ALIMENTACIÓN EN LA CONVALECENCIA

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Factores

Uno de los principales factores de restablecimiento es la dieta. Si el enfermo ha sufrido una operación quirúrgica, en el hospital se le ha establecido una dieta progresiva, desde la sueroterapia, pasando por dieta líquida (infusiones, caldos y zumos de frutas poco ácidos), después por alimentos de muy fácil digestión y texturas fluidas (yogures, galletas, jamón york, fiambre de pavo, huevo pasado por agua o en tortilla), dieta elaborada y dirigida por profesionales.

Una vez en el domicilio llega el vacío de información.

La alimentación durante la convalecencia debe ser variada y equilibrada pero con matices:

No se debe tener prisa en comer como antes. Es mejor comenzar con una dieta suave y de fácil digestión.

Se debe repartir la ingesta en tomas frecuentes y de poco volumen, cada 2-3 horas aprox, unas 5-6 comidas diarias.

Conviene establecer los horarios de las comidas de acuerdo a las tomas de la medicación prescrita, ya que hay algunos alimentos que interaccionan con determinados fármacos. Por ejemplo, los analgésicos y antiinflamatorios conviene administrarlos junto con alimentos para evitar problemas gástricos.

Alimentarse poco a poco, masticando y disfrutando del sabor de los platos, facilita la digestión y da tiempo a que se pongan en marcha los mecanismos de saciedad en el cerebro.

Se recomiendan preferiblemente alimentos de texturas blandas, poco grasos y con poca fibra. Y en cantidades moderadas.

Las técnicas culinarias más aconsejables son el cocido o el hervido, la cocción al vapor o al horno, y a la plancha. A medida que la recuperación sea más palpable se podrán ir introduciendo los guisos, estofados y fritos. Se deben evitar tanto las comidas muy frías como las muy calientes.

La condimentación convierte en sabrosos los platos sencillos. Se pueden emplear hierbas aromáticas suaves, como el romero, el tomillo y la albahaca. Es conveniente evitar la pimienta, el chile, los condimentos ácidos como el vinagre y la sal (y por tanto los encurtidos, salazones, escabeches, ahumados y productos desecados).

Manual de Atención Socio-Sanitaria

CONSIDERACIÓN POR LA SITUACIÓN ESPECÍFICA ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL DE CADA PERSONA DEPENDIENTE

Los menús deben ser individualizados y atendiendo a la situación basal de cada paciente y a su patología.

«Reglas de oro» de la OMS para la preparación higiénica de los alimentos.

1. Elegir alimentos tratados con medios higiénicos.
2. Cocinar bien los alimentos.
3. Consumir inmediatamente los alimentos cocinados.
4. Guardar cuidadosamente los alimentos cocinados.
5. Recalentar bien los alimentos cocinados.
6. Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados.
7. Lavarse las manos a menudo.
8. Mantener escrupulosamente limpias todas las superficies de la cocina.
9. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y otros animales.
10. Utilizar agua pura.

La Organización Mundial de la Salud estima que las enfermedades causadas por alimentos contaminados constituyen uno de los problemas sanitarios más difundidos en el mundo de hoy. Aplicando las reglas que acabamos de citar y las recomendaciones planteadas, se reducirá considerablemente el riesgo que entrañan las enfermedades de origen alimentario.

Es de suma importancia que el profesional de atención en el domicilio conozca los principios básicos de nutrición de personas dependientes y la manera de facilitarles el acceso a una alimentación de calidad y que satisfaga sus necesidades para lograr el objetivo que persigue una correcta nutrición, a saber la mejora de la calidad de vida y el bienestar.

Esta importancia está definida por varios factores:

La vulnerabilidad de algunos usuarios hace que precisen de la ayuda del profesional para asegurarse la correcta nutrición y alimentación.
El estado de salud como consecuencia de la enfermedad. La dieta constituye un elemento fundamental en el tratamiento a los usuarios (dietoterapia).
Una de las funciones primordiales del auxiliar es asegurar todos los procesos de alimentación en que el usuario presente carencias o dificultades, como el aprovisionamiento, cocinado,…
La propia situación de dependencia puede llevar a que algunos usuarios, por comodidad u otras circunstancias, desatiendan la función de alimentación.

Los auxiliares se enfrentan diariamente al problema de preparar los alimentos en el domicilio y no en una institución, lo que muchas veces provoca no contar con los medios suficientes.

Algunos inconvenientes son:

Falta de medios, sobretodo de utensilios de menaje.
Avería en la instalación de gas o no reposición de la bombona de butano.
Ausencia de materias primas: por no facilitar el usuario el dinero necesario o encontrarse en una situación económica delicada, teniendo que comprar alimentos más económicos y de menor calidad.
Los hábitos del usuario, que ejercen presión sobre el auxiliar para que prepare únicamente los platos que son de su agrado, por lo que no existen ni la rotación ni la variedad de menús necesaria.
La desconfianza del usuario a que el profesional de ayuda a domicilio maneje su dinero para las compras.

Ante la aparición de este tipo de situaciones, el auxiliar deberá ponerlo cuanto antes en conocimiento del Coordinador del servicio, para que juntamente con los Servicios Sociales competentes y mediante una actuación conjunta, diseñar una actuación que reconduzca la situación en beneficio del usuario.

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1. Objetivos de la Alimentación en la Convalecencia

  • Recuperación Rápida: Proveer los nutrientes necesarios para la reparación de tejidos y recuperación del estado general de salud.
  • Fortalecimiento del Sistema Inmunológico: Asegurar una ingesta adecuada de vitaminas y minerales esenciales para fortalecer el sistema inmunológico.
  • Mantenimiento del Peso Saludable: Prevenir la pérdida de peso involuntaria o el sobrepeso durante la recuperación.
  • Aumento de la Energía: Proporcionar suficientes calorías para restaurar la energía y vitalidad.

2. Principios Generales de la Alimentación en la Convalecencia

**a. Adecuada Hidratación

  • Ingesta de Líquidos: Asegúrate de que la persona esté bien hidratada, lo que puede incluir agua, caldos, infusiones y bebidas isotónicas.
  • Control de Electrolitos: Considera soluciones electrolíticas si la persona ha experimentado pérdida significativa de fluidos.

**b. Nutrición Equilibrada

  • Proteínas: Incluye fuentes de proteínas de alta calidad, como carnes magras, pescado, huevos, legumbres y productos lácteos, para apoyar la reparación de tejidos.
  • Carbohidratos: Proporciona carbohidratos complejos como cereales integrales, frutas y vegetales para una energía sostenida.
  • Grasas Saludables: Incluye grasas saludables, como las presentes en el aguacate, nueces y aceite de oliva, para apoyar la salud general.

**c. Aporte de Vitaminas y Minerales

  • Vitaminas: Asegúrate de que la dieta incluya vitaminas esenciales como la vitamina C (frutas cítricas, verduras de hojas verdes) y vitamina D (exposición al sol, alimentos fortificados).
  • Minerales: Incluye minerales como zinc (carne, mariscos, nueces) y hierro (carnes rojas, legumbres) para apoyar el sistema inmunológico y la energía.

**d. Tamaño de las Porciones y Frecuencia de Comidas

  • Comidas Pequeñas y Frecuentes: Considera ofrecer comidas más pequeñas y frecuentes para facilitar la digestión y mantener los niveles de energía.
  • Ajustes Individuales: Adapta el tamaño y frecuencia de las comidas según el apetito y la tolerancia del individuo.

3. Adaptaciones de la Dieta

**a. Textura y Consistencia de los Alimentos

  • Comidas Blandas: Ofrece alimentos blandos o en puré si hay dificultades para masticar o tragar.
  • Suplementos Nutricionales: Considera suplementos en caso de que la ingesta de alimentos sólidos sea insuficiente.

**b. Control de Ingredientes y Sabor

  • Preferencias y Restricciones: Ajusta los alimentos según las preferencias personales y cualquier restricción dietética.
  • Sabor y Aroma: Utiliza hierbas y especias para mejorar el sabor de los alimentos si la pérdida de apetito es un problema.

**c. Higiene y Seguridad Alimentaria

  • Preparación Segura: Asegúrate de que todos los alimentos estén bien cocidos y manipulados de manera segura para evitar infecciones.
  • Almacenamiento Adecuado: Mantén los alimentos a temperaturas seguras y evita el almacenamiento prolongado.

4. Monitoreo y Ajustes

**a. Evaluación de la Nutrición

  • Seguimiento del Progreso: Monitorea el progreso de la recuperación a través de la evaluación de peso, energía y estado general.
  • Adaptaciones Necesarias: Ajusta la dieta según las necesidades cambiantes y la evolución del estado de salud.

**b. Consulta con Profesionales de la Salud

  • Asesoramiento de Dietistas: Trabaja con un dietista o nutricionista para diseñar un plan de alimentación personalizado.
  • Revisión Médica: Consulta con médicos para asegurarte de que la dieta esté alineada con el tratamiento médico y las recomendaciones.

5. Consideraciones Especiales

**a. Condiciones Médicas Específicas

  • Diabetes: Ajusta la ingesta de carbohidratos y controla los niveles de azúcar en sangre.
  • Enfermedades Renales: Limita la ingesta de sodio, potasio y fósforo si es necesario.

**b. Apoyo Psicológico y Emocional

  • Comer con Compañía: Facilita un ambiente agradable durante las comidas y considera la compañía para mejorar la experiencia.
  • Adaptación a Nuevas Rutinas: Ayuda a la persona a adaptarse a cualquier cambio en la rutina alimentaria o en los hábitos de comida.

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