- HIPERSENSIBILIDAD A LOS ALIMENTOS
La Academia Europea de Alergología inmunología Clínica (EAACI) estableció en 1995 una clasificación de las reacciones adversas a los alimentos diferenciando dos grandes grupos (reacciones tóxicas y no tóxicas). Las reacciones no tóxicas sólo afectan a las personas predispuestas y pueden estar mediadas por un mecanismo inmunológico (alergia alimentaria) o no inmunológico (intolerancia)
En 2003, la World Allergy Organization propuso una nueva nomenclatura de las reacciones alérgicas y similares, según la cual las reacciones adversas a los alimentos de origen no tóxico deben denominarse HIPERSENSIBILIDAD A LOS ALIMENTOS. El término apropiado cuando se haya demostrado que el mecanismo es inmunológico es ALERGIA ALIMENTARIA. Se denominará INTOLERANCIA ALIMENTARIA a aquella en la que no existe o no se ha demostrado un mecanismo de base inmunológica.
1.1. ALERGIAS ALIMENTARIAS
La ALERGIA ALIMENTARIA constituye un tipo de reacción adversa a los alimentos, con una respuesta anormal atribuida a la ingesta, contacto o inhalación de un alimento (o sus derivados) o de un aditivo alimentario, que tiene su origen en un mecanismo inmunológico.
Las alergias se dan, esencialmente, cuando el sistema inmunológico percibe una sustancia, normalmente inocua, como si fuera una amenaza (un alérgeno), y la ataca con las defensas inmunológicas del cuerpo.
Las alergias se clasifican según el tipo de respuesta inmunológica que se produce, que puede ser mediada por anticuerpos específicos de tipo inmunoglobulinas (IgE), por células (linfocitos T) o por ambos.
Se consideran “verdaderas alergias” a las mediadas por IgE. En este caso, el sistema inmunológico produce un anticuerpo (IgE) dirigido específicamente contra sustancias (alimentos) que actúan como alérgenos o desencadenantes. Se trata de reacciones inmunológicas tipo I, en las que la unión entre el alimento y las moléculas de IgE E, unidas a determinadas células, desencadena la liberación de sustancias, que provocarán la sintomatología alérgica.
MECANISMO DE REACCIÓN
ALÉRGICA mediada por IgE
Tipo I
Tiene lugar en dos etapas; una primera de sensibilización, y una segunda, que es la reacción alérgica propiamente dicha.
En la fase de sensibilización, el primer contacto del alérgeno con el sistema inmunitario conduce a la producción de IgE específicas. Éstas se distribuyen por todo el organismo, a través de la circulación sanguínea, y se fijan en “células diana” de la piel y de las mucosas (mastocitos), así como en “células diana” circulantes (granulocitos basófilos). Esta primera etapa, sin sintomatología, prepara al organismo para reaccionar de forma inmediata tras un segundo contacto con el alimento.
La reacción alérgica se produce tras un segundo contacto con el alérgeno. Se crea un enlace de las IgE específicas con las membranas activas de los mastocitos y de los basófilos, lo que produce la liberación de mediadores químicos (histamina y otros) que desencadenan el cuadro clínico de la alergia.
SÍNTOMAS
Los síntomas van desde un ligero malestar hasta reacciones graves (shock anafiláctico), potencialmente mortales, que necesitan intervención médica inmediata.
Suelen iniciarse entre segundos a 30 minutos después de la exposición al alimento, generalmente, con la aparición de síntomas cutáneos de urticaria-angioedema.
En ocasiones pueden comenzar con síntomas orales y abdominales (sensación de picor en lengua, estrechamiento de la garganta, dolor abdominal y vómitos) que pueden seguirse de clínica digestiva, y desencadenar cuadros graves (de clínica respiratoria y/o cardiovascular) que pueden poner en peligro la vida del paciente por bronco espasmo grave, edema laríngeo o shock anafiláctico
SÍNTOMAS DE LAS ALERGIAS MEDIADAS POR
Cutáneos
Inflamación de labios, boca, lengua, cara y/o garganta (angioedema).Urticaria, erupciones o enrojecimiento Picazón (prurito) Eczema Dermatitis atópica
Gastrointestinales
Dolor
Nauseas
Vómitos
Diarrea o quemazón
Cólicos
Edema de cavidad oral
Respiratorios
Crisis asmáticas
Tos imitativa
Rinitis
Prurito
Edema de cavidad nasal y garganta
Oculares
Prurito y edema
Cardiovasculares
Dolor torácico
Arritmias cardiacas o hipotensión, que puede llegar a causar pérdida
de conciencia
DIAGNÓSTICO
Se efectúa en base a una historia clínica, apoyándose en pruebas inmunológicas, y confirmándose mediante pruebas de exclusión y provocación. En primer lugar, es imprescindible identificar una HISTORIA CLÍNICA compatible con los síntomas descritos y su posible relación causa-efecto con la exposición a un alimento. Para ello, deben recogerse datos respecto al:
Cuadro clínico Síntomas, tiempo de aparición de los síntomas, gravedad
Alimento Identificación del alimento, cantidad ingerida presentación,…
Paciente Edad de inicio en la patología, antecedentes familiares de atopia, estado de salud, ejercicio físico previo al cuadro…
El segundo paso, será demostrar, mediante PRUEBAS ALÉRGICAS, la existencia de sensibilización mediada por IgE E. Esto puede realizarse mediante pruebas cutáneas (prick test) y, si fuera necesario, determinación sérica posterior.
Las pruebas cutáneas consisten en colocar sobre la piel extractos de determinados alimentos, que se pinchan o se escarifican en la piel para observar si se producen reacciones. Se consideran positivos los prick que producen una pápula entre 3 y 10 mm. La determinación sérica de IgE total se realiza mediante técnicas de ELISA, RAST,… La positividad de las pruebas cutáneas o de la IgE sérica específica, solamente indica sensibilización a un alérgeno alimentario, y su relevancia clínica, debe valorarse por la historia clínica, y confirmarse mediante la prueba de provocación o de exposición.
Por último, la PRUEBA EXPOSICIÓN CONTROLADA O PROVOCACIÓN/TOLERANCIA es el método de referencia del diagnóstico etiológico de la alergia alimentaria, pero no es necesario llegar a ella en todas las situaciones. Puede estar contraindicada en casos de reacción anafiláctica grave al alimento identificado, o cuando hay una historia claramente compatible y reciente en relación con la exposición a un alimento. Consiste en la administración de dosis progresivas del alimento hasta la aparición de los síntomas, apareciendo los síntomas de reacción inmediata en las dos primeras horas.