Altruismo

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Conductas Pro Sociales. Altruismo

 

 

Se entiende como conducta pro social aquellos comportamientos que realizan las personas y que causan beneficios a otra. Las causas de estas conductas son las siguientes:

  • Para poder demostrar nuestra propia competencia.
  • Para esperar una reciprocidad.
  • Por un sentimiento de culpa.
  • Para evitar el aislamiento, el dolor.

El altruismo es la conducta pro social más destacada porque beneficia a otros, es voluntaria y no espera ninguna recompensa del otro. Supone generalmente más coste para el sujeto que beneficios.

En el altruismo, aunque no se espera nada, siempre se obtiene un beneficio: la satisfacción de ayudar. En la convivencia continua han de darse muchas conductas altruistas.

La psicología se basa en la historia del pensamiento y estudia las diversas teorías que hablan del comportamiento humano:

Teoría representada por la filosofía de Confucio.

Según el pensamiento de Rousseau y Schopenhauer, esta primera teoría parte de que el hombre es bueno por naturaleza y presenta sentimientos de simpatía y de humildad, estando preparado por eso para realizar conductas pro sociales, es decir, para trabajar por los demás.

Teoría de Kant (“Razón”).

Lo más importante de esta teoría es que se basa en el predominio de la razón. El hombre actúa de forma altruista de acuerdo a un imperativo racional. No se comparte el principio anterior. El hombre tiene sentimientos positivos y negativos y es la razón la que dice que es mejor actuar pro socialmente, ya que se favorece la vida de la sociedad.

Teoría del pensamiento de Hobbes.

Es opuesta a la primera, ya que dice que el hombre no es bueno por naturaleza. Según esta teoría, la moralidad se funda en el egoísmo, en el amor propio. Los hombres son originalmente egoístas y precisan de controles sociales para dirigir sus conductas hacia otros aspectos que beneficien a otras personas.

Mientras en la primera y en la segunda teorías se entiende el altruismo propio de la naturaleza humana, en esta tercera se afirma que nos mueve únicamente el interés propio.

 

Teorías psicológicas que estudian el altruismo.

Psicoanálisis de Freud.

Según Freud no existe motivaciones altruistas, sino que el ser humano actúa en beneficio propio, aprendiendo que para ese beneficio debe realizar conductas pro sociales.

  • Ello se rige por el principio del placer.
  • Yo se rige por el principio de la realidad.
  • Súper-Yo se rige por el principio del deber.

Los psicoanalistas dicen que el ser humano viene al mundo egoísta e intenta satisfacer sus necesidades buscando obtener el placer (ello).

Después aparece el Yo, que le pone en conocimiento de la realidad y que le dice que cosas puede y no puede hacer.

El Súper-Yo le dirá lo que debe hacer y lo que no debe hacer. Aparece en el individuo a los 5 años, representado por los agentes socializadores.

El Yo tiene que nivelar las luchas entre lo que quiere (Ello) y lo que debe (Súper-Yo) para lograr el equilibrio emocional.

Teorías del aprendizaje: estas teorías intentas explicar cómo los sujetos aprenden a comportarse.

Por condicionamiento operante

La persona realiza conductas seguidas de los refuerzos (K). Todas nuestras conductas tienen unas consecuencias y en función de si éstas son positivas o negativas, la persona aprenderá a ser altruista o no social.

Esta teoría se basa en la de Kant, ya que será la propia razón la que lleva al sujeto a comportarse de forma que tenga las mejores consecuencias (positivas). También se parece a la de Hobbes porque el sujeto siempre intenta obtener la máxima satisfacción. La razón y el propio interés pueden coincidir.

 

Por imitación

Representado por la psicología social de Bandura, afirma que tomamos como modelos a personas que nos rodean e imitamos sus conductas. Aprendemos a realizar conductas pro sociales si en nuestro contexto social existen personas que actúen de forma altruista a las que tomemos como modelos.

Esta teoría también se basa en la de Kant porque es la razón la que nos lleva a elegir unos modelos, y en la de la gratificación. Encuentra un propio interés porque si no, cambiaría de modelo.

Teoría del enfoque cognitivo

Es la más actual y trata de estudiar las conductas altruistas centrándose en la teoría de Kant. Considera que se tienen conductas altruistas cuando el sujeto tiene un razonamiento moral.

Su razonamiento moral le lleva a actuar de forma altruista. Este razonamiento evoluciona con la edad igual que la capacidad intelectual.

El máximo representante del razonamiento moral es Kohlberg, que investiga sus fases, su evolución y habla de tres niveles distintos:

  • Nivel pre convencional: donde la moralidad es externa al sujeto y coincide con las primeras etapas del desarrollo humano. Hasta los siete años son los agentes socializadores los que le dicen al niño lo que está bien o mal desde el punto de vista moral. El hombre actúa buscando el éxito o esquivando el fracaso.
  • Nivel convencional: el sujeto llega al convencimiento de que es mejor realizar determinados comportamientos y que es necesario realizar conductas que beneficien a los otros, porque los otros también realizan conductas que me benefician a mí.
  • Nivel pos convencional: el sujeto puede llegar a elaborar principios propios de valor universal que están más allá de sus propios intereses individuales.

En este tercer nivel es cuando se realizan auténticas conductas altruistas.

Aquí ya no existe conflicto dentro del sujeto porque ha sido él quien ha construido esos principios universales que están por encima de la norma.

El razonamiento moral existe en la persona como una capacidad que evoluciona con la edad y solamente seremos personas altruistas si llegamos al tercer nivel y descubrimos que hay razones de valor universal que nos llevan a actuar de esa manera.

Predictores de la conducta altruista, que se clasifican en tres niveles:

Primer nivel: Factores motivacionales (2).

Factores motivacionales afectivos: Nos basamos en la empatía, es decir, en la capacidad de reconocer y conectar (sentir y compartir) los sentimientos de otra persona. Podemos diferenciar dos tipos de empatía:

Empatía disposicional.

Capacidad de sentir con los otros, como rasgo estable en nuestra conducta.

Sujetos de alta empatía disposicional. Sujetos de baja empatía disposicional.

Percibe más lo hechos desde el punto de Percibe los hechos sólo desde un único punto

vista del otro. de vista.

Es más probable la aparición de conductas Es menos probable que aparezcan conductas

que ayuden a los demás (empáticas). que ayuden a los demás.

Están más motivados para ayudar. Están menos motivados para ayudar a los demás.

Empatía situacional

No se refiere a un rasgo estable en la conducta, sino a un mayor o menor grado de experiencia emocional que una persona tiene en una situación concreta. La empatía favorece las conductas pro sociales y beneficia a los demás y a uno mismo.

Ventajas de la Empatía. Inconvenientes de la Empatía.

-Se sabe ayudar a los demás. -Es más difícil tener amigos.

-Se comparte lo bueno y lo malo con los otros. -Los demás no nos pedirán ayuda.

-Sabemos ser amigos. -Es bastante probable que sean rechazados por otros.

-Los demás nos estiman y nos quieren más. -Uno resulta distante, frío y poco agradable para

los demás.

Además de la Empatía se dan otros factores:

  • La satisfacción, que es el sentimiento de bienestar personal que el sujeto experimenta cuando realiza conductas que cree que debe realizar.
  • El orgullo, que es el sentimiento de competencia de capacidad.
  • Sentimiento de culpa o vergüenza, por el que el sujeto necesita reparar su propia imagen, y para ello tiene que realizar conductas pro sociales o de ayuda.

Factores motivacionales cognitivos: Normas morales y de conducta que pretenden regular que elementos favorecen las conductas altruistas y reales. Los hay de tres tipos:

 

Reciprocidad

Si nosotros vivimos en una sociedad, es lógico que prestemos ayuda a aquellos que nos la ofrecen. La reciprocidad es una exigencia que el sujeto conoce a través del razonamiento moral, es un aprendizaje necesario para que se den conductas pro sociales.

Justicia

Los individuos debemos mantener un balance equitativo entre las aportaciones que uno hace y las repercusiones que tenemos. Es un factor egoísta (si yo doy se me tiene que recompensar) que busca un reconocimiento.

 

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