Capítulo 23 Diez consejos para gestionar bien la financiación de la empresa

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Capítulo 23 Diez consejos para gestionar bien la financiación de la empresa

En este capítulo

  • Financiación equilibrada
  • Coste medio de la financiación
  • Relación banca-empresa

En una empresa lo más difícil es tener un buen producto y muchos clientes. Y, además, tener un buen equipo humano. Pero si no se tiene una buena financiación todo se puede ir al traste. Veamos las claves de una adecuada política de financiación.

El tamaño es lo que importa… Cuanto más pequeño sea el balance, mejor

Una buena política de financiación comienza reduciendo las necesidades de inversión. Como ya se ha indicado, el balance debe ser lo más reducido posible, siempre que se garantice que la empresa dispone de los activos necesarios para llevar a cabo su actividad. Por esto, a veces puede ser mejor alquilar que comprar, ya que así reducimos el dinero que necesitamos para funcionar.

Usar la financiación automática

Una vez que hemos conseguido que el balance sea lo más pequeño posible, debemos intentar que la financiación automática nos financie lo más que se pueda. La financiación automática es la que tiene la empresa por el mero hecho de llevar a cabo su actividad. Es la que procede de proveedores, de la Seguridad Social, o de Hacienda, por ejemplo. En la medida en que esta financiación automática sea muy elevada, menos necesidad tendrá la empresa de acudir a los bancos o a los accionistas para financiarse.

Un buen equilibrio entre capital y deuda

Una vez que conocemos el importe de las inversiones que no se cubre con la financiación automática, sabemos qué importe tenemos que financiar por otras vías. En ese momento hay que decidir qué parte financiaremos con capital de los accionistas y qué parte con deuda. Para ello hay que tener en cuenta, entre otros aspectos, el nivel de riesgo con el que queremos operar, el coste de la deuda, los beneficios obtenidos que ayudarán a pagar la deuda y los dividendos, y la fiscalidad. Es importante garantizar que la política financiera de la empresa permita mantener un nivel de autonomía suficiente en relación con los bancos. De este modo evitamos que nos suceda lo que le pasa a aquellas empresas que trabaj an sólo para devolver los préstamos bancarios.

Una buena proporción entre deuda a corto plazo y deuda a largo plazo

Contabilidad

Cuando sepamos qué cantidad de deuda necesitamos tendremos que decidir qué parte de ésta podemos suscribir con un vencimiento a menos de un año y qué parte con un plazo mayor. Para poder decidir sobre esta cuestión necesitamos conocer el plazo de recuperación de todas las inversiones. En este punto nos ayudará en gran medida confeccionar un presupuesto de tesorería para los doce meses del primer año y un plan de tesorería para los próximos tres o cinco años. A partir de los saldos previstos podremos evaluar nuestra capacidad de devolución de deuda. A medida que aumenta el plazo de la deuda suele incrementarse el coste financiero, por lo que deberemos buscar la combinación óptima de la deuda que nos permita conseguir los objetivos de mínimo coste, así como el plazo y las condiciones adecuadas.

Reducir los riesgos que comporta la deuda

La deuda implica asumir algunos riesgos que pueden generar pérdidas importantes. Por ejemplo, si la deuda es en divisas, existe el riesgo del tipo de cambio, ya que una fluctuación de éste puede producir importantes riesgos de cambio. Para minimizar estas pérdidas se pueden contratar seguros de cambio.

Otro riesgo es el de la subida de los tipos de interés. También hay productos como los acuerdos de tipos de interés (FRA), que permiten protegerse ante subidas de tipos de interés. De todas formas, cuando se contrata este tipo de productos, hay que leer la letra pequeña de los contratos para comprobar que entendemos (y estamos de acuerdo con ellas) las condiciones que propone la entidad de crédito.

Otro riesgo es el de impago de la deuda. En este caso, el riesgo viene dado porque el banco o el acreedor pueden iniciar acciones judiciales que pongan en peligro la continuidad de la empresa. Por ello, en el contrato de préstamo debemos prever vías de solución en caso de que se produzcan obstáculos para la devolución de la deuda.

Lo que le gusta a la banca

A la banca le gustan las empresas que tienen un buen historial con ellos. También prefieren empresas que tengan balances saneados y negocios con capacidad de generación de riqueza. Deben planificar bien y a tiempo sus necesidades de financiación, para no tener prisas de última hora. Otro aspecto que se valora de manera muy positiva es poseer inmuebles que se puedan ofrecer como garantía de los préstamos. No es fácil cumplir todas estas condiciones, pero si se hace resultará más fácil conseguir la financiación deseada.

Cuidar la relación banca-empresa

Una buena relación banca-empresa exige cumplir todos los compromisos. Esto implica no atrasarse en el pago de las cuotas de los préstamos y no tener cuentas corrientes con saldo negativo. Si hay problemas, es mejor ir con la verdad por delante y planificar a tiempo las posibles soluciones. Otro aspecto importante es aportar de manera puntual toda la información solicitada. Por ejemplo, facilitar las cuentas anuales y demás documentación de la empresa. Por último, los bancos valoran de forma muy positiva el que sus clientes aporten el negocio complementario que suponen el pago de nóminas, seguros sociales u otros servicios, ya que representan una fuente de vinculación y rentabilidad adicional. Es deseable que ambas partes entiendan que hay que cuidar la relación banca-empresa si quieren conseguir beneficios a largo plazo.

Evitar las dependencias

Uno de los mayores peligros para una empresa son las dependencias. Es muy peligroso depender de un empleado, un cliente, un proveedor o un banco. En lo relativo a la financiación, hay que diversificar la operativa y trabajar con varios bancos. Si se trabaja con un solo banco nos arriesgamos a que éste deje de estar interesado en renovar o ampliar la financiación. Además, al trabajar con varias entidades se puede negociar en cada momento las mejores condiciones.

Mantener una buena capacidad de endeudamiento

Para reducir el riesgo de incurrir en problemas de liquidez conviene que la empresa tenga capacidad de endeudarse en un momento dado. Una forma de hacerlo es solicitar una póliza de crédito por un límite superior al que realmente necesita. Como no se va a utilizar todos los fondos solicitados, en caso de necesidad siempre se podrá utilizar la parte no dispuesta. El problema de esta práctica es que a veces los bancos cobran una comisión por la parte no dispuesta. Otra alternativa es poseer inmuebles que estén libres de hipotecas. Así, en caso de necesitar financiación se podrá ofrecer estos inmuebles como garantía. En estos casos siempre será de gran ayuda mantener una buena relación con las entidades de crédito y tener pocas deudas.

Contabilidad

Aumentar el valor de la empresa con una buena financiación

La financiación puede ayudar a conseguir el principal obj etivo de las finanzas de la empresa: hacer crecer el valor de las acciones. Si la política financiera es prudente y no se opera con riesgo elevado, el coste del patrimonio neto y de la deuda será menor. Una financiación a coste reducido permitirá que el beneficio aumente. Así, la rentabilidad será mayor. En definitiva, una mayor rentabilidad y unos niveles bajos de riesgo ayudarán a que el valor de la empresa aumente.

 

 

Gestionar adecuadamente la financiación de una empresa es esencial para su éxito a largo plazo:

  1. Elabora un Plan de Negocios Sólido:
    • Un plan de negocios bien estructurado te ayudará a comprender tus necesidades financieras y a establecer metas claras. Incluye proyecciones financieras realistas.
  2. Controla el Flujo de Efectivo:
    • Monitorea y gestiona el flujo de efectivo de manera constante. Asegúrate de tener suficiente liquidez para cubrir gastos operativos y aprovechar oportunidades.
  3. Diversifica las Fuentes de Financiación:
    • No dependas exclusivamente de una fuente de financiación. Explora diversas opciones como préstamos bancarios, inversionistas, líneas de crédito y financiamiento propio.
  4. Negocia Condiciones Favorables:
    • Negocia términos y tasas de interés favorables con instituciones financieras. Mantén una buena relación con tus proveedores para negociar plazos de pago beneficiosos.
  5. Controla los Gastos:
    • Examina regularmente los gastos y busca formas de reducir costos sin comprometer la calidad. Un gasto eficiente contribuye a la rentabilidad de la empresa.
  6. Gestiona Responsablemente el Endeudamiento:
    • No te endeudes más allá de tu capacidad de pago. Calcula el endeudamiento adecuado y utiliza el financiamiento de manera estratégica para impulsar el crecimiento.
  7. Invierte en Tecnología Financiera (Fintech):
    • Utiliza herramientas y plataformas tecnológicas para facilitar la gestión financiera. La tecnología puede mejorar la eficiencia y la precisión en el seguimiento de las finanzas.
  8. Mantén un Buen Historial Crediticio:
    • Un buen historial crediticio facilita la obtención de financiamiento. Paga tus deudas a tiempo y gestiona responsablemente las líneas de crédito.
  9. Anticipa Riesgos Financieros:
    • Identifica y evalúa posibles riesgos financieros. Prepararte para contingencias y tener planes de mitigación puede ayudar a evitar problemas mayores.
  10. Invierte en Educación Financiera:
    • Desarrolla tu comprensión de los conceptos financieros y mantente actualizado sobre tendencias económicas. La educación financiera te capacita para tomar decisiones más informadas.

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