El marco de la competencia emocional

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EL MARCO DE LA COMPETENCIA EMOCIONAL

Competencia personal.

Estas competencias determinan el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos.

Conciencia de uno mismo.

Conciencia de nuestros propios estados internos, recursos e intuiciones.

Conciencia emocional : Reconocer las propias emociones y sus efectos.
Valoración adecuada de uno mismo: Conocer las propias fortalezas y debilidades.
• Confianza en uno mismo: Seguridad en la valoración que hacemos sobre nosotros mismos y sobre nuestras capacidades.
•Autorregulación: Control de nuestros estados, impulsos y recursos internos.
• Autocontrol : Capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los impulsos conflictivos.
• Confiabilidad: Fidelidad al criterio de sinceridad e integridad.
• Integridad: Asumir la responsabilidad de nuestra actuación personal.
Adaptabilidad: Flexibilidad para afrontar los cambios.
Innovación: Sentirse cómodo y abierto ante las nuevas ideas, enfoques e información.
Motivación: Las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de nuestros objetivos.
Motivación de logro: Esforzarse por mejorar o satisfacer un determinado criterio de excelencia.
Compromiso: Secundar los objetivos de un grupo u organización . Iniciativa: Prontitud para actuar cuando se presenta la ocasión.
Optimismo: Persistencia en la consecución de los objetivos a pesar de los obstáculos y los contratiempos.

Competencia social.
Estas competencias determinan el modo en que nos relacionamos con los demás.

• Empatía: Conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones ajenas.
Comprensión de los demás: Tener la capacidad de captar los sentimientos y los puntos de vista de otras personas e interesarnos activamente por las cosas que les preocupan.
Orientación hacia el servicio: Anticiparse, reconocer y satisfacer las necesidades de los clientes.
• Aprovechamiento de la diversidad: Aprovechar las oportunidades que nos brindan diferentes tipos de personas.
• Conciencia política: Capacidad de darse cuenta de las corrientes emocionales y de las relaciones de poder subyacentes en un grupo.

Habilidades sociales.
Capacidad para inducir respuestas deseables en los demás.

• Influencia: Utilizar tácticas de persuasión eficaces.
• Comunicación: Emitir mensajes claros y convincentes.
• Liderazgo: Inspirar y dirigir a grupos y personas.
• Catalización del cambio: Iniciar o dirigir los cambios.
• Resolución de conflictos: Capacidad de negociar y resolver conflictos.
Inteligencia Emocional 15
• Colaboración y cooperación: Ser capaces de trabajar con los demás en la consecución de una meta común.
Habilidades de equipo: Ser capaces de crear la sinergia grupal en la consecución de metas colectivas.

Manual de Inteligencia Emocional

Los límites del liderazgo

Las competencias emocionales resultan especialmente importantes en el campo del liderazgo, que apunta a lograr que las personas lleven a cabo su trabajo del modo más eficaz posible. Es por esto por lo que la ineptitud emocional de los jefes consume tiempo, genera roces, desalienta la motivación y el compromiso, fomenta la hostilidad y la apatía y, en suma, provoca un menoscabo en el rendimiento laboral de los trabajadores. De este modo, las fortalezas y debilidades de la competencia emocional de un jefe pueden medirse, respectivamente, con el pleno aprovechamiento o el mal uso del talento de sus subordinados.

La superioridad técnica o intelectual parece tener escasa importancia para el éxito en el desempeño de las funciones directivas. No cabe la menor duda de que, en el nivel de la alta dirección, todo el mundo precisa de un mínimo de competencias cognitivas, pero el hecho de destacar en ellas no garantiza, en modo alguno, el desempeño excelente.

Así pues, la diferencia existente entre los directivos sobresalientes y los mediocres hay que buscarla en el campo de las competencias emocionales. Por esto los directivos más destacados son diestros en habilidades tan marcadamente emocionales como la capacidad de influir en los demás, el liderazgo, la conciencia política, la confianza en sí mismos y la motivación de logro . No resulta aventurado concluir que, como regla general, el 90% del éxito del liderazgo depende de la inteligencia emocional.

Resumiendo, pues, la competencia emocional tiene el doble de importancia que las habilidades meramente cognitivas en el desempeño óptimo de cualquier profesión, algo que en los niveles superiores resulta todavía más acusado.

El punto crítico

Las competencias no aparecen aisladas sino en grupos. Y el hecho es que, para que una persona alcance una actuación descollante, no basta con que destaque en uno de esos grupos sino que debe hacerlo en varios a la vez. Los trabajadores »estrella» no sólo demuestran un talento singular —como, por ejemplo, la iniciativa o la influencia— sino que también presentan una especial fortaleza en cada uno de los cinco grandes dominios en que anteriormente categorizábamos la inteligencia emocional (conciencia de uno mismo, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales).

Sólo cuando la persona muestra un amplio ramillete del espectro total de las competencias emocionales existe la posibilidad de que alcance el « punto crítico », una condición que permite descollar como trabajador «estrella» y desempeñar una función semejante a la de los catalizadores en ciertas reacciones químicas.

Las competencias emocionales más relevantes para el éxito caen dentro de los tres grandes grupos siguientes:
• Iniciativa, motivación de logro y adaptabilidad .
• Influencia, capacidad para liderar equipos y conciencia política.
• Empatía, confianza en uno mismo y capacidad de alentar al desarrollo de los demás.

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1. Componentes del marco de la competencia emocional

El marco se organiza en dos grandes dimensiones: competencias personales y competencias sociales.

A. Competencias personales

Se enfocan en cómo nos relacionamos con nosotros mismos:

  1. Autoconciencia:
    • Reconocer y comprender nuestras emociones.
    • Identificar cómo las emociones afectan nuestros pensamientos y acciones.
    • Tener claridad sobre nuestros valores y objetivos.
  2. Autorregulación:
    • Gestionar nuestras emociones para responder de manera adecuada.
    • Controlar impulsos y comportamientos impulsivos.
    • Adaptarse a los cambios y mantener la calma en situaciones de estrés.
  3. Automotivación:
    • Canalizar las emociones hacia la consecución de metas.
    • Mantener una actitud positiva frente a los desafíos.
    • Ser persistente ante los obstáculos.

B. Competencias sociales

Se centran en cómo interactuamos con los demás:

  1. Empatía:
    • Comprender las emociones y perspectivas de otras personas.
    • Reconocer las necesidades emocionales de los demás.
    • Escuchar activamente y sin prejuicios.
  2. Habilidades sociales:
    • Construir relaciones sólidas y positivas.
    • Comunicarse de manera efectiva y persuasiva.
    • Resolver conflictos y fomentar la cooperación.

2. Importancia del marco de la competencia emocional

  • En el ámbito personal: Mejora el autoconocimiento y el bienestar emocional, permitiendo una vida más equilibrada y satisfactoria.
  • En el ámbito profesional: Fomenta la colaboración, el liderazgo efectivo y la capacidad de adaptación a entornos cambiantes.
  • En las relaciones interpersonales: Construye vínculos más sólidos, basados en la comprensión mutua y el respeto.

3. Cómo desarrollar competencias emocionales

  1. Practicar la autoconciencia:
    • Dedica tiempo a reflexionar sobre tus emociones diarias.
    • Identifica patrones emocionales recurrentes y sus desencadenantes.
  2. Fortalecer la autorregulación:
    • Usa técnicas como la respiración profunda o el mindfulness para controlar impulsos.
    • Establece metas a corto plazo que te mantengan enfocado.
  3. Fomentar la empatía:
    • Escucha activamente a los demás sin interrumpir ni juzgar.
    • Ponte en el lugar de otra persona para entender su perspectiva.
  4. Desarrollar habilidades sociales:
    • Practica la comunicación asertiva para expresar tus necesidades de manera respetuosa.
    • Trabaja en equipo, valorando las contribuciones de los demás.
  5. Impulsar la automotivación:
    • Encuentra un propósito claro que guíe tus acciones.
    • Celebra los logros, por pequeños que sean, para mantener la motivación.

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