3 a 6 años I

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3 A 6 AÑOS I

58. Adapta el enfoque de la educación que impartes a tu hijo a su temperamento y características particulares. El temperamento es la forma en que tu hijo responde e interactúa con la gente, materiales y situaciones de su mundo. Las diferencias en temperamentos en los bebés pueden ser notorias desde los 4 meses de edad. Aunque algunos estudios indican que las características particulares de cada temperamento sólo varían ligeramente a lo largo de la vida, los papás pueden ayudar a sus hijos a moldear su temperamento a su vida. Thomas y Chess fueron los principales investigadores en esta área clasificaron a la gente en 9 categorías de acuerdo a lo siguiente: nivel de actividad, forma de acercamiento y retiro, humor, ritmo, persistencia, nivel de concentración/atención, adaptabilidad, límites,
intensidad y grado de distracción. Además de analizar cómo encaja tu hijo en cada una de dichas categorías, analiza si tu hijo es introvertido o extrovertido. El tipo de personalidad también influye en cómo tu hijo aprende y lidia con su entorno.

59. Comprende que la rivalidad entre hermanos es natural, especialmente cuando se integra un bebé a la familia. Por favor evita comparar a tus hijos. Es muy importante ver a cada niño como único, con su propia personalidad, fortalezas y retos. Trata de pasar un tiempo a solas con cada uno de tus hijos cada día. Enséñales a tus hijos a colaborar. Pon un alto a cualquier comportamiento agresivo pero no asumas que sabes quién tiene la culpa cuando una disputa surja. Ayuda a tus hijos a salir de sus conflictos para que ellos aprendan a marcar y pedir su propio espacio, a tomar turnos y a hablar de lo que los hiere o lastima. Esto les ayudará también para ponerle nombres a sus emociones y para definir su realidad interna. Invita a tus hijos a solucionar sus propios problemas y a proponer posibles soluciones.

60. Dales amor incondicional y evita los premios y castigos. El autoestima de tu hijo se verá beneficiado por la expresión de tu agradecimiento y apreciación de su conducta productiva, sus actividades y trabajo. Tu hijo también aprenderá de los comentarios que hagas sobre las consecuencias naturales de sus acciones. Procura no hablar con otros sobre él cuando él está presente y escuchando. Asimismo,
permítele a tu hijo responder las preguntas que otros le hacen directamente a él así como a contribuir en la conversación que esté sucediendo frente de él; confía en su proceso interno.

Manual del metodo Montessori

61. Continúa estableciendo límites y estructura. De acuerdo a lo mencionado con anterioridad, el niño debe tener una entendimiento claro, consistente y apropiado sobre las expectativas, reglas y la forma de cumplimiento de los límites para sentirse seguro. Asegúrate de advertir a tu hijo un poco antes de que las cosas sucedan, de lo que va a suceder así como de las posibles consecuencias que tendrán lugar en
caso de ciertos comportamientos. Cuando el niño no cumple con los límites y reglas, se le deberán de dar pocas opciones sobre cómo proceder y deberás tomar una postura firme pero amable sobre las consecuencias. Por ejemplo, si vas a llevar a tu hijo a la escuela, avísale unos minutos antes de llegar que pronto van a llegar a la escuela y se deberá bajar del coche. Sí pone resistencia dile que tiene 2 opciones: se baja él solo o alguien lo va a ayudar a bajar; sí tu o algún otro adulto van a ayudarlo a bajar del coche, háganlo con cuidado y paciencia. Al recogerlo de la escuela, habla con él sobre lo sucedido esa mañana y pídele que piense en una posible solución para cuando se repita dicha situación. Comprende que tu hijo va a poner a prueba los límites, es natural, y trata de no tomártelo personal. Conforme tu hijo crece y se desarrolla, busca la forma de hacer que las reglas y las consecuencias evolucionen con él.

62. Ofrece más libertad con mayor responsabilidad. Conforme las habilidades motoras de tu hijo se desarrollan y le permiten mayor participación en la vida cotidiana, poco a poco ofrécele más libertad. Hazle notar que con dicha libertad también viene mayor responsabilidad. Por ejemplo, cuando creas que tu hijo ya está listo para cortar un plátano con un cuchillo, muéstrale cómo hacerlo y enfatiza que el cuchillo se usa cuidadosamente y sólo para cortar el plátano cuando él está con un adulto.                     Si notas que no está siendo cuidadoso, guarda todo y dile que lo van a tratar en otra ocasión. Cuando se le da libertad, se le da también la oportunidad de tomar decisiones; esto es muy importante en el desarrollo de su intelecto.

63. Establece en tu casa una serie de principios o reglas explícitas. Muchos tenemos reglas implícitas y nos acostumbramos a ellas, sin embargo, los niños no siempre se dan cuenta de su existencia y al incumplir con ellas, son castigados. Lo mejor que puedes hacer para que exista armonía y respeto en casa es hablar de lo que está permitido y lo que no está permitido. Si tu hijo quiere entender el porqué de alguna regla, explícaselo; si esperas que cumpla con algo, es más probable que lo haga si lo
entiende.

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