Los beneficios de la concienca de uno mismo

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Los beneficios de la conciencia de uno mismo

Cierto profesor universitario aquejado de problemas coronarios llevaba consigo un monitor que le permitía controlar su pulso cardíaco, ya que, cuando el ritmo de las pulsaciones superaba las ciento cincuenta por minuto, no llegaba suficiente oxígeno al músculo cardíaco. Un buen día acudió a una de esas reuniones regulares del departamento, aparentemente interminables, que se le antojaban una completa pérdida de tiempo.

Fue entonces cuando su monitor le advirtió que, si bien su mente se mantenía escéptica y distanciada, los latidos de su corazón rondaban niveles peligrosos. Hasta aquel momento no había caído en cuenta de la alteración emocional que le producían las pequeñas controversias cotidianas de la política universitaria. El autoconocimiento constituye una capacidad clave que desempeña un papel fundamental en el control del estrés porque —como le ocurría a nuestro profesor universitario— a falta de una atención cuidadosa podemos permanecer completamente inconscientes de las situaciones estresantes de nuestra vida laboral.

Manual de Inteligencia Emocional

La flexibilidad: aprendiendo del estrés.

Comparemos ahora el caso de dos ejecutivos de una compañía telefónica local, un campo en el que el estrés ha aumentado considerablemente en la medida en que la industria se ha visto obligada a afrontar multitud de cambios. Uno de los ejecutivos se halla asolado por la tensión: «Mi vida se ha convertido en una carrera, siempre estoy tratando de llegar a punto y de cumplir a los plazos que se me han impuesto, los cuales en su gran mayoría, son meramente rutinarios y carecen de importancia. De modo que, aunque me siento nervioso y tenso, estoy hastiado la mayor parte del tiempo».

El otro ejecutivo, por su parte, comenta: «Yo nunca estoy aburrido, ni siquiera cuando debo hacer un trabajo que no despierta especialmente mi interés, ya que, una vez que me lanzo, siempre encuentro algo que merece la pena y que puede enseñarme cosas nuevas. Así trato de esforzarme al máximo por tener una vida laboral satisfactoria».

El primero de ellos había recibido una calificación muy baja en los tests llevados a cabo para determinar su » flexibilidad «, es decir, su capacidad de comprometerse, de sentir que uno posee el control de la situación y de afrontar el estrés más como un estímulo que como una amenaza. Esta misma investigación demostró que las personas más flexibles ante el estrés no afrontan los cambios como un obstáculo sino como una oportunidad para el desarrollo y, en consecuencia, consideran que, por más agotador que pueda ser su trabajo, también les resulta excitante, soportan mejor el lastre físico del estrés y son capaces de superarlo padeciendo menos enfermedades. Una de las paradojas de la vida laboral es que una situación concreta puede ser vivida por una determinada persona como una amenaza inminente, mientras que otra, por el contrario, puede percibirla como un reto estimulante . Así pues, cuando disponemos de los recursos emocionales adecuados, lo que anteriormente nos parecía amenazador podemos terminar abordándolo como un desafío y afrontarlo con energía y hasta con entusiasmo. Existe una diferencia esencial entre el funcionamiento cerebral en condiciones de » estrés positivo » (es decir, los desafíos que nos movilizan y nos motivan ) y de «estrés negativo » (es decir, las amenazas que nos desbordan, nos paralizan o nos desalientan).

En este sentido, las substancias químicas cerebrales destinadas a generar la energía necesaria para afrontar los retos son muy diferentes de las que se ponen en funcionamiento para responder al estrés o a la amenaza, activándose únicamente cuando nuestra energía es elevada, nuestro esfuerzo máximo y nuestro estado de ánimo positivo. De este modo, la bioquímica de esos estados positivos está ligada a la activación del sistema nervioso simpático y las glándulas suprarrenales a fin de secretar las llamadas catecolaminas. Las catecolaminas ( adrenalina y noradrenalina) nos movilizan para actuar de un modo más provechoso que cuando nos hallamos bajo la frenética urgencia del cortisol . Una vez que el cerebro se ha puesto en situación de urgencia, comienza a bombear cortisol y elevadas dosis de catecolaminas al torrente sanguíneo. Pero la condición cerebral óptima para poder desempeñar adecuadamente nuestro trabajo sólo tiene lugar cuando el cerebro se halla en un bajo nivel de excitación, es decir, cuando sólo se encuentra activado el sistema catecolamínico. (Y, para activar el cortisol, no es necesario percibir que nuestro empleo se halla en peligro o recibir una crítica de nuestro jefe, sino que basta con estar aburrido, impaciente, frustrado o cansado. )

En cierto sentido, pues, podemos hablar de dos tipos de estrés —el estrés positivo y el estrés negativo— y de dos sistemas biológicos diferentes. También existe un punto de equilibrio cuando nuestro sistema nervioso simpático se halla levemente activado, cuando nuestro humor es positivo y cuando nuestra capacidad para pensar y reaccionar es óptima. Éstas son, precisamente, las condiciones más favorables para mejorar nuestro rendimiento.

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1. Mejora la Regulación Emocional

Una mayor conciencia de uno mismo nos permite identificar nuestras emociones en el momento en que surgen. Esto es crucial porque, al ser conscientes de lo que estamos sintiendo, podemos tomar decisiones más informadas sobre cómo responder. La gestión emocional se facilita cuando sabemos qué nos afecta y por qué.

Beneficios:

  • Control emocional: Al comprender nuestras emociones, podemos manejarlas de manera más efectiva, evitando reacciones impulsivas y mejorando la toma de decisiones.
  • Reducción del estrés: Ser conscientes de las señales emocionales ayuda a detectar signos tempranos de estrés, lo que permite tomar medidas para reducirlo antes de que se convierta en un problema mayor.

2. Mejora de las Relaciones Interpersonales

La autoconciencia es fundamental para establecer relaciones saludables y efectivas. Al entender nuestras emociones y cómo influyen en nuestra comunicación, podemos interactuar de manera más empática, respetuosa y sincera con los demás.

Beneficios:

  • Empatía mejorada: Cuando somos conscientes de nuestras emociones, podemos también ser más sensibles a las emociones de los demás, lo que mejora nuestra capacidad de empatizar.
  • Mejora en la comunicación: La conciencia de cómo nuestras emociones afectan lo que decimos y cómo lo decimos permite que nuestra comunicación sea más clara, efectiva y menos propensa a malentendidos.
  • Resolución de conflictos: Al ser conscientes de nuestras emociones durante los conflictos, podemos gestionarlas mejor y buscar soluciones más constructivas en lugar de responder de manera defensiva o reactiva.

3. Toma de Decisiones Más Informada

La conciencia de uno mismo también juega un papel clave en el proceso de toma de decisiones. Cuando entendemos nuestras emociones y motivaciones, podemos hacer elecciones más alineadas con nuestros valores, objetivos y capacidades. Esto nos permite tomar decisiones más racionales y coherentes.

Beneficios:

  • Decisiones más alineadas con los valores personales: La autoconciencia nos ayuda a tomar decisiones que estén en consonancia con lo que realmente queremos y valoramos.
  • Reducción de decisiones impulsivas: Al ser conscientes de las emociones que influyen en nuestras decisiones, podemos evitar tomar decisiones apresuradas motivadas por emociones momentáneas como el miedo, la ira o el entusiasmo.

4. Fomento de la Autoconfianza

Al tener una comprensión más clara de nuestras fortalezas y debilidades, podemos sentirnos más seguros en nuestras capacidades y habilidades. La autoconciencia fomenta la autoconfianza porque nos permite reconocer nuestras competencias y las áreas en las que necesitamos mejorar, lo cual nos da una base más sólida para actuar.

Beneficios:

  • Reconocimiento de fortalezas: Identificar lo que hacemos bien nos da confianza para seguir adelante con proyectos y desafíos.
  • Aceptación de debilidades: Ser conscientes de nuestras áreas de mejora nos permite trabajar en ellas sin miedo al fracaso, lo que a su vez fortalece la confianza en nosotros mismos.

5. Impulsa el Crecimiento Personal y Profesional

La conciencia de uno mismo es esencial para el desarrollo continuo, tanto a nivel personal como profesional. Nos permite identificar patrones de comportamiento y áreas de mejora que de otro modo podrían pasar desapercibidos. Esta reflexión continua es clave para el aprendizaje y el crecimiento.

Beneficios:

  • Automejoramiento constante: Al reconocer nuestras emociones, reacciones y comportamientos, podemos identificar áreas donde necesitamos crecer y tomar medidas para mejorar.
  • Desarrollo de habilidades sociales: La autoconciencia también mejora nuestra capacidad para interactuar eficazmente con los demás, lo que es crucial en entornos laborales y en la vida social.
  • Liderazgo más efectivo: Los líderes que tienen una alta conciencia de sí mismos son más capaces de comprender sus emociones y las de su equipo, lo que les permite liderar con mayor empatía y eficacia.

6. Mayor Resiliencia ante Desafíos

La autoconciencia nos permite ser más resilientes, ya que nos ayuda a manejar las dificultades con una mentalidad más positiva y objetiva. Al comprender nuestras emociones, podemos ver los desafíos como oportunidades de aprendizaje en lugar de amenazas.

Beneficios:

  • Manejo de adversidades: Las personas con alta conciencia de sí mismas son más propensas a recuperarse rápidamente de fracasos o situaciones difíciles, ya que pueden procesar sus emociones y aprender de la experiencia.
  • Menor vulnerabilidad a las críticas: Al ser conscientes de nuestras fortalezas y limitaciones, es más fácil aceptar las críticas de manera constructiva y no dejar que nos afecten emocionalmente de forma negativa.

7. Mayor Claridad y Propósito en la Vida

La conciencia de uno mismo ayuda a las personas a comprender sus deseos, objetivos y motivaciones más profundos, lo que les proporciona un sentido de dirección y propósito en la vida.

Beneficios:

  • Definición clara de metas: Al conocernos mejor, podemos establecer metas que estén alineadas con nuestros valores personales y aspiraciones.
  • Mayor satisfacción personal: La autoconciencia nos ayuda a tomar decisiones que estén más en línea con lo que realmente queremos, lo que incrementa nuestra satisfacción y bienestar general.

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