3. Tratamientos fitosanitarios: preparación, mezcla y aplicación

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3. Tratamientos fitosanitarios: preparación, mezcla y aplicación

La aplicación de un tratamiento fitosanitario tiene que estar plenamente justificado. Si los pesticidas no son utilizados de forma correcta, si no se utilizan las dosis y los equipos adecuados y si no se almacenan de manera segura, existe un riesgo real para el medio ambiente, el aplicador y el consumidor.

Existen muchos condicionantes para la realización de un tratamiento fitosanitario. Intentar conocer esos condicionantes e intentar controlarlos, en la medida de lo posible, puede determinar que un tratamiento sea eficaz, sea necesario, o no. Algunos aspectos a tener en cuenta son:

  • Tipo de planta y estado fenológico: no es lo mismo una planta alta que una baja, si está en floración o no, si las hojas son grandes o pequeñas…
  • Tipo de agente causal, ubicación en el cultivo y ciclo de desarrollo (en las hojas, en las flores, en las raíces). No es lo mismo que sea un hongo que un insecto. Algunas cochinillas tienen su período de máxima sensibilidad cuando han eclosionado los huevos.
  • Condiciones climáticas: no conviene tratar mientras está lloviendo a si hay previsión de lluvias, ya que los productos pueden ser lavados por el agua.

3. Tratamientos fitosanitarios: preparación, mezcla y aplicación

Si las temperaturas son elevadas hay que tener cuidado al aplicar ciertos productos, por ejemplo el azufre en espolvoreo provoca quemaduras en las hojas. Con temperaturas bajas pueden aparecer fitotoxicidades (clorpirifos, compuestos cúpricos).

El viento es otro factor limitante, ya que aumenta la deriva, y contamina las zonas cercanas a la parcela.

Efecto de deriva de un tratamiento fitosanitario. En este caso el producto no solo puede llegar a los cultivos vecinos sino también a las viviendas cercanas

Criterios para la elección de los productos fitosanitarios

  • Eficacia: se escogerá aquel producto que aporte la mayor eficacia para controlar un patógeno. No se pretende su erradicación total, sino que lo mantenga por debajo de los límites de daño.
  • Umbrales de tolerancia: estos umbrales determinan si existe un nivel de plaga suficiente que justifique, bajo criterios económicos, ecológicos y toxicológicos, la realización del tratamiento. No se realizará el tratamiento si no se alcanza el umbral establecido. Estos niveles son establecidos para cada plaga.
  • Plazos de seguridad y límites máximos de residuos (LMR): los LMR marcan la cantidad máxima legal de residuos de plaguicidas sobre el producto vegetal para poder comercializarlo y consumirlo sin afectar la salud de los consumidores. El plazo de seguridad es el tiempo mínimo que debe pasar entre el último tratamiento y la recolección, y viene especificado en la etiqueta para cada cultivo.
  • Riesgos para la salud del aplicador: unos productos son más tóxicos que otros para el aplicador. Hay que escoger aquel producto que presente menos riesgos toxicológicos.
  • Riesgos ecológicos: hay que tener en cuenta el daño sobre la fauna auxiliar, los animales y sobre el medio ambiente.
  • Aspectos económicos: Antes de escoger un producto hay que ver si los beneficios esperados en el cultivo nos permiten utilizarlo. Hay productos que son muy caros y no se justifica su uso en determinados cultivos de valor económico bajo.

Recordamos las cuestiones a tener en cuenta en la aplicación de un producto fitosanitario

a) Antes de realizar un tratamiento

3. Tratamientos fitosanitarios: preparación, mezcla y aplicación

  • Detectar daños en el cultivo.
  • Identificación del causante del daño.
  • Detectar fauna útil que pueda incidir sobre el causante del daño.
  • Tomar la decisión de tratar o no tratar, teniendo en cuenta el umbral de daño económico.
  • Elegir el producto adecuado al tratamiento a realizar, asesorándose técnicamente con personal especializado.
  • Leer detenidamente las etiquetas de los productos, utilizar productos autorizados y siempre escoger los de menor toxicidad.
  • Usar las dosis recomendadas, calcular correctamente la dosis del producto y el volumen de aplicación. Utilizar una dosis mayor de la recomendada no consigue aumentar la eficacia, puede llevar aparejado una eliminación mayor
    de la fauna útil y un aumento de los residuos. Además, es un gasto innecesario.
  • Elegir el método de aplicación más adecuado.
  • Comprobar, antes de su utilización, el buen estado de la maquinaria de aplicación, y reducir al máximo la deriva del producto.
  • Determinar el momento idóneo, en función del clima y el estado del cultivo.
  • Preparar la mezcla y manipular los envases de fitosanitarios en lugares aireados y estables.

b) Durante el tratamiento

  • No tratar directamente sobre cursos de agua, salvo en el caso de productos autorizados para tal uso.
  • No realizar tratamientos si las condiciones climáticas son desfavorables, es decir, con viento, lluvia, temperaturas elevadas, etc.
  • Calcular bien la cantidad de caldo a utilizar en el tratamiento, para que no sobre, o sobre muy poco y se pueda agotar en la propia parcela.

c) Después del tratamiento

  • Evitar la contaminación de las aguas por vertido del líquido resultante del lavado de los equipos de tratamientos.
  • Llevar los envases vacíos a un punto de recogida de residuos (puntos SIGFITO).

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Almacenamiento incorrecto de envases vacíos

  • Respetar los plazos de seguridad en cuanto a recolección y entrada de ganado.
  • Señalizar convenientemente la zona tratada.

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  • Registre en el cuaderno de campo el tratamiento realizado. En el cuaderno de campo, en papel o en formato electrónico, se anotarán tanto los tratamientos fitosanitarios como fertilización y prácticas culturales realizadas en la explotación.

Preparación del caldo fitosanitario

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Antes de preparar el fitosanitario, leer atentamente la etiqueta del producto. Tener en consideración los siguientes pasos para minimizar los riesgos:

  • Usar siempre los equipos de protección individuales (EPIs) adecuados. En el momento de la preparación del caldo se debería usar protección facial, guantes y delantal impermeable o traje.
  • Utilizar agua limpia. Corregir el pH.
  • No aspirar productos o mezclas utilizando mangueras.
  • Manejar polvos secos, mojables o solubles evitando que se dispersen por el aire.
  • Evitar la contaminación de cursos de agua.

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En tratamientos que se aplican de forma líquida al cultivo o al suelo, los productos fitosanitarios se mezclan en una cierta proporción, que depende de la dosis, con agua. El conjunto de productos en el agua que se va a tratar se llama caldo fitosanitario.

Pasos para la correcta preparación del caldo:

  • Usar elementos de medición adecuados: probetas, vasos graduados, balanzas, embudos y otros útiles, sólo para este fin. No utilizar nunca utensilios de cocina para medir los fitosanitarios.

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  • No revolver las mezclas con las manos.
  • Lavar los utensilios utilizados para la realización de la mezcla, una vez preparada, vaciando el agua de enjuague en el tanque y siempre realizando el triple enjuague.
  • Preparar los caldos de tratamientos en lugares ventilados.
  • Respetar siempre las dosis recomendadas en la etiqueta.
  • Llenar el tanque del equipo hasta la mitad y agregar los fitosanitarios, evitando derrames o salpicaduras.
  • Completar el llenado del equipo con agua, sin dejar de agitar.
  • Por último, tapar el tanque herméticamente.

Mezcla de productos

Es frecuente mezclar dos o más productos en los tratamientos fitosanitarios. La finalidad de las mezclas puede ser para controlar más de un patógeno, ahorrar tiempo, mano de obra, combustible de la maquinaria, número de entradas en la parcela y agua. Al hacer la mezcla pueden pasar varias cosas:

  • Que no pase nada y los productos funcionen como si se aplicaran por separado. Sinergia de sumación.
  • Que el producto resultante tenga un efecto mayor, se habrá producido una sinergia de potenciación.
  • Que se produzca un antagonismo cuando la mezcla resultante sea menos eficaz que la suma de los correspondientes productos que se mezclen.
  • Que la mezcla de los productos sea incompatible, dando lugar a precipitaciones (solidificación) u otras reacciones químicas peligrosas, y lo que puede ser peor, ya que puede crearse un caldo fitotóxico que provoque daños o incluso la muerte del cultivo.

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A la hora de mezclar productos hay que conocer perfectamente si su mezcla es compatible o no. En la etiqueta del producto se hace referencia a las incompatibilidades de ese producto con otros. Las casas comerciales solo justifican compatibilidades entre sus propios productos.

Por ello, si necesitamos hacer una mezcla lo aconsejable es utilizar productos de una misma casa comercial. Si tenemos dudas a la hora de hacer una mezcla podemos solicitar asesoramiento técnico.

También se pueden hacer mezclas de pequeñas cantidades y observar que es lo que ocurre; si se producen precipitados, tratar solamente una pequeña parte del cultivo y observar si hay problemas en las plantas.

Recuerde que en algunos casos, sobre todo fungicidas, ya vienen productos comerciales con una mezcla de materias activas para un buen control del problema.

Consideraciones a tener en cuenta para la preparación de la mezcla:

  • Cuando los productos sean de distinta formulación, se deben mezclar según el siguiente orden:
  1. Regulador de pH (comprobar que el pH final es el correcto)
  2. Gránulos solubles
  3. Gránulos dispersables
  4. Polvos mojables (primero preparar una especie de papilla con algo de agua en un cubo y luego echar al caldo para evitar que se formen grumos).
  5. Suspensiones concentradas (SC, Flow).
  6. Líquidos emulsionables (EC, EW).
  7. Mojantes, aceites
  8. Líquidos solubles
  • Es importante conocer el pH de cada producto, ya que primero se vierte el más ácido (pH más bajo) y el último el que más básico (pH más alto).
  • El caldo (la suma de los productos más el agua) se debe preparar justo antes de la aplicación.
  • Es muy conveniente agitar el caldo durante la aplicación para que la mezcla sea perfecta.
  • La mezcla se prepara directamente en la parcela a tratar.
  • Los utensilios que se empleen para la mezcla deben ser los apropiados a la cantidad a manejar.
  • No se manipulan los productos ni mezclas con las manos, ni protegidas con guantes.

 

Aplicación de fitosanitarios

En esta fase el medio ambiente y el operario están se exponen a los mayores riesgos, por lo que hay que extremar las precauciones siguiendo las siguientes recomendaciones para la aplicación de fitosanitarios.

  • Sólo harán las aplicaciones personas autorizadas y capacitadas.
  • Nunca tratarán personas con problemas de salud.
  • Señalización del área tratada.
  • Prohibición del acceso de personas no autorizadas al área tratada.
  • Conocer las previsiones meteorológicas.
  • Respetar las indicaciones que figuran en la etiqueta.
  • Evitar el contacto con la neblina del tratamiento.
  • Utilizar siempre el equipo de protección personal.
  • Rotar los aplicadores.
  • No comer, beber y/o fumar durante la aplicación.
  • Respetar los plazos de seguridad.
  • Las aplicaciones se harán de espaldas al viento siempre que se realicen a pie.
  • En invernaderos o en cultivos altos (frutales, espalderas altas) se debe caminar hacia atrás para evitar quedar delante de la nube de tratamiento. En cualquier caso, procure no regresar nunca por la calle por la que acaba de pasar.

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Tratamiento en invernadero con carretilla. El aplicador arrastra una carretilla, caminando por DELANTE de la nube

Dosificación

Consiste en diluir la cantidad correcta de fitosanitario en agua. Para conocer la cantidad de producto debemos leer la etiqueta. La dosis puede variar en función del cultivo, del patógeno a controlar y de la época del año.

Puede venir expresada de varias formas:

  • Directa: nos especifica en unidades la dosis apropiada. 50ml /100 L: hay que emplear 50 mililitros de producto por 100 litros de agua.
  • Tanto por ciento (%): indica la cantidad a emplear por 100 litros de agua.
  • 05 % indica que hay que utilizar 0,05 litros (50 mililitros) por cada 100 litros de mezcla.
  • Superficie: cantidad de producto a emplear en una determinada superficie. Suelen emplearse para herbicidas. 5 L / ha por cada hectárea (10.000 metros cuadrados) hay que emplear 5 litros de producto por cada hectárea tratada.

Una vez determinada la dosis y conociendo la capacidad del depósito, habrá veces que haya que preparar varios depósitos y otras en que no sea necesario llenarlo del todo.

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  • Preparar el caldo siempre al aire libre, y teniendo cerca agua y jabón por si se produjeran salpicaduras en la piel o los ojos.
  • Hay que conocer el pH del agua con la que se prepara el caldo. En el caso de los herbicidas el pH por encima de 5-6 puede provocar reacciones entre los productos que den lugar a sustancias insolubles. Los productos con Bacillus thuríngiensis, un insecticida ecológico, tienen su mayor eficacia en el entorno de pH 6-7. En el caso de que el pH del agua sea muy diferente del conveniente deben usarse correctores de Papel indicador de pH. Se compra pH para modificarlo.

Cálculos de dosis

Recordamos las unidades de volumen, peso y superficie que se usan a la hora de calcular dosis.

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Cálculos sencillos de dosis en insecticidas, acaricidas y fungicidas que se aplican a la planta

1. Para pasar de porcentaje a gramos/100 litros o a centímetros cúbicos/100 litros:

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La preparación, mezcla y aplicación de tratamientos fitosanitarios son pasos críticos en la protección de cultivos contra plagas, enfermedades y malas hierbas. Es fundamental seguir procedimientos adecuados para garantizar la eficacia del tratamiento y la seguridad del aplicador, del cultivo y del medio ambiente:

1. Preparación:

1.1. Selección del Producto:

  • Elegir el producto fitosanitario apropiado en función del tipo de plaga, enfermedad o maleza a controlar. Leer y entender la etiqueta del producto.

1.2. Equipo de Protección Personal (EPP):

  • Utilizar EPP, como guantes, gafas, máscara y ropa de protección, de acuerdo con las recomendaciones del fabricante y las normativas locales.

1.3. Calibración del Equipo:

  • Calibrar el equipo de aplicación para asegurar la dosificación correcta del producto. Esto incluye verificar la velocidad de aplicación y la configuración del equipo.

1.4. Limpieza del Equipo:

  • Asegurarse de que el equipo esté limpio y libre de residuos de productos anteriores antes de iniciar la preparación.

2. Mezcla:

2.1. Medición del Producto:

  • Medir la cantidad correcta del producto fitosanitario según la dosis recomendada para la superficie a tratar.

2.2. Tanque de Mezcla:

  • Utilizar un tanque de mezcla limpio y adecuado para la preparación de la solución. Preferiblemente, un tanque específicamente designado para productos fitosanitarios.

2.3. Agitación:

  • Agitar bien el producto antes de medirlo y agregarlo al tanque. Durante la mezcla, mantener la agitación constante para una distribución uniforme.

2.4. Aditivos y Coadyuvantes:

  • Agregar aditivos o coadyuvantes según las recomendaciones del fabricante o de un asesor agrícola, si es necesario para mejorar la eficacia del tratamiento.

2.5. Compatibilidad:

  • Verificar la compatibilidad de los productos químicos que se mezclan. Algunos productos pueden ser incompatibles y afectar la eficacia del tratamiento.

3. Aplicación:

3.1. Condiciones Meteorológicas:

  • Realizar la aplicación en condiciones meteorológicas adecuadas, evitando vientos fuertes y lluvias, que podrían afectar la dispersión del producto.

3.2. Distancia entre Plantas:

  • Ajustar la configuración del equipo para asegurar una aplicación uniforme, teniendo en cuenta la distancia entre las plantas y el tipo de cultivo.

3.3. Velocidad de Aplicación:

  • Mantener una velocidad de aplicación constante y controlada para evitar la sobre o subdosificación.

3.4. Registro de Aplicación:

  • Llevar un registro detallado de la aplicación, incluyendo la fecha, la dosis utilizada, las condiciones climáticas y cualquier observación relevante.

3.5. Limpieza del Equipo después de Aplicar:

  • Limpiar el equipo de aplicación inmediatamente después de finalizar la aplicación para evitar la acumulación de residuos y posibles problemas en futuras aplicaciones.

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