8. LAS HABILIDADES PERSONALES
EL RADAR SOCIAL
La empatía empieza con uno mismo
Como dijo Freud: « los seres humanos no pueden mantener un secreto porque, aun en el caso de que sus labios permanezcan sellados, hablan con la punta de los dedos y la traición se asoma a través de cada uno de sus poros ». La nerviosa inquietud de un negociador desmiente su expresión de desinterés; la estudiada indiferencia de un cliente que observa los precios en un concesionario de automóviles se contradice con el entusiasmo con que se aproxima al descapotable que más le gusta. Y ser capaz de captar estas señales emocionales resulta especialmente importante en aquellas situaciones en las que la persona tiene motivos para ocultar sus sentimientos, como ocurre cada día en el mundo de los negocios.
La esencia de la empatía consiste en darse cuenta de lo que sienten los demás sin necesidad de que lleguen a decírnoslo . Porque, aunque los demás pocas veces nos expresen verbalmente lo que sienten, a pesar de todo están manifestándolo continuamente con su tono de voz, su expresión facial y otros canales de expresión no verbal. Y la capacidad de captar estas formas sutiles de comunicación exige del concurso de competencias emocionales básicas como la conciencia de uno mismo y el autocontrol. Sin la capacidad de darnos cuenta de nuestros propios sentimientos —o de impedir que no desborden— jamás podremos llegar a establecer contacto con el estado de ánimo de otras personas.
La empatía es nuestro radar social.
La empatía asume diferentes grados que van desde la capacidad de captar e interpretar adecuadamente las emociones ajenas hasta percibir y responder a sus preocupaciones o sentimientos inexpresados y comprender los problemas que se ocultan detrás de otros sentimientos.
COMPRENDER A LOS DEMÁS
Percibir los sentimientos y puntos de vista de los demás e interesarse activamente por sus preocupaciones.
Las personas dotadas de esta competencia:
• Permanecen atentas a las señales emocionales y escuchan bien.
• Son sensibles y comprenden los puntos de vista de los demás. • Ayudan a los demás basándose en la comprensión de sus necesidades y sentimientos.
Más allá de la mera supervivencia, la empatía resulta esencial para llevar a cabo adecuadamente cualquier trabajo que exija una relación personal. La empatía resulta fundamental para el logro de la excelencia en todos aquellos casos que requieran de una lectura exacta de los sentimientos de los demás, desde el mundo de las ventas hasta el del consultorio, la psicoterapia, la medicina y el liderazgo.
Manual de Inteligencia Emocional
El arte de la escucha
«Cuando alguien está desesperado por hacer una venta no escucha —me dijo el jefe de ventas de una empresa de corredores de bolsa de Wall Street—. Y no hay nada mejor para las ventas que responder a una posible objeción diciendo: «Tiene usted razón, tendremos que reconsiderar este punto». Las cosas van mucho mejor cuando usted puede escuchar y empatizar con el punto de vista de su cliente.»
La escucha es uno de los factores fundamentales de la empatía y resulta esencial para el éxito en el mundo laboral.
Las personas que no pueden —o no quieren— escuchar suelen ser consideradas como indiferentes o poco respetuosas , lo cual, a su vez, provoca en los demás una pobre predisposición a la comunicación. Escuchar es todo un arte que comienza dando la sensación de que uno está dispuesto a hacerlo y, en este sentido, los jefes que mantienen una política de «puertas abiertas», que parecen accesibles o que hacen un alto en el camino para escuchar lo que los demás tienen que decirles encarnan a la perfección esta competencia. Y las personas que más facilidad tienen para hablar suelen ser también las que mejor escuchan.
La «escucha activa» consiste en ir más allá de lo que se dice, repitiéndonos lo que acabamos de oír hasta estar seguros de haber comprendido. Y la confirmación de que uno ha escuchado bien es que responde adecuadamente, aun cuando ello suponga llevar a cabo algún cambio en lo que esté haciendo. Pero hasta donde deberá ajustar este cambio según lo que le diga el otro es algo ciertamente controvertido.
EL DESARROLLO DE LOS DEMÁS
Darse cuenta de las necesidades del desarrollo de los demás y ayudarles a fomentar sus habilidades.
Las personas dotadas de esta competencia:
• Saben reconocer y recompensar la fortaleza, los logros y el desarrollo de los demás.
• Proporcionan un feedback útil e identifican las necesidades del desarrollo de los demás.
• Tutelan a los demás, dedican parte de su tiempo a la formación y la asignación de tareas que ponen a prueba y alientan al máximo las habilidades de éstos.
La formación y la tutoría aumentan el rendimiento de los trabajadores, al tiempo que consolidan la lealtad y la satisfacción con el trabajo, promueven los ascensos y aumentos de salario y disminuyen la tasa de migración laboral . El fundamento del éxito del proceso de formación laboral se asienta en una relación abierta y sincera. Ésta fue la conclusión de un estudio sobre cincuenta ocho altos ejecutivos, todos ellos vicepresidentes o presidentes de empresas cuyo volumen de ventas anual superaba los cinco mil millones de dólares, a quienes se preguntó por su experiencia al respecto. Estos ejecutivos procuraban ayudar a las personas que consideraban con un potencial elevado. Como dijo uno de ellos: « soy amable con aquéllos de los que sólo espero que hagan su trabajo pero siempre trato de ayudar a los de mayor talento ». Estas personas invertían la mayor parte de su tiempo de formación tratando de mejorar el desempeño laboral de sus subordinados, ofreciendo un feedback adecuado o subrayando las habilidades necesarias que debían desarrollar. Hablando en términos generales, sus conclusiones al respecto eran positivas, ya que sólo invirtieron un 5% de su tiempo en afrontar los casos de un pobre desempeño.
¿Cuál es la clave del éxito de estos tutores laborales? Los mejores formadores muestran un auténtico interés, son empáticos y comprenden a las personas a las que orientan. La confianza resulta esencial en este sentido porque cuando existe poca confianza en el formador, las advertencias se ven desatendidas. Y esto también sucedía cuando el formador era impersonal y frío o la relación parecía demasiado unilateral o centrada en uno mismo. Los formadores respetuosos, fieles y empáticos son los mejores . Pero cuando los trabajadores se resisten a los cambios o éstos son complejos, la experiencia resulta tan poco gratificante para los formadores que tienden a abandonar el esfuerzo.
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1. Autoconciencia
La autoconciencia es la capacidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones, así como el impacto que tienen en nuestros pensamientos, comportamientos y decisiones. Es la base de la inteligencia emocional porque permite a las personas:
- Identificar sus emociones en tiempo real.
- Entender cómo esas emociones afectan su rendimiento y comportamiento.
- Reconocer sus fortalezas y debilidades emocionales.
Una persona con alta autoconciencia puede adaptar su comportamiento según la situación y tomar decisiones más informadas, lo que le permite gestionar situaciones emocionales complejas de manera más eficaz.
2. Autogestión
La autogestión se refiere a la habilidad de regular nuestras emociones y comportamientos impulsivos de manera positiva. Implica ser capaz de mantener la calma en situaciones difíciles y controlar las respuestas emocionales para evitar reacciones impulsivas. Las personas que dominan la autogestión:
- Manejan el estrés de forma saludable.
- Mantienen la calma bajo presión.
- Controlan la impulsividad y los arrebatos emocionales.
- Son capaces de adaptarse a circunstancias cambiantes de manera eficiente.
La autogestión implica desarrollar una capacidad de autorregulación emocional que evita que nuestras emociones nos dominen y nos lleven a actuar de manera perjudicial.
3. Motivación intrínseca
La motivación intrínseca es la capacidad de encontrar razones internas para perseguir objetivos y superarse sin depender de recompensas externas. Las personas emocionalmente inteligentes suelen estar impulsadas por:
- Metas personales claras.
- El deseo de mejorar continuamente.
- Pasión por lo que hacen, en lugar de centrarse únicamente en recompensas externas, como el dinero o el reconocimiento.
La motivación intrínseca ayuda a las personas a mantener la resiliencia y la determinación ante los desafíos, ya que están alineadas con sus propios valores y aspiraciones profundas.
4. Autoconfianza
La autoconfianza es la creencia en las propias habilidades y capacidades para enfrentar desafíos y lograr metas. Está estrechamente relacionada con la autoconciencia, ya que implica conocer tanto las fortalezas como las áreas de mejora. Una persona con alta autoconfianza:
- Toma decisiones con seguridad.
- No tiene miedo de enfrentar nuevas situaciones o desafíos.
- Se siente capaz de influir positivamente en su entorno.
La autoconfianza fortalece la capacidad para actuar de manera autónoma y eficaz, lo que mejora el rendimiento personal y profesional.
5. Resiliencia emocional
La resiliencia emocional es la habilidad para recuperarse rápidamente de los contratiempos, las adversidades o el estrés. Es una combinación de autogestión y motivación, y es clave para mantener el equilibrio emocional. Las personas resilientes:
- Pueden enfrentar dificultades sin perder su enfoque o motivación.
- Aprenden de los fracasos y ven las experiencias negativas como oportunidades de crecimiento.
- Mantienen una actitud positiva frente a la adversidad.
Desarrollar la resiliencia emocional permite a las personas sobrellevar mejor los cambios inesperados o los retos de la vida, manteniendo una actitud constructiva y saludable.
6. Control emocional
El control emocional es la capacidad de regular nuestras emociones, tanto positivas como negativas, de manera equilibrada y adecuada. Esta habilidad es clave para evitar reacciones excesivas o descontroladas que puedan dañar relaciones o decisiones. Quien tiene buen control emocional:
- Gestiona su enojo o frustración de forma constructiva.
- Sabe cuándo es mejor expresar o reprimir una emoción en función del contexto.
- Puede canalizar emociones intensas para lograr resultados positivos (por ejemplo, transformar la frustración en determinación).
El control emocional ayuda a las personas a ser más conscientes de sus emociones y a evitar que estas interfieran negativamente en su comportamiento.
7. Adaptabilidad
La adaptabilidad es la capacidad de ajustar nuestras respuestas emocionales y cognitivas ante cambios inesperados o situaciones difíciles. Implica ser flexible y abierto a nuevas ideas, experiencias y enfoques. Las personas con alta adaptabilidad:
- Pueden modificar su comportamiento cuando es necesario.
- No se sienten abrumadas por los cambios, sino que los ven como oportunidades.
- Manejan bien la incertidumbre y la ambigüedad.
La adaptabilidad mejora la capacidad para gestionar situaciones imprevistas, lo que es fundamental en un mundo en constante cambio.
Importancia de las habilidades personales en la inteligencia emocional:
Desarrollar estas habilidades personales es fundamental tanto para el bienestar emocional como para el éxito personal y profesional. Permiten a las personas:
- Enfrentar mejor los desafíos y el estrés.
- Tomar decisiones más informadas y equilibradas.
- Relacionarse de manera más efectiva con los demás.
- Mantener una actitud positiva y orientada al crecimiento personal.