En el ámbito domiciliario humanizar la ayuda se refiere a hacer humana la asistencia, en todas las esferas de la persona, y no quedarse simplemente en la dimensión técnica de la atención.
El profesional debe aplicar una serie de técnicas que permiten humanizar la asistencia. Además de emplearlas en el trabajo e interacciones cotidianas, debe ser capaz de transmitirlas y enseñarlas a las personas usuarias y sus familiares. Entre ellas:
Empatía
Ponerse en el lugar de la persona y/o su familia. Detrás del comportamiento de cada persona siempre hay una razón, un miedo, una frustración, una dificultad. Es importante ponerse en el lugar de la persona, meterse en su piel, acercarse desde el punto de vista emocional al modo en el que está viviendo la situación: cómo le afecta, que supone para él/ella, cómo se siente…
Escucha activa
No sólo consiste en captar y comprender las palabras que se dicen, sino prestar atención a los sentimientos. Es escuchar a través del lenguaje verbal y no verbal (silencios, gestos, miradas…, dan pistas de determinados estados emocionales). Significa escuchar y atender y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla.
La escucha activa implica:
– No interrumpir.
– Mirar a los ojos.
– Tener actitud y postura de disponibilidad, sin sensación de tener prisa.
– Sentarse al lado.
– No distraerse.
– Dar señales de que se está escuchando.
– No juzgar ni hacer gestos de valoración, aunque las manifestaciones sean de irritabilidad o indiquen una crítica.
– No ofrecer ayuda ni soluciones prematuras.
– No rechazar lo que el otro esté sintiendo, por ejemplo: “no te preocupes, eso no es nada”.
– No contar la “propia historia” cuando el otro necesita hablar.
– No utilizar contraargumentos. Por ejemplo, la persona dice “estoy cansado” y responderle “y yo también”.
– Evitar el “síndrome del experto”: ya tienes las respuestas al problema de la otra persona antes incluso de que haya contado apenas lo que le pasa.
Expresión de la emoción: Drenar emociones, cuando éstas son vivencialmente intensas es absolutamente necesario y terapéutico. Su represión conduce a la acumulación de tensión que aumenta innecesariamente el malestar emocional. La expresión en el clima adecuado, por el contrario, facilita la relajación.
Evitación de mensajes impositivos:
Tiene que … , debe de… La imposición genera actitudes contrarias a las que se persigue, es más útil sugerir.
Refuerzo:
Las sensaciones positivas son necesarias para contrarrestar las dificultades personales. Reconocer las buenas actuaciones, comprender las malas, en la persona atendida.
Asertividad:
Es fundamental para poder comunicarse, expresar los sentimientos, inquietudes, aspiraciones,… sin provocar rechazo en la otra persona. Las claves de la comunicación asertiva:
– Expresar las intenciones de forma directa, pero relajada, dirigiéndose al interlocutor por su nombre y haciéndole partícipe.
– Es importante mantener el contacto visual con nuestro interlocutor y la cercanía, pero sin invadir su terreno.
– Es imprescindible defender las propias opiniones y puntos de vista, sin dejar de respetar a la otra persona.
Manual de Atención Socio-Sanitaria
DINÁMICA DE LA RELACIÓN DE AYUDA: ADAPTACIÓN, DIFICULTADES, LÍMITES Y PREVENCIÓN DE RIESGOS PSICOLÓGICOS
Se entiende por relación de ayuda un intercambio humano y personal entre dos seres humanos. En este intercambio, uno de los interlocutores (en nuestro caso el profesional de atención domiciliaria) captará las necesidades del otro (la persona usuaria), con el fin de ayudarle a descubrir otras posibilidades de percibir, aceptar y hacer frente a su situación actual.
La relación de ayuda busca cambios en la conducta de la persona, persiguiendo modificaciones que sean importantes para ella. Para lograr cambios duraderos, el impulso tiene que venir de dentro.
En el caso de personas dependientes, los cambios buscados pueden traducirse en una actitud positiva ante la enfermedad y las situaciones de dependencia, ayudando a integrar la experiencia en su propia vivencia, aceptando los límites, ayudando a aclarar aquellas situaciones que provocan miedo y sufrimiento, resolviendo los conflictos que pueden surgir en la persona, animando a luchar contra la enfermedad y no abandonarse a ella.
Podemos distinguir varias etapas en la dinámica de la relación de ayuda:
Configuración del encuentro personal: acogida y orientación.
Esta fase se refiere a la recepción adecuada del usuario tanto en el ámbito físico como psicológico. Así en el ámbito físico se dan las características que debe tener el espacio físico, al igual que el aspecto, expresión, etc. que debe tener el profesional para mostrar una sensación de acogida a la persona usuaria. En el ámbito psicológico se vuelve a hacer hincapié en la empatía, disponibilidad, etc. que debe mostrar el profesional.
Exposición, clarificación e identificación del problema.
El objetivo último de esta fase es definir el problema. Para ello es necesario que el profesional ponga en práctica la empatía, escucha activa, respeto, así como saber ayudar a la persona usuaria a concretarse en su problema y a comprometerse y responsabilizarse del tratamiento terapéutico. Conviene también analizar las actitudes tanto positivas como negativas que puede mostrar la persona usuaria durante esta fase.
Confrontación y reestructuración del problema.
El profesional debe ayudar a la persona usuaria a cambiar su visión del problema y ver en esta nueva visión perspectivas de solución, debe concienciar a la persona de que es la responsable de sus experiencias y vivencias, debe enseñarle a aceptar que existen problemas que no se pueden solucionar, etc. también se explican las actitudes que tanto el profesional como la persona atendida deben tener o evitar.
Iniciación del plan de acción. Hace referencia a la decisión del diagnóstico, de los objetivos y la puesta en marcha de acciones encaminadas a la resolución de los problemas.
La evaluación.
Debe ser tanto una autoevaluación como una evaluación del proceso completo: ¿se cumplieron los objetivos?
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1. Comunicación Empática
Escucha Activa
- Descripción: Prestar plena atención a la persona, sin interrumpir, y mostrando interés genuino por lo que dice.
- Técnicas: Mantener contacto visual, asentir con la cabeza, repetir o parafrasear lo que la persona ha dicho para asegurarse de que se ha entendido correctamente.
Validación Emocional
- Descripción: Reconocer y aceptar los sentimientos y emociones de la persona sin juzgarlos.
- Técnicas: Decir frases como «Entiendo que te sientas así» o «Es normal sentir lo que sientes».
2. Personalización del Cuidado
Conocer al Paciente
- Descripción: Tomarse el tiempo para conocer la historia, preferencias y necesidades específicas de la persona.
- Técnicas: Realizar entrevistas iniciales detalladas, mantener registros actualizados de las preferencias del paciente.
Plan de Cuidado Individualizado
- Descripción: Desarrollar planes de cuidado que se adapten a las necesidades únicas de cada persona.
- Técnicas: Incluir al paciente y a su familia en la planificación del cuidado, ajustar los planes según la evolución del estado del paciente.
3. Creación de un Entorno Agradable
Ambiente Físico
- Descripción: Asegurarse de que el entorno físico sea cómodo, seguro y agradable.
- Técnicas: Mantener espacios limpios y ordenados, decorar con colores cálidos y elementos personales del paciente.
Ambiente Emocional
- Descripción: Fomentar un ambiente de apoyo emocional y respeto.
- Técnicas: Mostrar amabilidad, paciencia y respeto en todas las interacciones.
4. Participación Activa del Paciente
Empoderamiento
- Descripción: Dar al paciente la oportunidad de participar activamente en las decisiones sobre su cuidado.
- Técnicas: Informar al paciente sobre todas las opciones de tratamiento, respetar sus decisiones y fomentar la autoeficacia.
Educación del Paciente
- Descripción: Proporcionar al paciente y a su familia la información y educación necesarias para comprender y gestionar su estado de salud.
- Técnicas: Utilizar materiales educativos claros, ofrecer sesiones de enseñanza personalizadas.
5. Apoyo Psicológico
Presencia Compasiva
- Descripción: Estar presente con el paciente de una manera que demuestre compasión y apoyo emocional.
- Técnicas: Ofrecer consuelo físico como un toque en el hombro, sentarse a su nivel, y mostrar empatía a través del lenguaje corporal.
Gestión del Estrés y la Ansiedad
- Descripción: Ayudar al paciente a manejar el estrés y la ansiedad relacionados con su condición o situación.
- Técnicas: Enseñar técnicas de respiración profunda, mindfulness, y proporcionar apoyo emocional constante.
6. Reconocimiento de la Dignidad
Respeto por la Autonomía
- Descripción: Respetar las decisiones y la autonomía del paciente en todo momento.
- Técnicas: Pedir permiso antes de realizar cualquier procedimiento, respetar sus deseos y preferencias.
Privacidad y Confidencialidad
- Descripción: Garantizar que la privacidad y la confidencialidad del paciente sean siempre protegidas.
- Técnicas: Utilizar cortinas o puertas para exámenes privados, no discutir información del paciente en áreas públicas.
7. Apoyo Espiritual
Atención a las Necesidades Espirituales
- Descripción: Reconocer y apoyar las necesidades espirituales del paciente, independientemente de su religión o creencias.
- Técnicas: Facilitar el acceso a capellanes o consejeros espirituales, crear un espacio para la oración o meditación.
8. Fomento de Relaciones Positivas
Construcción de Confianza
- Descripción: Establecer una relación de confianza mutua entre el personal y el paciente.
- Técnicas: Ser consistente en el cuidado, cumplir las promesas y mostrar integridad en todas las interacciones.
Cuidado Centrado en la Relación
- Descripción: Enfocar el cuidado en la relación entre el paciente y el cuidador, en lugar de solo en la enfermedad o el tratamiento.
- Técnicas: Dedicar tiempo a conocer al paciente como persona, no solo como paciente.