CAPÍTULO 8 Créditos por operaciones comerciales

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CAPÍTULO 8 Créditos por operaciones comerciales

8.1 Introducción

El origen principal de los ingresos comerciales de las empresas resultan de las ventas, ya sean de aquellos productos elaborados por otros o por sí mismos o de la prestación de servicios. En determinadas circunstancias, dichas ventas proporcionan a la empresa liquidez inmediata a la transacción de venta como ocurre en los establecimientos minoristas, en los que la mayor parte de las ven­tas que efectúan al consumidor final son al contado. Por el contrario, en los establecimientos mayoristas o empresas industriales en que los clientes ha­bitualmente lo constituyen otras empresas, la mayor parte de las ventas se realizan a crédito.

En las ventas a crédito, los productos son entregados al cliente con la conce­sión de un determinado periodo de tiempo para poder efectuar el pago, de esta forma se originan los créditos comerciales que no son otra cosa que un contrato por el que se rige la transacción; es decir, donde quedan fijadas las condiciones en que se realizará la entrega de la mercancía así como la transmisión de la propiedad jurídica o control económico, riesgos inherentes a la transacción, etcétera, así como la forma de la contraprestación o importe del pago o de los pagos a realizar en una fecha posterior (diferimiento del pago) por parte del cliente.

Las condiciones contenidas en el contrato de venta son fundamentales para el reconocimiento contable y valoración del crédito a cobrar. En efecto, la nueva normativa contable considera que no existe transmisión de la propiedad o control de las mercancías mientras no se consideren transmitidos los riesgos sobre las mismas, lo que conlleva que la entidad vendedora de las mercancías no puede registrar la susodicha venta mientras no se hayan transmitido los riesgos potenciales sobre la mercancía como consecuencia de transporte, dete­rioro, pérdida, etc.; es decir, momento en que los riesgos pasasen a cargo del comprador.

Para la empresa vendedora, una vez reconocidos los créditos a favor, pasan a representar un punto intermedio en el denominado ciclo de explotación de la empresa por el cual se han de convertir las mercancías en efectivo, mediante el proceso de venta y cobro, operando como estímulo para el auge de las transac­ciones de venta y el comercio en general.

No obstante siendo aliciente para las ventas, el crédito comercial puede dar lugar a ciertas contraindicaciones que podemos agrupar mediante la denomina­ción de “el problema del crédito”.

Dicho problema abarca varios aspectos a tener en cuenta por parte de la empresa vendedora, aunque esencialmente tienen un denominador común de
carácter financiero, al ser innegable el requerimiento de mayor empleo de capi­tal para financiar el ciclo de explotación1 en comparación del capital requerido para financiar el ciclo de explotación de aquella empresa si las ventas se realizasen al contado.

Un aspecto fundamental a considerar es el de la «incertidumbre en el cobro» o riesgo de impago por parte de los clientes y las posibles perturbaciones que puede originar en los comportamientos de las ventas, producción o financiación.

Cuando la empresa intenta contener o disminuir la incertidumbre en el cobro de los créditos, lo que trata es de reducir las posibles pérdidas, llegando a adoptar una política restrictiva en cuanto a la concesión de crédito, disminuyendo y haciéndolo más selectivo.

La adopción de una política restrictiva debe de haber sopesado los posibles efectos adversos sobre la política de ventas de la empresa ya que si sólo otorgase solvencia a los clientes de indudable credibilidad, provocaría un efecto de dismi­nución drástica para las ventas, y, por lo tanto, para los beneficios que con ella se obtienen.

Para alcanzar una política restrictiva del crédito eficiente se hace necesario considerar el análisis de la relación entre unas menores ventas y la contribución al beneficio bruto de las ventas rechazadas.

Por el contrario, una política de crédito no restrictiva puede estimular las ventas, anticipar las entregas y dilatar la temporada de cobro; así como permitir la prolon­gación y estabilización de los periodos de producción.

También, hay que tener en cuenta que la política del crédito afecta a la estruc­tura financiera de la empresa, pudiendo afectar al pasivo, al requerir financiación, ya sea con fondos propios, ajenos o ambos, cuyo equilibrio impone limitaciones al crédito total concedido a los clientes.

En cuanto a la valoración de los créditos comerciales, requieren ser valorados por el valor actual del efectivo a cobrar en el futuro o importe finalmente adeu­dado bajo el contrato. En dicho contrato, debe estar designada la tasa de interés o descuento a aplicar, o en su defecto la tasa de mercado correspondiente al crédito de igual riesgo.

No obstante, desde una perspectiva razonable cabe esperar algún porcentaje de posibles fallidos en el cobro sobre el total de los créditos concedidos. Dicha estima­ción debe basarse en un número grande de partidas, en la antigüedad de los saldos y las características de las cuentas pendientes de cobro en la fecha del cierre conta­ble, lo que contablemente supone una reducción de ingresos,

El Código de Comercio, en su artículo 35 modificado, establece que dichos créditos estarían clasificados en el balance, bajo el epígrafe de activo circu­lante o corriente, y cuya realización ocurra en un plazo máximo de un año contado a partir de la fecha de cierre del ejercicio y valorados al precio de adquisición o por el coste de producción, y se contabilizarán cuando dicha valoración pueda efectuarse con un adecuado grado de fiabilidad.

El artículo 39 modificado del Código de Comercio, y en relación con los elemen­tos del activo circulante o corriente, admite la existencia de un deterioro en el valor, por lo que se efectuarán las correcciones valorativas necesarias con el objeto de atribuir el valor inferior de mercado, o cualquier otro valor inferior, según qué cir­cunstancias especiales sean apreciadas en la fecha de cierre del balance, y que no podrá mantenerse si las razones que lo motivaron dejaron de existir, salvo cuando deban calificarse de pérdidas irreversibles.

8.2 Créditos por operaciones comerciales

El PGC parte de considerar como activos financieros a los créditos co- merciales siempre que resulten con valoración favorable para la empresa. Dichos créditos comerciales quedan definidos como aquellos saldos deudores representados por instrumentos financieros y cuentas que tengan su origen en el tráfico de la empresa, así como las cuentas con las Administraciones Públicas, incluso las que correspondan a saldos con vencimiento superior a un año.

Los créditos con origen en el tráfico de la empresa los clasifica bajo la deno­minación de “Deudores por operaciones comerciales ” en el grupo 4 del cuadro de cuentas:

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8.2.1 Créditos comerciales con clientes

Las cuentas de “clientes” están recogidas en el grupo 4 del PGC para ser utilizadas en el registro de aquellos créditos a favor de la empresa que sean ori­ginados por operaciones de tráfico y que constituyan una actividad principal, como lo son los créditos con los compradores de mercancías y demás existencias del grupo 3, y con los usuarios de los servicios prestados por la empresa.

Contabilidad

En el desarrollo del subgrupo 43 quedan definidas las cuentas de “clientes”:

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Las relaciones contables establecidas en el PGC, y que originan el registro de un cargo en la cuenta de clientes, son consecuencia de los ingresos pendientes de cobro de operaciones de ventas o prestaciones de servicios, envases y embalajes facturados a los clientes con facultad de devolución y de intereses devengados por los aplazamientos de los cobros:

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Por el contrario, los conceptos principales de abono en la cuenta de clien­tes serían por la cancelación de los créditos con clientes, tanto por haber sido cobrados en el momento de su cancelación, como por no haber podido hacerlo en su momento y con dudas razonables de no poder hacerlo posteriormente, o en cualquier otro momento, o incluso la imposibilidad definitiva del cobro, las rebajas y descuentos de cualquier índole realizados a los clientes así como las devoluciones de producto objeto de la venta, tanto parcial como totalmente o de envases si son retornables:

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Los «créditos por operaciones comerciales» se refieren a las transacciones comerciales en las que una empresa otorga crédito a sus clientes para la compra de bienes o servicios. Este proceso implica que la empresa actúe como acreedor al permitir que sus clientes compren a crédito y paguen en una fecha futura acordada:

1. Condiciones de Crédito:

  • Las condiciones de crédito son los términos y condiciones bajo los cuales la empresa está dispuesta a otorgar crédito a sus clientes. Esto incluye detalles sobre la duración del crédito, las fechas de vencimiento, los términos de pago y cualquier interés o descuento aplicable.

2. Registro Contable Inicial:

  • Cuando se realiza una venta a crédito, la empresa registra la transacción y crea una cuenta por cobrar (crédito por operaciones comerciales) en sus libros contables. Esto representa el monto que se espera recibir del cliente en el futuro.

3. Facturación y Documentación:

  • Se emite una factura detallada al cliente que refleja la cantidad adeudada, los términos de pago y otra información relevante. La documentación adecuada es esencial para evitar malentendidos y disputas.

4. Gestión de Créditos:

  • La gestión de créditos implica evaluar el riesgo crediticio de los clientes antes de otorgar crédito. Esto puede incluir la revisión de historiales crediticios, establecimiento de límites de crédito y aplicación de políticas internas de la empresa.

5. Vencimientos y Cobros:

  • La empresa realiza un seguimiento de las fechas de vencimiento y lleva a cabo actividades de cobro para asegurarse de que los clientes realicen los pagos a tiempo. Esto puede implicar recordatorios, estados de cuenta y acciones más formales si el pago se retrasa.

6. Intereses y Descuentos:

  • Según los términos acordados, la empresa puede aplicar intereses por pagos atrasados o ofrecer descuentos por pagos anticipados para incentivar el pago oportuno.

7. Revisión y Análisis de Créditos:

  • Es importante revisar y analizar regularmente las cuentas por cobrar para identificar cualquier riesgo potencial de incobrabilidad. Esto puede llevar a ajustes en las provisiones para cuentas dudosas.

8. Informes Financieros:

  • Los créditos por operaciones comerciales afectan los informes financieros de la empresa. Se deben proporcionar detalles sobre las cuentas por cobrar en los estados financieros para brindar transparencia a los inversionistas y otras partes interesadas.

9. Evaluación de Políticas:

  • Las políticas de crédito deben ser revisadas periódicamente para asegurarse de que sigan siendo apropiadas en función de las condiciones del mercado y la experiencia pasada.

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