En este capítulo
- Cálculo de costes en empresas que tienen varios productos
- Sistema de costes directos
En el capítulo 4 hemos visto cómo se calcula el coste de un producto en el caso de las empresas que sólo tienen un producto. Sin embargo, la mayoría de las empresas tienen un catálogo con muchos productos.
El objetivo de este capítulo es comprender cómo se calculan los costes de los productos con el sistema de costes directos.
Cálculo de costes en empresas multiproducto
Para el cálculo de costes en empresas multiproducto se utilizan, básicamente, dos sistemas: direct costing (costes directos) y Jull costing (costes completos o totales).
El sistema de costes directos imputa a cada producto los costes directos o asignables (que suelen ser también los costes variables) como la materia prima, la mano de obra que interviene directamente en la producción del producto, el embalaje, el coste de transporte de las unidades vendidas o las comisiones de los vendedores.
Este sistema facilita información para:
- Valorar los productos en curso y los productos acabados.
- Saber hasta dónde se puede rebajar el precio de un pedido sin perder dinero (ya que el precio del producto tiene que ser, como mínimo, la suma de sus costes variables). De todas formas, en este tipo de decisiones hay que tener en cuenta la utilización de la capacidad productiva de la empresa, ya que sólo serán válidas cuando ésta no utilice toda su capacidad productiva. Además, hay que asegurar que el resto de los costes (fijos o de estructura) serán cubiertos por los otros pedidos.
El sistema de coste completo imputa a cada producto, no sólo los costes directos sino también los indirectos o no asignables.
Para efectuar el reparto de los costes indirectos se utilizan criterios que siempre son subjetivos, como:
- Unidades de producto o servicio vendidos.
- Unidades monetarias vendidas.
- Coste de materias primas de cada producto.
- Coste de mano de obra directa de cada producto.
Es habitual que se repartan ciertos costes no asignables según un criterio, y otros según otros criterios.
El sistema de costes directos, o direct costing
Cuando se usa el sistema de costes directos para calcular el coste de un producto sólo se tienen en cuenta los costes directamente asignables (y con facilidad) al producto correspondiente.
En una empresa industrial se tendrán en cuenta los costes de las materias primas que se precisan para la fabricación del producto. En algunos casos, también se tendrán en cuenta los costes correspondientes a la mano de obra directa (es decir, la que interviene directamente en la elaboración del producto) y los costes directos de comercialización, tales como las comisiones y los transportes, por ejemplo. En una empresa comercial, los costes directamente asignables al producto son los costes de las mercancías vendidas.
Con este sistema se puede obtener la cuenta de resultados por producto, lo cual es muy útil para analizar el margen bruto que genera cada producto.
Supongamos una empresa que en el último ejercicio ha tenido unas ventas de 5300 euros (1800 del producto A, 2300 del producto B y 1200 del C), los precios unitarios de venta han sido de 3,60 euros para A, 2,56 euros para B, y 3 euros para C. Los costes que se han producido son:
La cuenta de resultados de la empresa será:
Para calcular el precio de coste unitario es necesario saber cuántas unidades se han vendido, ya que según el sistema de costes directos:
Si se han vendido 500 unidades de A, 900 de B y 400 de C:
El precio de coste unitario es el precio de venta mínimo de cada producto que se precisa facturar para cubrir los costes directos.
En el ejemplo anterior se observa que la empresa tiene ganancias pero el producto C genera un margen bruto negativo, lo cual podría suponer un problema.
Para tomar decisiones a partir de los datos de costes debemos tener en cuenta la diferencia entre costes variables y costes fijos. En principio, los costes que pueden desaparecer cuando se elimina un producto son los costes variables. Por lo tanto, al usar el sistema de direct costing debemos considerar los costes directos que son también variables.
En el ejemplo anterior, si se prescindiera del producto C, el resultado de la empresa seguramente sería positivo. Sin embargo, en este caso habría que saber si los costes directos del producto C desaparecerían en caso de que se eliminase dicho producto. Si estos costes directos fuesen también variables, entonces cabría esperar que desaparecieran si se eliminase el producto C. Por lo tanto, si los costes directos del producto C son también variables, podría ser interesante evaluar la posible eliminación de dicho producto, ya que mejorarían los resultados globales de la empresa.
También convendría potenciar el producto B, pues su margen es muy superior al de los otros productos.
De todas formas, para eliminar o potenciar productos hay que disponer además de información como la siguiente:
- ¿Cómo afecta a las ventas de cada producto el hecho de que se elimine algún producto del catálogo? A veces hay productos que tienen un margen bruto negativo pero contribuyen a que se vendan más otros productos de la empresa. Por ello, puede que sea conveniente mantenerlos.
- ¿Cómo afecta a la imagen de la empresa la desaparición de algún producto? Algunos productos son imprescindibles para mantener y mejorar la imagen y prestigio de la empresa. Por ello hay que mantenerlos aunque generen un margen bruto negativo. De todas formas, hay que garantizar que los beneficios de los demás productos cubren las pérdidas de aquellos productos no rentables.
Cálculo del coste directo de un producto o servicio
A continuación se calcula el coste de una bebida energética que fabrica una empresa. Para calcular el coste de una botella de 33 cl hay que saber las cantidades que se precisan de cada componente, y el precio unitario de cada uno. Acto seguido se divide el coste total por el número de botellas producidas; así se obtiene el coste unitario de la botella.
Cálculo del coste de una botella
Por lo tanto, en el ejemplo anterior, el coste de la bebida energética para una botella de 33 cl ascendería a 0,51 euros. A dicho coste podría añadirse el coste de la mano de obra directa que ha intervenido en su elaboración. Para ello deberíamos contar el tiempo que cada empleado de fabricación ha destinado a la elaboración de la bebida. A continuación se calcularía el coste anual de cada empleado y se dividiría esta cantidad por las horas de trabajo efectivo del año. Así, se conocería el coste por hora de cada empleado, que habría que multiplicar por el tiempo que el empleado ha destinado a la elaboración de la bebida:
Este cálculo debería hacerse para cada uno de los empleados que han intervenido de manera directa en la elaboración de la bebida. Por lo tanto, el precio de coste directo estaría integrado por la materia prima y el coste de la mano de obra directa.
Precio de venta de un producto
Vamos a exponer cómo se pueden establecer precios de venta orientativos a partir del coste directo y a las expectativas de beneficio que tiene la empresa.
Si sabemos a cuánto ascienden el coste directo por unidad de producto y el porcentaje que representa el coste directo respecto al precio de venta, se puede calcular el precio de venta. Esto se hace dividiendo el coste directo por el tanto por uno que representa este coste sobre el precio de venta:
En una farmacia, el coste de un medicamento es de 5 euros, y se sabe que el coste representa el 70% del precio de venta. El precio de venta será:
= 5 € / 0,70 = 7,14 €
Aunque el precio de venta tiene que cubrir los costes, la política de fijación de precios depende de la estrategia de marketing. Por ello, el precio de venta de un producto o servicio suele fijarse en función del análisis del precio de mercado. Este precio depende de los precios de la competencia y de la política de marketing que se diseñe. En definitiva, el precio de venta es una variable más del plan de marketing.
Siguiendo con el ejemplo de la bebida energética, para fijar el precio de venta de 33 cl de producto hay que ser conscientes de que en el coste anterior de 0,51 € sólo se ha tenido en cuenta una parte de los costes. Habría que incorporar también como costes la mano de obra (trabajadores encargados de las máquinas, mantenimiento de estas máquinas, etc.), otros consumos (lubricante, electricidad, etc.) y los gastos de estructura (alquiler del local, tributos, etc.). Por ello, para calcular el precio de venta a partir del coste directo obtenido, que sólo incluye el coste de ciertos consumos, sería preciso fij ar un porcentaje que permita también cubrir los demás costes y obtener un beneficio. Este porcentaje se suele fijar basándose en la experiencia de años anteriores y en los precios de mercado para la categoría de producto (bebida energética) correspondiente.
Una forma de fijar este porcentaje consistiría en analizar los costes del año anterior. Para ello, se divide el coste total entre los costes directamente imputables a la bebida energética y el resto de los costes de la empresa. A lo anterior hay que añadir el beneficio deseado y así se fija el porcentaje de margen que obtendremos. Siguiendo con el ejemplo, añadimos los datos siguientes en relación con el año anterior:
Por lo tanto, los costes imputados a la bebida suponen, más o menos, el 27,4% del ingreso total que cubre el resto de los costes y proporciona el beneficio deseado.
En este caso, para determinar el precio de venta de una botella de 33 cl de capacidad se dividirá el coste de la materia prima imputada a los 33 cl de cada botella por 0,274 (expresión en tanto por uno del 27,4%):
Al aplicar el método expuesto se tendrá que verificar cuál es el precio de mercado de la bebida energética. También deberá comprobarse que la proporción entre los costes de materiales y el resto de los costes se mantiene con respecto al año anterior.
El problema más importante de este método es que parte del supuesto de que se debe aplicar el mismo porcentaje de margen para todos los productos y servicios.