DIETA FAMILIAR Y PLANIFICACIÓN DE MENÚS DIARIOS Y SEMANALES

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Para planificar los menús diarios y semanales conviene seguir las recomendaciones de la SENC a través de la pirámide de la alimentación equilibrada. Hay que tener en cuenta las necesidades nutricionales, los grupos de alimentos y la frecuencia de consumo recomendada, los pesos de cada ración y las medidas caseras, … Hay que tener en cuenta que hay una serie de alimentos que deben ser consumidos diariamente, como hidratos de carbono (pan, cereales, arroces, pasta…) así como los lácteos, las verduras, hortalizas y frutas. Y otros cuyo consumo debe ser ocasional y moderado (margarinas, bollería, dulces, embutidos y carnes grasas).

Los menús además de equilibrados deben ser variados y atractivos. E individualizados cuando sea preciso, según las pautas dietéticas indicadas por el médico o por el estado del usuario, sus gustos, la época del año y las necesidades específicas en cada caso.

Recomendaciones para una buena planificación de un menú:
  • Cada viernes o sábado planifique el menú para la semana siguiente.
  • Confeccione una lista de la compra teniendo en cuenta sus necesidades semanales.
  • Asegúrese de incluir alimentos saludables.
  • Incluya recetas rápidas (si trabaja fuera de casa).
  • Las recetas se ajustarán a los gustos familiares.
  • Empiece por definir el plato principal y luego continúe con el resto.
  • Utilice siempre alimentos de temporada (frutas y verduras).

Manual de Atención Socio-Sanitaria

LA ALIMENTACIÓN EN EL ANCIANO Y EN EL CONVALECIENTE

Los objetivos de las dietas para los ancianos y convalecientes son:

  • Asegurar una buena disponibilidad de nutrientes.
  • Preparaciones culinarias agradables.

Para cumplir estos objetivos, se tendrán en cuenta varios aspectos:

1. Las dietas serán sencillas y de fácil preparación.

2. Los alimentos tendrán una presentación vistosa y agradable.

3. Fraccionar la dieta en 4 ó 5 comidas diarias.

4. La cena frugal.

5. Los líquidos y los zumos constituirán una sola toma o se suministrarán entre comidas. Es preferible el consumo de cantidades moderadas de agua con las comidas, aunque se permite la ingesta de una pequeña cantidad de vino tinto (un vasito), si forma parte de las costumbres del anciano y no existe contraindicación médica.

6. Moderar el consumo de café y de bebidas excitantes.

7. No abusar de licores y bebidas edulcoradas.

8. Mantener en lo posible los hábitos y gustos personales.

Las necesidades nutricionales de las personas mayores con un estado de salud óptimo no deben diferir mucho de las de las personas adultas. Sin embargo, el estado nutricional de los ancianos puede verse alterado por diferentes causas:

  • Dietas muy restrictivas.
  • Alimentación monótona o poco apetitosa.
  • Alteración de la estructura de la boca.
  • Disminución de las papilas gustativas y de la capacidad olfativa.
  • Disminución de las secreciones salivares, dificultad en la deglución.
  • Tránsito esofágico más lento.
  • Menor secreción ácida en el estómago y frecuente atrofia de su mucosa.
  • Disminución del flujo sanguíneo y de la actividad y metabolismo hepáticos.
  • Frecuente intolerancia a la lactosa.
  • Presencia de patología asociada y medicación.
  • Aislamiento social y problemas económicos.
  • Incapacidad física para la selección y preparación de los alimentos.

Habrá que atender también a diversos tipos de necesidades:

Energéticas:

Por el natural proceso de envejecimiento se produce la pérdida celular y reducción del metabolismo, que se traduce en una pérdida de vigor y estado de salud. Entre los 20-80 años, el metabolismo se reduce un 3% cada año. Y además las personas mayores reducen la intensidad de la actividad física, por lo que habrá que adecuar la dieta a estas nuevas necesidades energéticas.

Proteínicas:

A medida que aumenta la edad disminuye la masa muscular y aumenta la grasa corporal. La renovación de proteínas corporales del anciano no difiere significativamente de la del adulto., estableciéndose en 0,75g/kg de peso/día.

Necesidades de grasas:

Las grasas son importantes como preventivas de la arterosclerosis y los beneficios de los niveles adecuados de colesterol. Se debe reducir el consumo de grasas saturadas pero no se debe ser excesivamente restrictivo. Se debe asegurar una ingesta de grasas en torno a 30-35% del consumo calórico diario, y un 10% de grasa poliinsaturadas que asegure la ingesta de ácidos grasos esenciales con la dieta y de vitaminas liposolubles.

De carbohidratos:

La dieta de las personas mayores debe contener un 44-45% de carbohidratos, debe ser rica en fibra para asegurar una movilidad intestinal correcta. No es necesario reducir el consumo de azúcar (salvo diabetes) por ser una fuente útil de energía.

Vitaminas y minerales:

Salvo el calcio y el hierro, las necesidades son las mismas que las de los adultos:

Calcio: Importante por la osteoporosis (la padece un tercio de la población mayor). El aumento de las proteínas tiende a incrementar las pérdidas urinarias de calcio.
Hierro: Suele ser frecuente la aparición de anemia, aunque no siempre se debe a falta de hierro.
Vitaminas: En las sociedades industrializadas el colectivo de ancianos es el que más riesgo presenta de padecer deficiencias vitamínicas. Una dieta variada y equilibrada cubre las necesidades de minerales y vitaminas de la mayoría de los ancianos.
Agua: Con la edad disminuye la cantidad de agua del organismo, lo que produce cambios en la regulación de la temperatura corporal con aumento de la tendencia a la deshidratación, que puede poner su vida en peligro.

Hay varios factores que favorecen el desequilibrio del agua, entre otros:

Disminución de la sensación de sed provocada por el envejecimiento.
Disminución de la apetencia y tolerancia a determinados alimentos ricos en agua (ej:leche).
Disminución del acceso al agua (por pérdida de autonomía física y psíquica)
Miedo a la incontinencia urinaria, sobre todo por las noches.
Alteración de la cavidad oral, etc.

En los ancianos, se debe recomendar y procurar el consumo de agua como si se tratase de un medicamento. Se recomienda la ingesta de 8 vasos de agua diarios (al menos 2 litros), preferiblemente entre comidas (para evitar la dilución del jugo gástrico y la saciedad temprana), evitar bebidas azucaradas, limitar las alcohólicas y las ricas en cafeína y cola.

Cuando la ingesta de líquido es dificultosa se puede proporcionar mediante el uso de gelatinas y espesantes.

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**1. Objetivos de la Planificación de Menús

  • Equilibrio Nutricional: Asegurar una ingesta adecuada de todos los nutrientes esenciales.
  • Ahorro de Tiempo y Dinero: Optimizar la compra de alimentos y reducir el tiempo dedicado a la preparación de comidas.
  • Variedad y Sabor: Mantener la comida interesante y apetecible para toda la familia.
  • Adaptación a Necesidades Especiales: Tener en cuenta alergias, intolerancias y preferencias dietéticas.

**2. Cómo Planificar un Menú Semanal

**a. Revisión de Necesidades Nutricionales

  • Edad y Actividad: Considera las necesidades nutricionales de cada miembro de la familia según su edad y nivel de actividad.
  • Condiciones de Salud: Adapta los menús a necesidades dietéticas especiales, como diabetes, hipertensión o alergias alimentarias.

**b. Elaboración de un Menú Semanal

  1. Planificación de Comidas
    • Desayunos: Incluye opciones nutritivas como cereales integrales, frutas, yogur y huevos.
    • Almuerzos: Prepara comidas equilibradas con proteínas (carne, pescado, legumbres), carbohidratos (arroz, pasta, pan integral) y vegetales.
    • Cenas: Opta por cenas ligeras, con una combinación de proteínas, verduras y una fuente de carbohidratos.
    • Snacks: Considera opciones saludables como frutas, nueces, yogur o palitos de verduras con hummus.
  2. Ejemplo de Menú Semanal

    Lunes

    • Desayuno: Avena con frutas y nueces.
    • Almuerzo: Pechuga de pollo a la plancha, quinoa y ensalada verde.
    • Cena: Sopa de verduras y tostadas integrales.
    • Snack: Rodajas de manzana con mantequilla de almendra.

    Martes

    • Desayuno: Yogur griego con miel y granola.
    • Almuerzo: Ensalada de atún con garbanzos y vegetales mixtos.
    • Cena: Tacos de pescado con salsa de aguacate y repollo rallado.
    • Snack: Zanahorias baby con hummus.

    Miércoles

    • Desayuno: Smoothie verde con espinacas, plátano y leche de almendras.
    • Almuerzo: Lasaña de vegetales y una ensalada.
    • Cena: Pollo al horno con batatas asadas y brócoli.
    • Snack: Un puñado de almendras.

    Jueves

    • Desayuno: Tortilla de espinacas y champiñones.
    • Almuerzo: Sopa de lentejas y pan integral.
    • Cena: Filete de salmón con arroz integral y espárragos.
    • Snack: Yogur con frutas.

    Viernes

    • Desayuno: Pan integral con aguacate y tomate.
    • Almuerzo: Pizza casera con base de coliflor y vegetales.
    • Cena: Ensalada de garbanzos y una fruta.
    • Snack: Palomitas de maíz.

    Sábado

    • Desayuno: Panqueques integrales con frutas frescas.
    • Almuerzo: Hamburguesas de pavo con batatas al horno.
    • Cena: Ensalada de pasta integral con tomates y albahaca.
    • Snack: Batido de frutas.

    Domingo

    • Desayuno: Huevos revueltos con espinacas y pan integral.
    • Almuerzo: Asado de carne con puré de patatas y verduras al vapor.
    • Cena: Ensalada de quinoa con aguacate y limón.
    • Snack: Frutos secos y una pieza de fruta.

**c. Planificación de Compras

  • Lista de Compras: Elabora una lista de compras basada en el menú semanal para asegurarte de tener todos los ingredientes necesarios.
  • Compras a Granel: Considera comprar algunos ingredientes a granel para reducir costos y desperdicios.

**d. Preparación y Cocina

  • Preparación Anticipada: Dedica tiempo el fin de semana o en un día libre para preparar algunos ingredientes básicos, como verduras picadas o salsas caseras.
  • Congelación: Cocina y congela algunas comidas para tener opciones rápidas y saludables disponibles durante la semana.

**3. Consejos Adicionales

  • Variedad de Alimentos: Asegúrate de incluir una amplia gama de alimentos para evitar la monotonía y cubrir todos los grupos alimenticios.
  • Involucra a la Familia: Permite que los miembros de la familia participen en la planificación y preparación de las comidas para fomentar hábitos saludables.
  • Flexibilidad: Mantén la flexibilidad para ajustar el menú según las preferencias, disponibilidad de ingredientes y cambios en la rutina familiar.

**4. Evaluación y Ajustes

  • Revisión Regular: Evalúa cómo funciona el plan de menú y haz ajustes según el feedback de la familia y los resultados observados.
  • Actualización del Menú: Revisa y actualiza el menú semanalmente o mensualmente para incorporar nuevos alimentos y recetas.

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