Confianza en sí mismo

Sin valoraciones

 CONFIANZA EN SÍ MISMO

Una sensación muy clara de nuestro valor y de nuestras capacidades.
Las personas dotadas de esta competencia:
• Manifiestan confianza en sí mismas y poseen «presencia».
• Pueden expresar puntos de vista impopulares y defender sin apoyo de nadie lo que consideran correcto.
• Son emprendedores y capaces de asumir decisiones importantes a pesar de la incertidumbre y las presiones. Aunque nunca lo hubiese admitido, el desempeño de su trabajo era una auténtica muestra de valentía.
Esta clase de confianza en sí mismo es la condición indispensable de toda actuación sobresaliente porque, a falta de ella, las personas solemos carecer de la suficiente convicción para afrontar las dificultades que se nos presentan. La confianza en nosotros mismos nos proporciona, en suma, la suficiente seguridad como para asumir el papel de líder.
En cambio, para quienes carecen de autoconfianza cada fracaso no hace sino confirmar su sensación de incompetencia. La falta de confianza en uno mismo puede manifestarse como sentimientos de impotencia, inoperancia y una abrumadora sensación de inseguridad. Por el contrario, el exceso de confianza puede acabar convirtiéndose en arrogancia, especialmente en el caso de que la persona carezca de habilidades sociales y, del mismo modo, tampoco debe confundirse con la impulsividad porque, para tener un impacto positivo, la confianza en uno mismo debe hallarse en armonía con la realidad . Es también por ello por lo que la falta de autoconciencia constituye un obstáculo para tener una seguridad en nosotros mismos basada en la realidad.
La confianza en uno mismo puede revelarse en una presentación muy decidida que implica una proyección de la propia «presencia». Las personas dotadas de mucha confianza en sí mismas, parece exudar carisma e inspirar seguridad en quienes les rodean. De hecho, el elevado nivel de confianza en sí mismos de los supervisores, los directivos y los ejecutivos marca la diferencia existente entre los mejores y aquéllos otros que no sobresalen de la media. Las personas que confían en sus propias posibilidades suelen considerarse individuos eficaces, capaces de asumir desafíos y dominar nuevas tareas. Se ven a sí mismos como catalizadores, promotores e iniciadores cuyas habilidades les colocan por encima de la media.
Esta percepción de su fortaleza interna les permite justificar mejor sus decisiones y acciones, y
permanecer inamovibles frente a cualquier tipo de oposición, como ocurre, por ejemplo, con el caso de los auditores más destacados, que no se dejan presionar o intimidar con facilidad.
La confianza en uno mismo nos proporciona la energía suficiente para tomar decisiones o emprender cursos de acción en los que uno cree a pesar de las posibles opiniones en contra o incluso de la desaprobación explícita de alguna persona de más autoridad. El individuo dotado de confianza en sí mismo permanece firme, sin mostrarse arrogante ni ponerse a la defensiva y es consecuente con sus decisiones .

Manual de Inteligencia Emocional

Tener talento y creer en él
La confianza en uno mismo está íntimamente ligada a lo que los psicólogos denominan » autoeficacia «, el juicio positivo de nuestra capacidad para actuar. Pero la autoeficacia no es lo mismo que nuestras capacidades reales, sino más bien lo que creemos que podemos llegar a hacer con ellas . Por sí sola, nuestra capacidad no basta para garantizar el desempeño óptimo, sino que también debemos creer en ella para poder sacarle el máximo provecho.
Existe una relación muy estrecha entre la conciencia de uno mismo y la autoconfianza. Cada uno de nosotros dispone de un mapa interno de sus propias preferencias, capacidades y deficiencias . Por ejemplo, un joven que se consideraba dotado para las relaciones públicas y capaz de desempeñar adecuadamente un trabajo relacionado con las ventas o las entrevistas, se sentía tímido en su vida privada cuando tenía que acudir a una fiesta o a una cita. La sensación de autoeficacia es, pues, específica de un dominio concreto, ya que lo bien que creamos que podemos desempeñar un trabajo no equivale a lo que podamos hacer en un dominio paralelo de la vida cotidiana.
Los trabajadores que creen en sus capacidades suelen desempeñar mejor su trabajo porque esta creencia les motiva, en parte, a trabajar más duro y durante mayor tiempo, y a perseverar a pesar de las adversidades . Solemos evitar aquellas situaciones o campos en los que tememos que podemos fallar. Normalmente eludimos las situaciones o los entornos en los que tenemos miedo de fracasar, aun cuando realmente poseamos las capacidades requeridas para poder afrontar con éxito una determinada tarea porque, si no creemos ser capaces de superar sus desafíos, nos comportaremos de un modo que terminará abocándonos al fracaso.
La misma idea de que «no puedo hacerlo» resulta paralizante.

Uno de los rasgos más comunes encontrados en los trabajadores que carecen de confianza en sí mismos es el temor a parecer un completo inepto. Otro consiste en renunciar fácilmente a las propias opiniones y juicios —incluso a las buenas ideas— cuando éstas se ven cuestionadas. A estos dos factores habría que añadir, además, la indecisión crónica, especialmente cuando uno se halla bajo presión, asustarse ante el más mínimo riesgo y no saber comunicar las ideas útiles.

Vea nuestro Máster de Coaching Infantil y Juvenil

1. Autoconocimiento y Autoaceptación

La confianza en uno mismo comienza con un profundo autoconocimiento. Al reconocer nuestras fortalezas y limitaciones, podemos tener una percepción realista de lo que somos capaces de lograr. La inteligencia emocional nos ayuda a desarrollar este autoconocimiento, ya que implica estar en sintonía con nuestras emociones, entender cómo estas influyen en nuestros comportamientos y aceptarnos tal como somos.

La autoaceptación es esencial para la confianza en uno mismo. Aceptar nuestras emociones y nuestra realidad, en lugar de luchar contra ellas, nos permite sentirnos más cómodos en nuestra propia piel, lo que fomenta una mayor sensación de seguridad y autoestima.

2. Asertividad y Toma de Decisiones

La confianza en uno mismo se manifiesta a menudo en la asertividad, que es la capacidad de expresar nuestras opiniones, emociones y necesidades de manera clara y respetuosa, sin temor al juicio de los demás. Ser asertivo implica tener confianza en nuestras ideas y sentimientos, y ser capaz de defender nuestros intereses sin agredir ni ser sumisos.

Una persona emocionalmente inteligente utiliza su confianza en sí misma para tomar decisiones más alineadas con sus valores. Al estar seguros de nuestras capacidades y juicio, somos más propensos a tomar decisiones de manera firme y con convicción, lo que nos ayuda a enfrentar los retos con una mentalidad positiva.

3. Manejo del Fracaso

La inteligencia emocional nos ayuda a ver el fracaso no como una amenaza, sino como una oportunidad de crecimiento. Las personas con alta confianza en sí mismas son capaces de manejar el fracaso de manera constructiva. En lugar de dejar que el error los desanime, lo interpretan como una experiencia de aprendizaje y continúan adelante con resiliencia.

El manejo emocional en situaciones difíciles es crucial para mantener la confianza. Las personas emocionalmente inteligentes reconocen las emociones negativas, pero no se dejan dominar por ellas, y esto les permite seguir avanzando hacia sus objetivos.

4. Resiliencia y Adaptabilidad

La resiliencia es la capacidad de recuperarse de las adversidades, y está estrechamente ligada a la confianza en uno mismo. Las personas que confían en sus habilidades y juicio pueden adaptarse mejor a los cambios y superar los desafíos sin perder la fe en sí mismas. La inteligencia emocional fomenta esta resiliencia al ayudarnos a gestionar el estrés y las emociones en tiempos difíciles, manteniendo la confianza incluso cuando las cosas no salen como esperábamos.

5. Empoderamiento Personal

La confianza en uno mismo lleva al empoderamiento personal. Sentirse seguro de nuestras capacidades nos impulsa a tomar el control de nuestra vida, a asumir riesgos calculados y a buscar oportunidades de crecimiento. Este sentido de empoderamiento está relacionado con la inteligencia emocional, ya que saber gestionar nuestras emociones de manera efectiva nos permite actuar con seguridad en nosotros mismos.

6. Relaciones Interpersonales

Las personas con una alta confianza en sí mismas tienden a establecer relaciones más saludables, ya que no dependen de la validación constante de los demás para sentirse bien consigo mismas. En el contexto de la inteligencia emocional, esto significa que una persona confiada puede gestionar mejor los conflictos, establecer límites claros y colaborar de manera más efectiva en entornos de equipo, manteniendo un equilibrio entre sus propias necesidades y las de los demás.

7. Motivación y Logro de Metas

La confianza en uno mismo impulsa la motivación. Las personas que creen en sus habilidades están más inclinadas a establecer y perseguir metas ambiciosas, ya que tienen la seguridad de que pueden lograrlas. La inteligencia emocionalrefuerza esta confianza interna al mantener un enfoque positivo y proactivo, lo que facilita el logro de objetivos a largo plazo.

8. Influencia y Liderazgo

En el ámbito del liderazgo, la confianza en uno mismo es crucial. Los líderes emocionalmente inteligentes tienen la seguridad necesaria para influir en los demás de manera positiva, guiando con empatía y tomando decisiones firmes. La confianza en sí mismo permite al líder inspirar confianza en su equipo, promoviendo una cultura de colaboración y crecimiento.

Compártelo en tus redes

Valore este curso

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumimos que estás de acuerdo. VER