La regulación emocional como solución

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Recapitulemos: hemos dicho que la emoción influye en nuestras decisiones y que cuando las emociones varían pueden cambiar nuestras elecciones. Ahora que lo sabemos, ¿qué podemos hacer para manejar mejor nuestras emociones cuando tomamos decisiones económicas? Para contestar bastan dos palabras: regulación emocional. ¿Qué es la regulación emocional? Se trata de la «manipulación» activa de nuestros pensamientos para intentar cambiar nuestras reacciones emocionales. El psicólogo clínico estadounidense James Gross propuso un modelo de procesamiento de las emociones en el que describía cómo valoramos el impacto emocional que nos provocan determinados eventos externos o internos. Cada vez que se presenta una situación que pueda conllevar oportunidades o desafíos importantes, se desencadena una respuesta emocional fisiológica que dependerá de cómo se haya interpretado dicha situación, lo cual provocará una respuesta adaptativa. Y esta se puede modular (exagerándola, disminuyéndola o incluso inhibiéndola) antes incluso de que se manifieste en una conducta observable. Lo que nos resulta más difícil es pronosticar con precisión cómo reaccionaremos emocionalmente a resultados futuros.

La regulación emocional resalta la idea de que las personas tendemos a intentar con todas nuestras fuerzas controlar las experiencias emocionales. Gross habla del control de qué emociones tenemos, cuándo las tenemos y cómo las experimentamos y expresamos. Al impactar la emoción en la decisión, cabe la posibilidad de que dicha emoción esté guiada por estrategias de regulación emocional. De ser así, estas estrategias tendrían implicaciones en las decisiones económicas. Poco a poco, la investigación está corroborando esta hipótesis, sobre todo en el campo de la neuroeconomía, donde se estudia en entornos en los que hay riesgo (conoces los eventos futuros con una probabilidad medible) e incertidumbre (cuando dicha probabilidad es indefinida o incalculable).

En 2011, Laura Martin y Mauricio Delgado observaron que la regulación emocional puede modificar nuestra predisposición al riesgo cuando decidimos apostar. La regulación cognitiva de las respuestas emocionales hizo que los participantes en su investigación se arriesgasen menos, lo que redujo la actividad en el estriado, encargado de procesar las recompensas.

Pero ¿por qué le interesa a la neuroeconomía conocer la regulación emocional presente en las decisiones económicas? Dicho de forma muy sencilla, si la emoción guía la decisión, quien controle la emoción dirigirá la decisión. La regulación emocional puede ser entrenada, manipulada y controlada, lo que hace más fácil predecir las decisiones de las personas. En nuestro ejemplo de la casa, quien tenga el control del grifo podrá decidir si lo abre para que salga agua o no, y cuando lo abra, si el agua que salga será caliente o fría. Lo relevante es que si se conociera cómo funciona realmente la regulación emocional, se podrían desarrollar herramientas de apoyo que nos faciliten la toma de decisiones.

Como hemos visto hasta ahora, la regulación emocional consiste en adoptar una serie de conductas para cambiar la respuesta emocional, tales como evitar situaciones o personas, modificar el entorno, desviar la atención, hacer una reevaluación de la situación o manejarla de otra forma e inhibir conductas emocionales. En este punto regresaríamos a lo que al principio del capítulo hemos llamado emociones secundarias. A pesar de que afectan al funcionamiento social y al cognitivo, al bienestar y a la activación fisiológica, no todas estas conductas provocan el mismo resultado. Cada una de ellas tiene sus pros y sus contras.

Por su parte, la reevaluación cognitiva trata de reinterpretar el significado de un evento y puede llegar a cambiar la emoción que nos genera dicho suceso. Algunos estudios han mostrado que, utilizando la reevaluación como técnica de regulación emocional, se reduce la actividad de la amígdala pero aumenta la de la corteza prefrontal para inhibir, disminuir o modificar la respuesta de aquella. Por ejemplo, inhibir o suprimir emociones negativas implica una expresión menos intensa de la emoción, pero la experiencia emocional se mantiene igual, no varía. Sin embargo, la reevaluación cognitiva sí consigue disminuir dicha experiencia emocional, al igual que su expresión. A nivel neuronal, esto se traduce en una mayor activación en las áreas emocionales, como la ínsula o la amígdala, y en un aumento de la actividad en la corteza prefrontal, respectivamente. Emily Butler, Boris Egloff, Frank Wilhelm y James Gross (2003) observaron que las personas que no muestran sus emociones en contextos sociales, que utilizan técnicas para suprimirlas, tienen problemas de comunicación (dificultad a la hora de entablar relaciones) y mayores niveles de estrés (aumento de la presión arterial). Otro ejemplo lo encontramos en la distracción como estrategia reguladora de selección temprana, que utiliza la memoria de trabajo con contenidos neutrales para desviar la atención de una situación emocional, es decir, actúa como un filtro para evitar procesar un estímulo emocional determinado. La ventaja de esta conducta es que permite disminuir la intensidad de las emociones negativas usando escasos recursos cognitivos, tanto si los niveles de intensidad emocional son altos como si son bajos. Y las desventajas se concretan en que puede afectar a la memoria a la hora de recordar detalles y en que, a largo plazo, no cambia la forma en la que las personas evalúan y responden a experiencias emocionales negativas.

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1. Mejora en la Toma de Decisiones

La regulación emocional contribuye a que las personas tomen decisiones más racionales y menos impulsivas, especialmente en situaciones de estrés o incertidumbre. Esto es crucial en ámbitos como:

  • Toma de decisiones económicas: La gestión adecuada de emociones como el miedo y la aversión al riesgo puede evitar que las personas tomen decisiones financieras impulsivas o irracionales.
  • Entornos laborales: En situaciones de alta presión, la regulación emocional ayuda a mantener la calma, permitiendo decisiones basadas en análisis en lugar de respuestas emocionales inmediatas.

2. Reducción del Estrés y la Ansiedad

El manejo de las emociones mediante estrategias de regulación, como la reevaluación cognitiva, es fundamental para reducir el estrés y la ansiedad. Las técnicas de regulación permiten interpretar situaciones amenazantes desde una perspectiva más equilibrada, lo que mitiga la reacción emocional negativa.

  • Solución en la vida diaria: La reevaluación de eventos negativos, como un conflicto en el trabajo o una discusión personal, ayuda a reducir la intensidad de las emociones y facilita una respuesta más constructiva.
  • Control de la ansiedad: Al cambiar la forma en que se percibe una situación que genera ansiedad, como hablar en público o enfrentar un examen, las personas pueden reducir la ansiedad y mejorar su desempeño.

3. Fortalecimiento de las Relaciones Interpersonales

La capacidad de regular las emociones es esencial para gestionar los conflictos y mejorar la comunicación en las relaciones personales y profesionales.

  • Manejo de conflictos: La regulación emocional ayuda a reducir la reactividad emocional en situaciones de conflicto, permitiendo que las personas respondan de manera más equilibrada y empática, lo que facilita la resolución de problemas.
  • Mejora en la comunicación: Al manejar emociones como el enojo o la frustración, las personas pueden comunicarse de manera más clara y efectiva, mejorando la calidad de las interacciones.

4. Aumento del Bienestar y la Resiliencia

La regulación emocional contribuye directamente a una mayor sensación de bienestar, ya que las personas aprenden a gestionar mejor sus emociones, evitando que se prolonguen o se intensifiquen. Esto también fomenta la resiliencia, es decir, la capacidad de recuperarse de situaciones adversas.

  • Solución en el bienestar mental: Las personas que regulan sus emociones de manera efectiva tienden a experimentar menos síntomas de depresión y ansiedad, lo que mejora su bienestar general.
  • Resiliencia emocional: La regulación emocional permite afrontar el estrés, el fracaso o la pérdida de manera más adaptativa, lo que promueve la recuperación emocional rápida y eficaz.

5. Desempeño Académico y Profesional

En contextos educativos y laborales, la regulación emocional es clave para un buen rendimiento. La capacidad de gestionar emociones permite concentrarse mejor en las tareas, aumentar la productividad y mantener un enfoque positivo frente a los desafíos.

  • Rendimiento académico: Los estudiantes que utilizan estrategias de regulación emocional, como la reevaluación, pueden manejar mejor el estrés académico y mejorar su capacidad de aprendizaje y rendimiento en exámenes.
  • Productividad en el trabajo: La regulación emocional mejora la capacidad de concentrarse en las tareas, tomar decisiones más claras y manejar las demandas laborales con mayor eficacia.

6. Prevención de Problemas de Salud Mental

La mala regulación emocional está asociada con problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y el estrés crónico. La práctica de estrategias adecuadas de regulación puede prevenir la aparición de estos problemas.

  • Prevención de trastornos de ansiedad: Aprender a regular las emociones a través de la reevaluación y la aceptación ayuda a las personas a evitar ciclos de pensamientos negativos que pueden derivar en trastornos de ansiedad.
  • Reducción de la depresión: La reevaluación de situaciones negativas evita que las personas se enfrasquen en el pensamiento catastrófico, un factor importante en la prevención de la depresión.

7. Promoción de Estrategias de Regulación Saludables

Hay diversas estrategias para regular las emociones que han demostrado ser efectivas para afrontar situaciones desafiantes:

  • Reevaluación cognitiva: Cambiar la forma en que se perciben las situaciones, reinterpretando eventos de manera más neutral o positiva.
  • Aceptación: Aceptar las emociones sin juzgarlas o suprimirlas, permitiendo que se procesen de manera natural y disminuyan con el tiempo.
  • Mindfulness: La práctica de la atención plena ayuda a las personas a tomar conciencia de sus emociones sin reaccionar automáticamente, lo que reduce la reactividad emocional.

8. Aplicaciones en la Terapia y la Psicología

La regulación emocional es una herramienta fundamental en las terapias psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), donde se enseña a los pacientes a gestionar sus emociones a través de cambios en el pensamiento y el comportamiento.

  • Terapia cognitivo-conductual: Enseña a los pacientes a identificar y cambiar patrones de pensamiento disfuncionales que provocan emociones negativas, promoviendo estrategias de reevaluación.
  • Terapia de aceptación y compromiso (ACT): Promueve la aceptación de las emociones en lugar de luchar contra ellas, lo que lleva a una mayor flexibilidad psicológica y bienestar emocional.

9. Regulación Emocional y la Inteligencia Emocional

La inteligencia emocional está estrechamente vinculada con la capacidad de regular las emociones. Las personas con alta inteligencia emocional son más capaces de percibir, comprender y gestionar sus emociones y las de los demás, lo que les permite tener éxito en sus relaciones personales y profesionales.

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