Posibilidad de computar una pérdida patrimonial por el valor de las participaciones sociales de las que son titulares.

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En primer lugar, en relación con las participaciones que poseen los consultantes, y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 33.1 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no Residentes y sobre el Patrimonio (BOE del día 29), que en su apartado 1 establece que “son ganancias y pérdidas patrimoniales las variaciones en el valor del patrimonio del contribuyente que se pongan de manifiesto con ocasión de cualquier alteración en la composición de aquél, salvo que por esta Ley se califiquen como rendimientos”, la disolución y liquidación de la sociedad supondrá la obtención por los consultantes de una ganancia o pérdida patrimonial.

El artículo 37.1.e) de la citada Ley establece que «en los casos de separación de los socios o disolución de sociedades, se considerará ganancia o pérdida patrimonial, sin perjuicio de las correspondientes a la sociedad, la diferencia entre el valor de la cuota de liquidación social o el valor de mercado de los bienes recibidos y el valor de adquisición del título o participación de capital que corresponda».

Por tanto, prescindiendo de la incidencia fiscal en la sociedad de la operación de disolución y liquidación, la ganancia o pérdida patrimonial para los socios vendrá determinada por la diferencia entre el valor de mercado de los bienes y derechos recibidos y el valor de adquisición de la participación en el capital que corresponda.

La ganancia o pérdida patrimonial así determinada, se integrará en la base imponible del ahorro del periodo impositivo en el que tenga lugar la liquidación de la sociedad, en la forma prevista en el artículo 49 de la Ley del Impuesto.

En segundo lugar, por lo que se refiere al préstamo concedido a la sociedad, el importe de la deuda que tras la disolución y liquidación de la sociedad pudiera devenir incobrable constituirá una pérdida patrimonial. La referida pérdida se integrará en la base imponible general del Impuesto al no ponerse de manifiesto con ocasión de transmisiones de elementos patrimoniales, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 48 de la Ley del Impuesto.

Por su parte, la transmisión del inmueble de su propiedad generará en los consultantes una ganancia o pérdida patrimonial conforme a lo dispuesto en el artículo 33.1 de la LIRPF, al producirse una variación en el valor de su patrimonio puesta de manifiesto con ocasión de una alteración en su composición.

Esta ganancia o pérdida patrimonial vendrá determinada por la diferencia entre los valores de adquisición y de transmisión, según dispone el artículo 34 de la Ley del Impuesto, valores que vienen definidos en los artículos 35, 36 y 37 de la citada Ley.

La ganancia o pérdida patrimonial determinada en la forma expuesta se integrará igualmente en la base imponible del ahorro, en la forma prevista en el artículo 49 de la LIRPF.

Por último, en relación con la integración y compensación de rentas en la base imponible general y del ahorro los precitados artículos 48 y 49 de la LIRPF disponen lo siguiente:

“Artículo 48. Integración y compensación de rentas en la base imponible general.

La base imponible general será el resultado de sumar los siguientes saldos:

a) El saldo resultante de integrar y compensar entre sí, sin limitación alguna, en cada período impositivo, los rendimientos y las imputaciones de renta a que se refieren el artículo 45 de esta Ley.

b) El saldo positivo resultante de integrar y compensar, exclusivamente entre sí, en cada período impositivo, las ganancias y pérdidas patrimoniales, excluidas las previstas en el artículo siguiente.

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Si el resultado de la integración y compensación a que se refiere este párrafo arrojase saldo negativo, su importe se compensará con el saldo positivo de las rentas previstas en el párrafo a) de este artículo, obtenido en el mismo período impositivo, con el límite del 25 por ciento de dicho saldo positivo.

Si tras dicha compensación quedase saldo negativo, su importe se compensará en los cuatro años siguientes en el mismo orden establecido en los párrafos anteriores.

La compensación deberá efectuarse en la cuantía máxima que permita cada uno de los ejercicios siguientes y sin que pueda practicarse fuera del plazo de cuatro años mediante la acumulación a pérdidas patrimoniales de ejercicios posteriores.”

“Artículo 49. Integración y compensación de rentas en la base imponible del ahorro.

  1. La base imponible del ahorro estará constituida por el saldo positivo de sumar los siguientes saldos:

a) El saldo positivo resultante de integrar y compensar, exclusivamente entre sí, en cada período impositivo, los rendimientos a que se refiere el artículo 46 de esta Ley.

Si el resultado de la integración y compensación a que se refiere este párrafo arrojase saldo negativo, su importe se compensará con el saldo positivo de las rentas previstas en la letra b) de este apartado, obtenido en el mismo período impositivo, con el límite del 25 por ciento de dicho saldo positivo.

Si tras dicha compensación quedase saldo negativo, su importe se compensará en los cuatro años siguientes en el mismo orden establecido en los párrafos anteriores.

b) El saldo positivo resultante de integrar y compensar, exclusivamente entre sí, en cada período impositivo, las ganancias y pérdidas patrimoniales obtenidas en el mismo a que se refiere el artículo 46 de esta Ley.

Si el resultado de la integración y compensación a que se refiere este párrafo arrojase saldo negativo, su importe se compensará con el saldo positivo de las rentas previstas en la letra a) de este apartado, obtenido en el mismo período impositivo, con el límite del 25 por ciento de dicho saldo positivo.

Si tras dicha compensación quedase saldo negativo, su importe se compensará en los cuatro años siguientes en el mismo orden establecido en los párrafos anteriores.

  1. Las compensaciones previstas en el apartado anterior deberán efectuarse en la cuantía máxima que permita cada uno de los ejercicios siguientes y sin que puedan practicarse fuera del plazo a que se refiere el apartado anterior mediante la acumulación a rentas negativas de ejercicios posteriores.”.

Por lo tanto, únicamente resultarán compensables entre sí en los términos del artículo 49 anteriormente transcrito, la ganancia obtenida por la transmisión del inmueble con la pérdida que, en su caso, obtengan en relación con las participaciones que poseen de la sociedad como consecuencia de su disolución y liquidación.

 

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Consideraciones para Computar una Pérdida Patrimonial:

  1. Transmisión de las Participaciones:
    • Para que se considere una pérdida patrimonial, es necesario que se haya producido una transmisión de las participaciones sociales, ya sea por venta, donación, liquidación de la sociedad, o cualquier otro medio que implique la enajenación de las mismas.
  2. Valor de Adquisición vs. Valor de Transmisión:
    • La pérdida patrimonial se calcula como la diferencia entre el valor de adquisición de las participaciones y el valor de transmisión.
    • Si el valor de transmisión es inferior al valor de adquisición, se generará una pérdida patrimonial.
  3. Prueba de Valor de las Participaciones:
    • Es fundamental demostrar el valor de las participaciones sociales en el momento de la adquisición y en el momento de la transmisión. Esto se puede hacer mediante documentación que acredite los valores correspondientes, como escrituras públicas, contratos de compraventa, informes de valoración, etc.
  4. Reglas Específicas en Caso de Liquidación de la Sociedad:
    • Si la sociedad en la que se poseen las participaciones sociales ha sido liquidada, se computa una pérdida patrimonial por la diferencia entre el valor de adquisición y el valor de liquidación de las participaciones. Si no se recibe nada en la liquidación, la pérdida será igual al valor de adquisición.
  5. Limitaciones y Compensaciones:
    • La normativa fiscal puede establecer limitaciones a la compensación de las pérdidas patrimoniales con otras ganancias patrimoniales. Por ejemplo, en algunos casos, las pérdidas patrimoniales no se pueden compensar directamente en el mismo ejercicio fiscal y deben aplicarse en ejercicios futuros.
    • Además, si existe una recompra de las participaciones en un plazo determinado tras la venta, la pérdida podría no ser computable según las reglas de recompra (aplicación de las reglas antiaplicación).
  6. Causas Especiales:
    • En algunos casos, las participaciones pueden haber perdido todo su valor por causas como la insolvencia de la sociedad. En estos casos, aunque no se haya producido una transmisión, puede ser posible computar la pérdida patrimonial si se cumplen ciertos requisitos legales y se puede justificar la pérdida total de valor de las participaciones.

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