Coaching Ejecutivo: Bases

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COACHING EJECUTIVO: BASES

Una de las definiciones más aceptadas es la de Kilburg (2000), que define el coaching ejecutivo como una relación de ayuda establecida entre un cliente (que tiene autoridad y responsabilidades de gestión en una organización) y un consultor (que utiliza una amplia variedad de métodos y técnicas comportamentales), que tiene como misión ayudar al cliente a redactar una serie de objetivos que le permitan mejorar su desempeño profesional y su satisfacción personal y, en consecuencia, incrementar la eficacia de su organización, todo ello dentro de un acuerdo formalmente definido. Se trata de dar sentido al crecimiento del individuo de manera tal, que sea capaz de afrontar con éxito las demandas de su posición.
En el 2004, el Executive Coaching Forum emitió la definición siguiente: “
El coaching ejecutivo es un proceso de desarrollo de liderazgo experiencial e individual que construye una capacidad de líder para alcanzar a corto o largo plazo las metas organizacionales. Se lleva a cabo mediante una interacción, uno a uno, coach ejecutivo y coachee (directivo), manejando datos de múltiples perspectivas y basado en la confianza y respeto mutuo. La organización, el directivo y el coach ejecutivo trabajan asociados para alcanzar el máximo resultado”.
A estas definiciones se pueden añadir otras matizaciones, ya que el coaching ejecutivo también se caracteriza por ser un proceso de entrenamiento guiado, estructurado, personalizado y confidencial, que ayuda a que las personas desarrollen su potencial al máximo, a alcanzar las metas propuestas gracias a un mayor grado de conciencia, que les permite asumir la responsabilidad de mejora y desarrollar la auto-confianza.
En coaching se parte del nivel actual, del aquí y ahora, apoyándose en los puntos fuertes e intentando mejorar al máximo. Sobre los puntos fuertes se crece siempre, las debilidades suponen demasiado esfuerzo para crecer muy poco. Por ello el coaching lo aprovechan aún más los mejores
directivos. Se trata de un punto muy importante, vital. Crecer en base a aquello que soy fuerte no es una práctica demasiado habitual, pues la tendencia es a “elevar” los puntos débiles, como si fuera de vital importancia ofrecer un perfil homogéneo, y a ser posible alto, pero en realidad si éstos están en una media de desempeño aceptable, la gran ventaja del coaching es desarrollar y hacer crecer a las personas sobre sus puntos fuertes que les llevan a convertirse en brillantes. Situarnos en el espacio de las “fortalezas”, es asentarnos en el principio del “placer”, del descubrimiento y el juego, y como decía Winnicott, “es en el juego y sólo en el juego que el niño o el adulto como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su personalidad, y sólo al ser creativo el individuo se descubre a sí mismo”.

Manual de Coaching

Confidencialidad. Es la base para que se produzca una relación en la que exista un clima de confianza. La confianza es la clave de todo proceso de Coaching, sin ella no es posible obtener los objetivos que se persiguen. Los resultados de las evaluaciones y de lo tratado en las sesiones de seguimiento de coaching deben caracterizarse por ser confidenciales, y lo abordado entre el coach y el coachee no debe conocerlo ninguna otra persona, a no ser que el coachee desee compartirlo con alguien.

Personalizado. Cada coachee, como persona, es única por sus características, sus intereses, su trayectoria, así como por los resultados obtenidos en la evaluación. Por ello, tanto los objetivos que se pretendan alcanzar, como el plan de acción que se establezca en una relación de coaching es absolutamente personalizado, hecho a la medida del receptor.

Guiado. El coachee determina qué metas quiere alcanzar y el coach proporciona una guía que facilita su consecución a través de un proceso de seguimiento. Como señala López Acevedo (2005), el coach ayuda a su cliente a abordar ciertos cambios, le acompaña durante el proceso, le apoya, le estimula, le incita a la acción y le sostiene en las dificultades, pero es el coachee quien debe realizar el trabajo, quien aborda el aprendizaje necesario para generar un cambio sustancial en sus actuaciones.

Estructurado. El proceso de coaching debe estar planificado, organizado y estructurado en fases claramente definidas en las que se aborden diferentes acciones. Las etapas en las que se implementa son: la creación de relaciones, evaluación, retroinformación, planificación, ejecución, evaluación y seguimiento.

Incremento de la conciencia. El diccionario se refiere con “conciencia” a que la persona se reconozca en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí misma experimenta, así como en tener un conocimiento exacto y reflexivo de las cosas. Cuando se incrementa el grado de conciencia empieza a ser posible entender qué aspectos, conductas o hábitos deben cambiarse para alcanzar los objetivos profesionales. El coach hace suya la afirmación de Goethe: “lo mejor que puedes hacer por los demás no es enseñarles tus riquezas sino hacerles ver la suya propia”. Es clave conocer en qué nivel de desarrollo de la conciencia se encuentra la persona y desde ahí determinar qué nivel de conciencia es necesario alcanzar y qué cambios comportamentales han de darse para que la persona sea efectiva. Los cambios de conciencia han de anteceder a los cambios de comportamiento, ya que la experiencia demuestra, una y otra vez, que la inversa no funciona, pues es imposible. Tomar conciencia o ser conscientes es la condición requerida para dotar de fuerza la decisión de cambiar, pues “tiene el trabajo, aquel que se ha vuelto deseoso del Bien de despertar, para oír el ruido del agua subterránea”.

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Bases del Coaching Ejecutivo

  1. Objetivo Personalizado: El coaching ejecutivo tiene como base el establecimiento de objetivos claros y específicos, adaptados a las necesidades individuales del coachee (ejecutivo o directivo). Estos objetivos suelen estar alineados con las metas estratégicas de la organización para asegurar que el crecimiento personal también beneficie al entorno laboral.
  2. Proceso Reflexivo y Transformador: El proceso de coaching ejecutivo invita al ejecutivo a reflexionar sobre sus fortalezas, áreas de mejora, comportamientos y hábitos. Mediante preguntas poderosas y técnicas de exploración, el coach ayuda al coachee a generar conciencia sobre sus propias capacidades y a diseñar estrategias para mejorar.
  3. Foco en el Liderazgo: Una de las bases del coaching ejecutivo es el desarrollo del liderazgo. Esto implica trabajar habilidades como la gestión de equipos, la motivación de los colaboradores, la delegación efectiva y la creación de un entorno de trabajo colaborativo y de alto rendimiento.
  4. Desarrollo de Competencias Emocionales: Las competencias emocionales, como la inteligencia emocional, son un pilar fundamental del coaching ejecutivo. El objetivo es que el ejecutivo adquiera una mayor capacidad para gestionar sus emociones y las de los demás, lo que le permite afrontar situaciones complejas, resolver conflictos y mejorar sus relaciones interpersonales.
  5. Confidencialidad: El coaching ejecutivo se basa en un alto grado de confidencialidad y confianza. El ejecutivo debe sentirse seguro de que todo lo discutido durante las sesiones será tratado con discreción, lo que facilita una apertura sincera y honesta en la relación entre el coach y el coachee.
  6. Responsabilidad y Compromiso: Una base clave es que el coachee asume la responsabilidad de su propio crecimiento y de las acciones que se derivan del proceso de coaching. El coach, por su parte, acompaña y apoya, pero el verdadero cambio depende del compromiso del ejecutivo.
  7. Toma de Decisiones y Resolución de Problemas: El coaching ejecutivo se centra en mejorar la capacidad del ejecutivo para tomar decisiones acertadas bajo presión, analizando diversas alternativas y gestionando los riesgos e incertidumbres que conlleva su puesto. Asimismo, fomenta un enfoque estructurado y eficaz para la resolución de problemas.
  8. Metodología y Evaluación: El coaching ejecutivo suele apoyarse en metodologías específicas, como el Feedback 360º o evaluaciones psicométricas, para identificar puntos ciegos y áreas de mejora en el liderazgo del ejecutivo. Al final del proceso, se evalúan los resultados alcanzados en función de los objetivos inicialmente planteados.
  9. Alineación con la Estrategia Organizacional: Es esencial que el coaching ejecutivo esté alineado con la estrategia global de la organización. Un ejecutivo que mejora en su liderazgo o habilidades de toma de decisiones debe tener un impacto directo en los objetivos corporativos y en la cultura de la empresa.

Beneficios del Coaching Ejecutivo

  • Mejora del rendimiento: Incrementa la efectividad personal y profesional del ejecutivo.
  • Mayor autoconocimiento: El ejecutivo toma conciencia de sus áreas de mejora y fortalezas.
  • Desarrollo de habilidades de liderazgo: Facilita la toma de decisiones, la delegación y la motivación de equipos.
  • Mejor gestión emocional: Aumenta la capacidad de regular emociones, mejorando el clima laboral y las relaciones.
  • Mayor satisfacción profesional: Los ejecutivos se sienten más seguros y alineados con sus responsabilidades, lo que genera mayor satisfacción en su rol.

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