3. Pasos para integrar la inteligencia artificial en la empresa
9 pasos básicos para aplicar esta tecnología al negocio:
1. Adquirir un conocimiento básico sobre inteligencia artificial para poder evaluar el impacto y las oportunidades. Es decir, informarse y entender en qué consiste la tecnología antes de invertir.
2. Pensar en cómo la inteligencia afectará a los clientes. Ellos y ellas son el centro del negocio y hay que analizar sus necesidades para tener una visión general de cómo la tecnología puede ser beneficiosa en la relación con ellos.
3. Hacer una primera definición del valor que se quiere crear en la empresa a través de la inteligencia artificial. Es el momento de sintetizar los dos pasos anteriores y aplicar la tecnología en aportar soluciones y valor.
4. Pensar en los datos de que dispone la empresa, puesto que sin datos es difícil conseguir una inteligencia artificial útil y fiable. “Invertir en inteligencia artificial quiere decir empezar invirtiendo en datos”.
5. Focalizarse en encontrar la solución de inteligencia artificial que mejor responda a las necesidades de la empresa. Optar por el asesoramiento y el apoyo de una persona experta será la mejor decisión en este punto.
6. Desplegar la solución, es decir, valorar los resultados que se desea obtener, la calidad de la solución a implementar y la ecuación de tiempo, coste e impacto valor. que tendrá asociada. También es necesario centrarse en extraer el máximo
7. Entrenar la solución de inteligencia artificial para obtener unos resultados afinados y fiables. A medida que se incremente el aprendizaje propio de la máquina, estos resultados serán más precisos.
8. Pensar en términos de cambio organizativo, de cómo la nueva solución requerirá cambiar mentalidades de clientes o de colaboradores. Es una fase de gestión del cambio y de transformación organizativa y cultural.
9. Aplicar y evaluar el impacto de la solución de inteligencia artificial. Harán falta unos indicadores para medir si la tecnología está respondiendo a las expectativas y para ver, a la larga, si se ha convertido en un factor de competitividad.