales emocionales tácitos como del contenido racional explícito de lo que se dice y lo que se hace.

Manual de Inteligencia Emocional

Las ventajas del trabajo en equipo: la mente del grupo

El mundo laboral de hoy en día se caracteriza por el hecho de que cada uno de nosotros dispone tan sólo de una parte de la información o experiencia que se requiere para llevar a cabo un determinado trabajo.
Así pues, la red o el equipo de personas a quienes debemos pedir información y experiencia es cada vez mayor y, de este modo, nunca como ahora hemos dependido tanto de la mente del grupo.
La inteligencia emocional es el lubricante que necesita la mente del grupo para pensar y actuar con eficacia ya que, por sí solos, el intelecto y las habilidades técnicas no convierten a las personas en miembros relevantes de un equipo.
Otra de las debilidades mostradas por los equipos integrados por personas que poseen un elevado cociente intelectual es que todos sus miembros optan por el mismo tipo de tarea, aplicar sus habilidades críticas a los aspectos intelectualmente más atractivos, cayendo entonces fácilmente en interminables análisis y contraanálisis. En esos grupos nadie se preocupa por la planificación, la recopilación, el intercambio de información práctica, el registro de lo que va aprendiéndose o la coordinación de un plan de acción, facetas todas ellas.

ESTABLECER VÍNCULOS
Forjar relaciones instrumentales.
Las personas dotadas de esta competencia:
• Cultivan y mantienen amplias redes informales.
• Crean relaciones mutuamente provechosas.
• Establecen y mantienen el rapport.
• Crean y consolidan la amistad personal con las personas de su entorno laboral.

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