El estilo pasivo es una forma de comunicación en la cual la persona no defiende ni respeta sus propios derechos, al no ser capaz de expresar con claridad sus opiniones y sentimientos.
El objetivo que se consigue con la comunicación pasiva es evitar a toda costa cualquier tipo de conflicto; significa ser agradable y adaptarse a las necesidades de los demás, sin reparar ni respetar las propias.
Este tipo de conductas trae consigo consecuencias dañinas tanto a las personas de alrededor como al emisor que las utiliza (Caballo, 1993):
Manual de Auxiliar de Geriatría
Consecuencias sobre el emisor:
Le hace sentirse irritado e insatisfecho consigo mismo al ser incapaz de expresar honestamente sus opiniones o pensamientos. Además, estas personas, debido a la incompleta e inadecuada información que comunican, raras veces son tomados en serio o consiguen satisfacer alguna necesidad. Esto les lleva a sentirse incomprendidos y manipulados, cargando con grandes tensiones y frustraciones que terminan en ataques de ira desproporcionados y síntomas como la culpa, la depresión o la baja autoestima.
Consecuencias sobre los destinatarios:
Éstos se van «desgastando» por la molestia de tener que adivinar qué es lo que realmente el emisor quiere decir, además de tomar las decisiones y asumir las responsabilidades por ellos. Esto conlleva un deterioro en las relaciones que se tornan frías y evitativas por parte de los destinatarios.
Este tipo de comunicación la desarrollan personas con algunos rasgos en común:
• Baja autoestima.
• Sentimientos de inferioridad.
• Mantienen roles dependientes y pasivos ante los demás.
• Necesidad del apoyo de los otros.
• Conservan relaciones incómodas que no saben controlar.
COMUNICACIÓN PASIVA
CONDUCTA NO VERBAL
Ojos que miran hacia abajo; vacilaciones; gestos desvalidos; negación de importancia de la situación; postura hundida; retorcimiento de manos; risitas falsas;…
CONDUCTA VERBAL
“Quizás”; ”Supongo”; “Me pregunto si podríamos…”; “¿No crees que…?”; “Bueno”; “No te molestes”.
En resumen, la comunicación pasiva hace que la persona termine amoldándose a las necesidades y exigencias de los demás, sintiéndose inferior, manipulado y culpable de su situación.
Estilo agresivo
El estilo agresivo consiste en utilizar una forma de comunicación dañina y desafiante para expresar opiniones, emociones y defender los propios derechos. Conlleva el atacar para defender lo propio, intimidar para hacerse respetar y manipular para conseguir los objetivos personales.
De este modo, la intención de las personas que utilizan este estilo es dominar y forzar a los otros en favor de las propias necesidades. Lo consiguen porque logran debilitar a los demás, que se muestran incapaces de expresar y defender sus propósitos.
A grandes rasgos, la comunicación agresiva se considera una conducta en la que no se tienen en cuenta ni los derechos ni las necesidades de los demás a la hora de expresarse o conseguir algún objetivo.
Suele presentarse de dos formas: una, más directa e invasiva, en la que los demás sienten la agresión de forma inmediata; la segunda, más sutil y disimulada, consiguiendo los mismos objetivos y demorando la reacción de los demás. (Caballo, 1993).
Las consecuencias de una comunicación agresiva se manifiestan tanto sobre el emisor como sobre el receptor (Caballo, 1993):
Consecuencias sobre el emisor:
A corto plazo, suele tener consecuencias tanto positivas como negativas. Las consecuencias positivas se producen porque la persona consigue expresar sus opiniones, conseguir los objetivos propuestos y sentirse con poder.
Además, no suele recibir réplicas por parte de los demás, lo que le lleva a seguir manteniendo ese tipo de conductas. Las consecuencias negativas a corto plazo suelen ser sentimientos de culpa y una posible agresión del destinatario, ya sea de forma verbal o no verbal y directa o indirectamente.
A largo plazo, los resultados que obtiene el emisor son siempre negativos. Las relaciones interpersonales estarán cargadas de tensión, sin ninguna implicación emocional y sin posibilidad de establecerlas de modo duradero y satisfactorio.
Consecuencias sobre los destinatarios:
Son muy insatisfactorias. Éstos se sienten humillados, invadidos y no respetados. Se generan en ellos sentimientos de ira y venganza, además de la evitación de nuevos contactos con el emisor.
Algunos rasgos de las personas que utilizan este estilo de comunicación son:
– baja autoestima;
– sentimientos de inferioridad que se esconden bajo la máscara de la dominancia;
– necesidad de los demás para conseguir sus propósitos y sentirse satisfecho;
– no tolerancia al “no” o la frustración.
Para Caballo (1993), las conductas verbales y no verbales que manifiestan son las siguientes:
COMUNICACIÓN AGRESIVA
CONDUCTA NO VERBAL
– Mirada fija; voz alta; habla rápida; enfrentamiento; gestos de amenaza; postura intimidatoria;…
CONDUCTA VERBAL
– “Harías mejor en…”; “Haz…”; “Ten cuidado”; “Si no lo haces…”; “Tú no
sabes”; “Deberías…”; mensajes impersonales;…
La distinción entre las formas agresivas invasivas y directas o sutiles e indirectas se basan en los diversos matices que pueden darse. Están influenciadas por los elementos paralingüísticos, el contexto, la relación interpersonal en concreto, etc. Normalmente, el sarcasmo, la ironía maliciosa, un mal comentario delante de gente, etc., son considerados elementos de una agresión indirecta.
En conclusión, podemos decir que la comunicación asertiva es el mejor instrumento para establecer relaciones interpersonales satisfactorias, cálidas y duraderas. Permite expresar libremente nuestros pensamientos y emociones, ayuda a la consecución de nuestros objetivos y, además, nos garantiza el respeto a nosotros mismos y a los demás.
Todo esto es fuente de satisfacción, que no sólo la disfruta la persona asertiva sino todos los que interrelacionan con él. Por consiguiente, la asertividad se convierte en la herramienta básica de las habilidades sociales. Además, es susceptible de ser aprendida en programas de entrenamiento.
En resumen, la comunicación pasiva hace que la persona termine amoldándose a las necesidades y exigencias de los demás, sintiéndose inferior, manipulado y culpable de su situación.
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Características del Estilo Pasivo
- Evitación de Conflictos:
- La persona con un estilo pasivo evita confrontaciones y situaciones de conflicto.
- Prefiere ceder ante los deseos de los demás en lugar de expresar sus propios intereses.
- Falta de Autoafirmación:
- Dificultad para decir «no» y para defender sus propios derechos.
- Tendencia a aceptar la opinión de los demás sin cuestionar.
- Comunicación Indirecta:
- Utilización de expresiones vagas y poco claras.
- Falta de claridad y precisión al expresar sus pensamientos y sentimientos.
- Sumisión y Conformidad:
- Actitud de sumisión y conformidad ante las decisiones de los demás.
- Poca o nula participación en la toma de decisiones.
- Lenguaje Corporal:
- Postura encorvada, mirada baja y gestos de nerviosismo.
- Tono de voz bajo y falta de contacto visual.
Causas del Estilo Pasivo
- Inseguridad y Baja Autoestima:
- Sentimientos de inferioridad y falta de confianza en uno mismo.
- Miedo al rechazo y a la desaprobación de los demás.
- Educación y Cultura:
- Entornos familiares o culturales que desvalorizan la autoafirmación y fomentan la sumisión.
- Modelos de conducta en los que la comunicación pasiva es la norma.
- Experiencias Previas:
- Experiencias pasadas de rechazo o castigo al expresar opiniones propias.
- Trauma o abuso emocional que ha llevado a una actitud de autoanulación.
Consecuencias del Estilo Pasivo
- Frustración y Resentimiento:
- Acumulación de sentimientos de frustración y resentimiento por no expresar necesidades y deseos.
- Sensación de ser explotado o no valorado por los demás.
- Deterioro de la Autoestima:
- Refuerzo de la baja autoestima al no defender los propios derechos.
- Percepción de falta de control sobre la propia vida.
- Problemas en las Relaciones:
- Relacionarse de manera pasiva puede llevar a relaciones desequilibradas y a la dependencia emocional.
- Conflictos latentes que no se resuelven y que pueden estallar en momentos inoportunos.
- Estrés y Ansiedad:
- Estrés y ansiedad derivados de la incapacidad para expresar y gestionar las propias emociones.
- Sensación constante de presión y carga emocional.
Estrategias para Manejar y Cambiar el Estilo Pasivo
- Desarrollar la Autoafirmación:
- Practicar la expresión de opiniones y deseos de manera clara y directa.
- Aprender a decir «no» de forma respetuosa pero firme.
- Fortalecer la Autoestima:
- Trabajar en el reconocimiento y la valoración de las propias habilidades y logros.
- Establecer metas personales y celebrarlas al alcanzarlas.
- Mejorar la Comunicación:
- Utilizar técnicas de comunicación asertiva, como el uso de «yo» en lugar de «tú» para expresar sentimientos.
- Practicar la escucha activa y el feedback constructivo.
- Buscar Apoyo Profesional:
- Considerar la ayuda de un terapeuta o consejero para trabajar en la autoafirmación y la autoestima.
- Participar en talleres de habilidades sociales y comunicación asertiva.
- Exponerse Gradualmente a Situaciones de Conflicto:
- Practicar la resolución de conflictos en situaciones de bajo riesgo para ganar confianza.
- Aumentar progresivamente la complejidad de las situaciones a medida que se adquiere más seguridad.