De nuestro curso de Escaparatismo y Visual Merchandising
DISPOSICIÓN INTERNA DEL PUNTO DE VENTA
El visual merchandising interior es el proceso de guiar a los compradores a través de un establecimiento mediante una secuencia lógica y con el objetivo de favorecer que se detengan en puntos determinados y –es lo más deseable- que acaben comprando un artículo. Si se pregunta a alguien por qué le gusta una tienda determinada, probablemente responda que el espacio le resulta agradable, que el producto es fácil de encontrar y que la señalización es clara e informativa. Estas respuestas subrayan un buen visual merchandising interior de la tienda.
La aportación del profesional a la decoración interior de la tienda dependerá del tipo de establecimiento en el que se trabaje. Si se trata de una boutique de pequeñas dimensiones, su principal cometido será reorganizar la disposición de artículos para ayudar a los usuarios a realizar sus compras.
Un elemento clave para el éxito de la ambientación interior es una buena distribución de la planta. En primer lugar, es necesario establecer las adyacencias de los diferentes productos antes de empezar a proyectar la distribución. Además, existe una gran variedad de opciones con respecto a los expositores y los accesorios, así como algunas reglas básicas para la manipulación de productos a fin de exhibir la mercancía con eficacia. La ubicación de zonas de productos de gran demanda y de los expositores interiores, junto con la posición de la caja y de los complementos, ayudará a las ventas del establecimiento. La señalización y los gráficos también contribuyen al visual merchandising interior, así como a la creación de un ambiente. Finalmente, es preciso tener también en cuenta los criterios de mantenimiento.
La disposición interna del punto de venta es uno de los elementos del merchandising a través del cual se puede mejorar la rentabilidad del establecimiento. Ello se debe a dos razones principales. En primer lugar, a través del diseño y disposición interna del punto de venta los clientes posicionan y perciben la imagen del establecimiento, contribuyendo a su diferenciación. En segundo lugar, puede influenciar positivamente los resultados (ventas), a través de un aumento de los tiempos de permanencia de la clientela en el establecimiento.
Como dimensión de la atmósfera del punto de venta, el diseño interior debe servir para trasladar a un lenguaje visual la estrategia del establecimiento, constituyendo un elemento esencial para informar, orientar y guiar a los consumidores a lo largo de la superficie de venta, facilitando las compras, ya sean como tarea o como placer, aumentando la satisfacción de los consumidores y actuando como factor de diferenciación frente a la competencia.
En general, la disposición interna del punto de venta, debe realizarse teniendo en cuenta los siguientes principios básicos:
Totalidad
Los factores de diseño han de concebirse con una visión integral y no individual
Duración de la compra
El diseño interior debe hacerse buscando maximizar el tiempo de permanencia del cliente en el punto de venta, facilitando sus compras y minimizando los tiempos de espera.
Valor añadido
La disposición interna del punto de venta debe contribuir a aumentar la satisfacción de las experiencias de compras que tienen lugar en el establecimiento.
Flexibilidad
El diseño interior debe concebirse con carácter dinámico y no estático, de forma que puedan realizarse cambios para mejorar la circulación de los consumidores, evitar malas sensaciones (estrés, agobio, etc.) y, en definitiva, aumentar la satisfacción con el acto de compra.
Enfoque relacional
El diseño interno del punto de venta debe ser concebido para atender las necesidades y deseos de los potenciales compradores, permitiendo orientar la empresa al mercado y lograr la fidelización de la clientela.
Competitividad
La disposición interna del establecimiento debe conferirle un sello de personalidad propio, que lo diferencie de sus competidores.