Confiabilidad e integridad
Ser íntegro y ser responsable.
Las personas dotadas de esta competencia.
En el caso de la responsabilidad:
• Actúan ética e irreprochablemente.
• Su honradez y sinceridad proporcionan confianza a los demás.
• Son capaces de admitir sus propios errores y no dejan de señalar las acciones poco éticas de los demás.
• Adoptan posturas firmes y fundamentadas en sus principios aunque resulten impopulares.
En el caso de la integridad:
• Cumplen sus compromisos y sus promesas.
• Se responsabilizan de sus objetivos.
• Son organizados y cuidadosos en su trabajo.
Una de las características distintivas de los trabajadores íntegros es la sinceridad, aun cuando se trate de manifestar sus propios sentimientos, un rasgo que contribuye a nimbarles del halo de autenticidad que les rodea. Por el contrario, quienes nunca admiten que han incurrido en un error o «exageran» acerca de un producto, de su empresa o de sí mismos, no hacen más que socavar su propia credibilidad.
La integridad —la expresión abierta, sincera y coherente— es uno de los rasgos distintivos de los trabajadores «estrella». Consideremos, por ejemplo, las personas que desempeñan su actividad en el campo de las ventas, un negocio que depende en buena medida de la capacidad de establecer relaciones y en el que el hecho de ocultar información decisiva, incumplir las promesas o ser incapaz de hacer frente a los compromisos mina la confianza que tan vital resulta para poder mantener la clientela.
Manual de Inteligencia Emocional
Una cualidad silenciosa: la integridad
Las muestras cotidianas de la responsabilidad — puntualidad, precisión, autodisciplina y cumplimiento de sus obligaciones — constituyen el rasgo distintivo de las personas que, en suma, hacen que las cosas sigan funcionando. Se trata, en definitiva, de trabajadores escrupulosos que cumplen las normas, colaboran y se preocupan por las personas con quienes trabajan, ayudando a los recién contratados o poniendo al día a los que regresan después de una ausencia, acuden puntualmente al trabajo, jamás hacen mal uso de las bajas por enfermedad y siempre terminan su trabajo en el tiempo previsto.
La responsabilidad constituye el componente fundamental del éxito en cualquiera de los campos . Los estudios realizados sobre la eficacia laboral en la práctica totalidad de las profesiones —desde el trabajo semicualificado hasta las ventas y la gestión empresarial— demuestran fehacientemente que la eficacia depende, en gran medida, de la responsabilidad. Se trata de una cualidad especialmente importante para sobresalir en el desempeño de aquellos trabajos que se hallan en los niveles más bajos de una empresa como, por ejemplo, el mensajero que jamás extravía un paquete, la secretaria que toma impecablemente los recados o el repartidor que siempre llega a tiempo. Los agentes de ventas de una gran empresa estadounidense de electrodomésticos que fueron más escrupulosos también fueron los que obtuvieron un mayor volumen de ventas. La responsabilidad nos brinda, asimismo, una protección en el convulso mercado laboral de hoy en día, ya que los empleados que poseen este rasgo suelen ser los más valorados. Así pues, cuando cierta empresa se vio en la necesidad de remodelar su plantilla, el grado de responsabilidad de los vendedores fue tan decisivo a la hora de efectuar la selección como su volumen de ventas.
Las personas responsables se hallan nimbadas de un aura que les hace parecer mejores incluso de lo que realmente son. Es como si la confianza cosechada modificara la valoración de sus superiores, mereciendo una cualificación más elevada de lo que permitiría predecir la simple estimación objetiva de su rendimiento.
Pero, a falta de empatía o de habilidades sociales, la responsabilidad también puede acarrear serios problemas . Las personas poseedoras de esta cualidad exigen mucho de sí mismas y pueden empeñarse también en que los demás se adapten a su modo de trabajar y mostrarse sumamente críticos con quienes no lo consiguen. Por ejemplo, los trabajadores más escrupulosos de las fábricas de la Gran Bretaña y los Estados Unidos tendían a criticar a sus compañeros por los errores más triviales, algo que sólo contribuía a hacer más difíciles las relaciones.
Cuando la eficacia, por último, adopta la forma de una ciega conformidad a las expectativas, puede convertirse en un serio obstáculo para la creatividad. En profesiones creativas como el arte o la publicidad, la espontaneidad y la apertura a las ideas aparentemente descabelladas resultan fundamentales. El éxito en este tipo de actividades exige, sin embargo, cierto equilibrio porque, a falta de la suficiente responsabilidad para llevar a la práctica sus ideas, las personas acaban convirtiéndose en meros soñadores, sin nada realmente creativo que aportar.
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1. Confiabilidad y la Inteligencia Emocional
La confiabilidad se refiere a la capacidad de ser confiable y cumplir con las expectativas de los demás. Implica ser consistente en el tiempo, mantener promesas y ser predecible en nuestras acciones. La confiabilidad es esencial para construir relaciones de confianza y es un pilar en los entornos laborales y personales.
Cómo la IE favorece la confiabilidad:
- Autoconciencia:
- Las personas emocionalmente inteligentes son conscientes de sus propias emociones y cómo estas pueden afectar su comportamiento. Esta autoconciencia les permite ser más consistentes en sus respuestas y mantener un comportamiento alineado con sus valores y compromisos, lo que incrementa su confiabilidad.
- Gestión emocional:
- La capacidad de gestionar las emociones, especialmente en situaciones estresantes o desafiantes, es crucial para ser confiable. Las personas con alta IE pueden mantener la calma y responder de manera coherente, lo que les permite cumplir sus compromisos de forma confiable, incluso bajo presión.
- Empatía:
- La empatía permite a las personas comprender las necesidades y expectativas de los demás, lo cual es vital para cumplir promesas y ser confiables. Al comprender cómo se sienten los demás, las personas emocionalmente inteligentes pueden adaptar su comportamiento para satisfacer esas expectativas, fortaleciendo la confianza en las relaciones.
- Habilidades sociales:
- La confiabilidad también está vinculada a la habilidad para establecer y mantener buenas relaciones interpersonales. La IE permite manejar interacciones de manera efectiva, lo que contribuye a una percepción positiva de la confiabilidad de una persona en el entorno social o laboral.
2. Integridad y la Inteligencia Emocional
La integridad se refiere a la coherencia entre los valores personales de una persona y sus acciones. Implica ser honesto, ético y tener un fuerte sentido de la moralidad. La integridad está estrechamente vinculada con la IE, ya que requiere autoconciencia y control emocional para actuar de acuerdo con principios éticos, incluso en situaciones difíciles.
Cómo la IE favorece la integridad:
- Autoconciencia:
- La autoconciencia es la base de la integridad, ya que permite a las personas identificar y reconocer sus valores y principios personales. Al estar en sintonía con lo que es importante para ellos, las personas emocionalmente inteligentes son más propensas a actuar con integridad y seguir esos valores en todas sus acciones.
- Gestión emocional:
- La gestión de emociones es crucial para mantener la integridad, especialmente en situaciones donde hay presión o tentaciones para actuar de manera deshonesta. Las personas emocionalmente inteligentes son capaces de manejar sus emociones, como el miedo o la ambición, para tomar decisiones basadas en principios y ética, incluso cuando enfrentan dificultades.
- Empatía:
- La empatía es también un factor que favorece la integridad. Las personas con alta IE comprenden cómo sus acciones afectan a los demás, lo que refuerza su compromiso con la honestidad y el respeto. Al considerar el impacto de sus decisiones en otras personas, las personas empáticas están motivadas para actuar de manera íntegra.
- Habilidades sociales y comunicación:
- La integridad también se refleja en la forma en que una persona se comunica con los demás. Aquellos con alta IE son capaces de expresarse de manera clara y honesta, lo que genera confianza y demuestra transparencia en sus relaciones.
3. Confiabilidad, Integridad y el Éxito Profesional
En el ámbito profesional, tanto la confiabilidad como la integridad son esenciales para el éxito a largo plazo. Las personas que son confiables e íntegras inspiran confianza, crean un entorno de trabajo positivo y fomentan relaciones de colaboración. La inteligencia emocional es crucial para mantener estas cualidades a lo largo del tiempo.
Impacto en el liderazgo:
- Los líderes emocionalmente inteligentes que son confiables e íntegros crean culturas organizacionales donde los empleados confían en ellos y se sienten motivados a seguir su ejemplo. La honestidad, el cumplimiento de promesas y el comportamiento ético generan lealtad y respeto entre los equipos, lo que a su vez mejora el rendimiento organizacional.
Construcción de relaciones interpersonales:
- En el entorno personal, la confiabilidad y la integridad son esenciales para construir relaciones sólidas y duraderas. La IE permite a las personas mantener una comunicación abierta y sincera, gestionar las emociones en conflictos y cumplir con sus compromisos, lo que refuerza la confianza en las relaciones personales.
4. La Relación entre Confiabilidad, Integridad y Otros Componentes de la Inteligencia Emocional
- Motivación intrínseca:
- Las personas que actúan con integridad suelen estar impulsadas por una motivación interna y por principios personales, en lugar de buscar recompensas externas. Esta motivación contribuye a que sigan sus valores y sean consistentes en su comportamiento, lo que fortalece su confiabilidad y reputación.
- Resiliencia:
- La resiliencia es clave cuando se enfrenta a adversidades que desafían la integridad o la confiabilidad. Las personas emocionalmente inteligentes que son resilientes pueden superar obstáculos sin comprometer sus principios, lo que refuerza su capacidad para mantenerse confiables e íntegros a largo plazo.