1.- De acuerdo con lo establecido en el artículo 4, apartado uno de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido (BOE de 29 de diciembre), están sujetas al citado tributo las entregas de bienes y prestaciones de servicios realizadas en el ámbito espacial del impuesto por empresarios o profesionales a título oneroso, con carácter habitual u ocasional, en el desarrollo de su actividad empresarial o profesional.
A tales efectos, según dispone el artículo 5 de la misma Ley, se reputarán empresarios o profesionales quienes realicen actividades empresariales o profesionales, considerándose como tales actividades aquellas que impliquen la ordenación por cuenta propia de factores de producción materiales y humanos, o de uno de ellos, con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios.
La actividades de organización de campamentos a que se refiere el escrito de consulta supone la ordenación por cuenta propia de medios de producción materiales y de recursos humanos, o de uno sólo de ellos, con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de determinados servicios, por lo que el consultante tendrá la consideración de empresario o profesional a efectos del Impuesto y dichas actividades estarán sujetas al Impuesto sobre el Valor Añadido.
2.- El consultante realiza una prestación de servicios consistente en la organización de un campamento que comprenderá, entre otros, los servicios de estancia, manutención, clases de inglés y monitoraje.
En este sentido, es criterio reiterado de este Centro directivo derivado de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea manifestado, entre otras, en sus sentencias de 25 de febrero de 1999, Card Protection Plan Ltd (CPP), asunto C-349/96, de 2 de mayo de 1996, Faaborg-Gelting Linien, asunto C-231/94, y de 22 de octubre de 1998, Madgett y Baldwin, asuntos acumulados C-308/96 y C-94/97, y la de 27 de octubre de 2005, Levob Verzekeringen, asunto 41/04 que cuando una operación está constituida por un conjunto de elementos y de actos, procede tomar en consideración todas las circunstancias en las que se desarrolla la operación en cuestión, para determinar, por una parte, si se trata de dos o más prestaciones distintas o de una prestación única.
El Tribunal de Justicia ha declarado que se trata de una prestación única, en particular, en el caso de que deba considerarse que uno o varios elementos constituyen la prestación principal, mientras que, a la inversa, uno o varios elementos deben ser considerados como una o varias prestaciones accesorias que comparten el tratamiento fiscal de la prestación principal.
De esta forma, con independencia de que se facture por un precio único o se desglose el importe correspondiente a los distintos elementos, una prestación debe ser considerada accesoria de una prestación principal cuando no constituye para la clientela un fin en sí, sino el medio de disfrutar en las mejores condiciones del servicio principal del prestador.
En el caso objeto de consulta, el destinatario de los servicios recibe una prestación única: el campamento en cuestión. Las actividades diversas, juegos, talleres, alojamiento y manutención en general no constituyen un fin en sí mismas, sino el medio de disfrutar en las mejores condiciones de la operación principal.
Tutores para formación bonificada
Por otra parte, debe tenerse en cuenta que esta prestación única no queda sujeta al régimen especial de las agencias de viajes regulado en los artículos 141 a 147 de la Ley 37/1992, en la medida que los servicios de alojamiento y en, su caso, transportes que podrían prestarse en el marco de la prestación única de servicio de campamento tienen, como se ha señalado, un carácter accesorio respecto de dicha prestación.
Por lo tanto, ante la primera cuestión planteada por el consultante, las clases de inglés no tendrán la consideración de un servicio independiente, ya que todos los servicios incluidos en el campamento deben considerarse como una prestación única.
3.- Por otra parte, en cuanto a la segunda cuestión planteada por el consultante, relativa a la posible aplicación de la exención prevista en el artículo 20.Uno.8º de la Ley 37/1992 a los servicios de manutención y estancia facturados a sus clientes, hay que destacar que dicho artículo establece la exención de las siguientes operaciones:
“8º. Las prestaciones de servicios de asistencia social que se indican a continuación efectuadas por entidades de Derecho Público o entidades o establecimientos privados de carácter social:
- a) Protección de la infancia y de la juventud.
Se considerarán actividades de protección de la infancia y de la juventud las de rehabilitación y formación de niños y jóvenes, la de asistencia a lactantes, la custodia y atención a niños, la realización de cursos, excursiones, campamentos o viajes infantiles y juveniles y otras análogas prestadas en favor de personas menores de veinticinco años de edad.
(…)
La exención comprende la prestación de los servicios de alimentación, alojamiento o transporte accesorios de los anteriores prestados por dichos establecimientos o entidades, con medios propios o ajenos.”.
En consecuencia, los servicios de asistencia social prestados por una entidad de Derecho Público o una entidad privada de carácter social estarán exentos del Impuesto sobre el Valor Añadido.
No obstante lo anterior, el consultante no tiene la consideración de entidad de Derecho Público ni una entidad privada de carácter social por lo que no resultaría de aplicación la referida exención, con independencia de que su proveedor cumpliese en su caso, los requisitos para su aplicación.
Por otra parte será de aplicación el tipo impositivo reducido de acuerdo con lo señalado en el artículo 91.Uno.2.7º de la Ley 37/1992:
“7.º Las prestaciones de servicios a que se refiere el número 8º del apartado uno del artículo 20 de esta ley cuando no estén exentas de acuerdo con dicho precepto ni les resulte de aplicación el tipo impositivo establecido en el número 3º del apartado dos.2 de este artículo.”.
1. Marco Legal: Exención de IVA para Servicios Educativos
En España, la Ley del IVA (Ley 37/1992, de 28 de diciembre) establece en su artículo 20.1.9º que están exentos del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) los servicios de enseñanza, tanto pública como privada, siempre que se refieran a materias incluidas en los planes de estudio del sistema educativo, desde la educación infantil hasta la universitaria.
2. Consideración de las Clases de Inglés como Actividad Educativa
Para que las clases de inglés se consideren exentas de IVA, deben cumplir con ciertos requisitos:
- Impartición en el marco de un plan de estudios oficial: Si las clases de inglés forman parte de un programa educativo oficial, como los planes de estudio de una institución académica reconocida (escuelas, universidades, etc.), podrían estar exentas de IVA.
- Objetivo de formación o capacitación: Si las clases están dirigidas a la obtención de títulos, diplomas, o certificados reconocidos por el sistema educativo, también se podrían considerar como parte de los servicios educativos exentos de IVA.
- Entidades reconocidas: Si el servicio de clases de inglés es prestado por una institución o entidad educativa reconocida, es más probable que se considere exento de IVA. En cambio, si las clases son ofrecidas por particulares o academias privadas no homologadas, la exención puede no aplicarse.
3. Actividad Diferenciada y Exención Aplicable
- Clases de inglés como actividad diferenciada: Las clases de inglés pueden ser vistas como una actividad diferenciada dentro del ámbito de la educación. Sin embargo, para que les sea aplicable la exención, debe demostrarse que se trata de un servicio educativo y no solo de una actividad comercial. Esto implica que las clases deben estar orientadas a la enseñanza formal o reglada, y no a otros fines, como podrían ser clases particulares no regladas o cursos de idiomas sin homologación oficial.
- Evaluación caso por caso: La Agencia Tributaria suele evaluar si la actividad es una enseñanza en sentido estricto o si es una actividad que, aunque relacionada con la educación, no se enmarca en los planes de estudio oficiales, lo que podría implicar la aplicación del IVA.
4. Implicaciones Fiscales
- Exención de IVA: Si se considera que las clases de inglés cumplen con los requisitos para ser consideradas servicios educativos, no se deberá repercutir el IVA en las facturas emitidas por dicho servicio.
- No sujeción a exención: En caso de que las clases no cumplan con los requisitos para ser consideradas servicios educativos exentos, deberán facturarse con el IVA correspondiente, generalmente al tipo general del 21%.