Para programar los contenidos de una asignatura o de una unidad didáctica, debemos partir de un esquema conceptual que consiste en una trama de relaciones lógicas que interconectan de modo sistemático una serie de conceptos y de principios. Para establecer estas relaciones, es preciso que tengamos en cuenta sus componentes esenciales dispuestos en forma de: conceptos básicos (expresan abstracciones en el más alto nivel de generalidad), conceptos conectados a los básicos (les conceden significados más amplios), principios y generalizaciones (relaciones entre conceptos) y teorías (generalizaciones interrelacionadas).
La selección de los contenidos de un programa se ha de hacer atendiendo, entre otros, a los criterios siguientes: los conocimientos previos, los objetivos planteados con anterioridad; la utilidad y actualidad de los contenidos; la carga lectiva de la asignatura; los prerrequisitos de aprendizaje o necesidad de conocimientos de base; la dificultad de aprendizaje de los contenidos; y la relación transversal entre la asignatura en cuestión y las demás materias. En el proceso de selección de los contenidos pueden ser útiles los criterios de selección propuesto por el profesor Zabalza Beraza (1987) y que podemos sintetizar de la siguiente forma:
- Criterio de representatividiad. La selección realizada ha de responder a la condición de que los contenidos seleccionados sean un buen reflejo del conjunto de conocimientos de nuestra disciplina.
- Criterios de ejemplaridad. Consiste en seleccionar unas ideas de gran alcance lógico y/o conceptos básicos, dentro de los distintos campos del conocimiento, para emplearlos como eje de organización de los contenidos.
- Transferibilidad. Se trata de priorizar los contenidos que puedan ser aplicados en situaciones distintas de aquéllas en que se aprendieron.
- Durabilidad. Es decir, seleccionar aquellos contenidos que resulten menos perecederos y más necesarios para el proceso de autonomía y participación social del alumnado.
- Convencionalidad y consenso. Recoger los contenidos en relación a su importancia, validez y acuerdo en la comunidad científica.
- Especificidad. Demos considerar los contenidos que se definan en el marco de nuestra materia, respetando aquéllos que sean abordables por otras materias e incluyendo, si es posible y en su caso, los que no se consideren fácilmente abordables por otras materias.
Los contenidos deben disponerse siguiendo un orden lógico y motivador, que facilite su asimilación por el alumno y capte su interés, teniendo en cuenta los siguientes aspectos relacionados con la selección y organización de los mismos (Servicio de Formación Permanente de la Universidad de Valencia, 2005):
- El dominio de un contenido no es un fin en sí mismo, si lo seleccionamos es porque consideramos que contribuye al desarrollo intelectual o a la preparación profesional del estudiante.
- Hablar de desarrollo intelectual y / o profesional del estudiante significa, entre otros aspectos, que el contenido no sólo se ocupa de aspectos técnicos, sino que también considera los aspectos éticos y morales del mismo.
- La selección del contenido debería proporcionar oportunidades para desarrollar habilidades intelectuales de un nivel superior tales como el razonamiento, el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad.
- El contenido debería ser seleccionado teniendo en cuenta la posibilidad de acceso por parte del estudiante a los materiales de estudio y las necesidades, intereses y motivaciones de los estudiantes.
- El contenido debería ser pensado teniendo en cuenta el nivel de desarrollo intelectual y madurez de los estudiantes.
En el marco de la convergencia europea, debemos llevar a cabo un proceso que suponga repensar la selección y organización de los contenidos.
Así, entendemos que se debe pasar de las dificultades de aprendizaje a las finalidades de la enseñanza realizan un recorrido reflexivo por los contenidos. Además, entendemos que para la posible mejora en el tratamiento de los contenidos se debe llevar a cabo un proceso de reflexión en torno a cuatro cuestiones:
- La relación entre el aprendizaje de los alumnos y la presentación de contenidos.
- La selección, formulación y organización de los contenidos.
- Las características del conocimiento disciplinar.
- Las finalidades de la enseñanza de los contenidos.
3.3 Metodologías docentes en fisioterapia
Definidos los objetivos y determinados los contenidos, procederemos a seleccionar los métodos y técnicas didácticas que consideremos más adecuados para facilitar el aprendizaje de la materia.
Las estrategias metodológicas implican el dominio de unos niveles y canales de comunicación, la utilización de medios y materiales diferentes y el manejo de técnicas precisas. Los métodos docentes están íntimamente relacionados con el conocimiento de cómo aprende el alumno.
Los recursos didácticos son, a la vez, soporte de los contenidos e instrumentos que hacen posible la realización de las actividades educativas. Su selección debe corresponder a criterios técnico- pedagógicos, advirtiendo que no sólo poseen funcionalidad didáctico instrumental, sino que también inciden en la motivación intrínseca hacia el aprendizaje y sobre el tipo de aprendizaje que se logra.
El profesor debe poseer las capacidades suficientes para ofrecer diferentes estrategias metodológicas en función de las situaciones. Los diferentes contenidos de una materia pueden requerir una metodología diferente para su abordaje y comprensión. Tampoco hay que olvidar los factores contextuales que fuerzan y determinan una u otra forma de trabajar. De entre los múltiples métodos vamos a citar aquellos de uso más frecuente en el contexto en el que nos encontramos.
Sin duda alguna, consideramos que este apartado, el que vamos a dedicar a la metodología, es uno de los más relevantes respecto al esfuerzo que la universidad española debe realizar para adaptarse al marco educativo que determina el Espacio Europeo de Educación Superior. Entendemos que la metodología es uno de los ejes vertebrales en torno al cuál va a girar el profundo cambio de la educación superior ya que guía, define y caracteriza el trabajo, rol y filosofía de profesores y alumnos.
El diagnóstico de la situación actual de nuestra universidad podría sintetizarse afirmando que la reforma de las metodologías educativas se percibe como un proceso que es imprescindible abordar para una actualización de la oferta formativa de las universidades españolas, y que, de hecho, está ya de alguna forma en marcha, lo que no es óbice para que el mismo concite todavía no pocas incertidumbres. Debemos concebir proceso de construcción del Espacio Europeo de Educación Superior como una oportunidad perfecta para impulsar una reforma que no debe quedarse en una mera reconversión de la estructura y contenidos de los estudios, sino que debe alcanzar al meollo de la actividad universitaria, que radica en al interacción profesores-estudiantes para la generación de aprendizaje.
3.3.1 Métodos Didácticos
Los métodos didácticos se han clasificado, de forma general y tradicionalmente, como se muestra a continuación en la tabla.
Clasificación general de los métodos didácticos
En principio resulta difícil seleccionar el método más adecuado para nuestra acción formativa, pues todos los métodos presentan a la vez aspectos positivos y negativos. No obstante, existe consenso en que deben primar aquellos que potencien la participación activa del alumno en el proceso. La tendencia actual se encamina a utilizar metodologías: activas, con mayor participación del alumno; globalizadoras, de forma que la materia no se trate aisladamente, sino a través de un centro de interés común con el resto de materias o disciplinas; mixtas, potenciando el trabajo individual que aproveche al máximo las posibilidades personales, y el trabajo colectivo para favorecer el trabajo en equipo y el espíritu de grupo; y heurísticas, mejor que dogmáticas, para que el alumno adopte posturas más comprensivas y formativas, que solamente memorísticas o informativas.
Con respecto a la forma de razonamiento y a la forma de abordaje del tema, emplearemos métodos inductivos, deductivos, analíticos o sintéticos, dependiendo de cada tema concreto y de sus objetivos.
En cualquier caso, entendemos que existe un método didáctico caracterizado por la imitación de patrones de generación en generación de profesores y alumnos que debe ser cambiado. Por ello, el Ministerio de Educación y Ciencia (2006) propuso los objetivos y estrategias para la renovación de las metodologías educativas en las universidades españolas que requerían un enfoque integral e integrador. Los principales objetivos de un proceso de renovación pedagógica general y generalizada identificados son diez, los cinco primeros de tipo técnico-pedagógico y los segundos de naturaleza pol ítico-organizativa:
- El fin de la renovación es la mejora de la claridad del aprendizaje.
- La renovación debe incrementar el nivel de satisfacción de profesores y estudiantes; contar con los primeros es imprescindible.
- La renovación metodológico-didáctica implica un nuevo estilo del trabajo del profesorado. Este cambio no podrá operarse si no se mejora su formación pedagógica y si el sistema no transmite que la enseñanza es la actividad fundamental de los profesores.
- Es preciso aproximar más los estudios universitarios al ejercicio profesional, potenciando la dimensión práctica de la enseñanza: el saber, sí, pero también el saber hacer y el saber ser/estar.
- Debemos aproximarnos a los planteamientos didácticos que subyacen al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES): dar mayor protagonismo al estudiante en su formación, fomentar el trabajo colaborativo, organizar la enseñanza en función de las competencias que se deban adquirir, potenciar la adquisición de herramientas de aprendizaje autónomo y permanente, etc.
- La renovación metodológica exige un compromiso a tres bandas: Administración General del Estado, Comunidades Autónomas y Universidades; actuando cada una de estas instancias en función de sus competencias y en coordinación con el resto.
- En las universidades el cambio debe ser liderado por los responsables del gobierno y la dirección de las mismas, incluyendo, en una lógica descendente, a los responsables de los centros, departamentos e institutos universitarios.
- Para que el cambio sea viable, se requiere modificar el contexto de enseñanza-aprendizaje: optimizar recursos y acometer reformas o crear condiciones nuevas, sin las cuales no son posibles los nuevos métodos didácticos.
- La renovación de las metodologías debe ir generando un progresivo reajuste de las estructuras académicas actuales, obligando a incorporar nuevos modelos de actuación docente e institucional.
- Es necesario ampliar las unidades de asesoramiento y apoyo técnico. De entrada, su principal función, y la más urgente, es la formación de formadores.
3.3.2 Estrategias Didácticas
Una vez elegido el método más adecuado en relación con los objetivos previamente programados, debemos seleccionar el procedimiento didáctico que permita hacer efectivo este método. Esta constituye la estrategia a seguir para dar forma y presentar un aspecto cualquiera del aprendizaje.
Las técnicas o procedimientos didácticos se pueden clasificar en función de los procesos de aprendizaje del alumno o de conducción de la clase por parte del profesor en:
– Técnicas inductivas presentadas en orden de dificultad ascendente:
- Observación: obtener la imagen más cercana a la realidad de un hecho.
- Experimentación: realizar una o varias observaciones en relación con un fenómeno objeto de estudio, en determinadas condiciones.
- Comparación: establecimiento de las semejanzas o diferencias entre dos o más objetos.
- Abstracción: proyectar la atención sobre un elemento determinante de un todo, excluyendo a los demás componentes.
- Generalización: extensión de los resultados del estudio de un número de objetos a todos los de la misma especie, género o clase.
– Técnicas deductivas presentadas en orden creciente de dificultad:
- Aplicación: inferir principios y generalizaciones a casos particulares.
- Comprobación: someter a un contraste previo el caso concreto.
- Demostración: procedimiento que logra la certeza de determinadas conclusiones, mediante el razonamiento.
– Técnicas analíticas:
- División: separar de un todo sus partes constitutivas.
- Clasificación: agrupar las distintas partes de un todo.
– Técnicas sintéticas:
- Conclusión: agrupar elementos diversos para lograr un todo coherente al finalizar un proceso mental.
- Definición: identificar y delimitar los conceptos para distinguirlos de los demás.
- Resumen: proporcionar los aspectos fundamentales de un todo de una forma unificada, clara y abreviada.
La selección y organización de contenidos en fisioterapia es crucial para el diseño de un programa de estudio efectivo y completo:
1. Identificación de Objetivos de Aprendizaje:
Define claramente los objetivos de aprendizaje que deseas lograr con el programa de fisioterapia. Estos objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y limitados en el tiempo (SMART). Por ejemplo, puedes establecer objetivos relacionados con el conocimiento anatómico, las habilidades de evaluación, el diseño de planes de tratamiento y la comunicación efectiva con los pacientes.
2. Evaluación de Necesidades:
Realiza una evaluación de necesidades para identificar las habilidades y conocimientos previos de los estudiantes, así como las demandas y tendencias en el campo de la fisioterapia. Esta información te ayudará a adaptar el programa a las necesidades específicas de los estudiantes y del sector.
3. Definición de Competencias:
Identifica las competencias clave que los estudiantes deben adquirir para ser fisioterapeutas competentes. Estas competencias pueden incluir habilidades clínicas, conocimientos científicos, habilidades de comunicación y habilidades profesionales.
4. Agrupación de Contenidos:
Agrupa los contenidos en categorías o módulos temáticos basados en los objetivos de aprendizaje y las competencias identificadas. Por ejemplo, puedes tener módulos dedicados a la anatomía y fisiología, métodos de evaluación, técnicas de tratamiento, ética profesional, entre otros.
5. Secuenciación de Contenidos:
Organiza los módulos de manera lógica y secuencial, de modo que los conceptos y habilidades se construyan progresivamente. Por ejemplo, puedes comenzar con los fundamentos anatómicos antes de avanzar a técnicas de evaluación y tratamiento más avanzadas.
6. Selección de Recursos y Materiales:
Elige libros de texto, artículos, videos, software y otros recursos pedagógicos que respalden los objetivos de aprendizaje y las competencias deseadas. Asegúrate de que los materiales sean actualizados y relevantes para la práctica actual de la fisioterapia.
7. Integración de Tecnología:
Considera la integración de tecnología educativa para mejorar la experiencia de aprendizaje. Plataformas en línea, simulaciones virtuales y recursos multimedia pueden enriquecer el proceso de enseñanza y aprendizaje.
8. Inclusión de Prácticas Clínicas:
Integra experiencias prácticas y clínicas en el programa para que los estudiantes puedan aplicar los conocimientos teóricos en entornos reales. Esto puede incluir pasantías, rotaciones clínicas y prácticas supervisadas.
9. Evaluación y Retroalimentación Continua:
Desarrolla un sistema de evaluación que permita medir el progreso de los estudiantes y proporcionar retroalimentación significativa. Incluye evaluaciones formativas y sumativas para evaluar tanto el conocimiento teórico como las habilidades prácticas.
10. Adaptabilidad y Actualización:
Diseña el programa con flexibilidad para adaptarse a cambios en el campo de la fisioterapia y para incorporar nuevas investigaciones y avances. Establece un sistema de revisión periódica para mantener el programa actualizado.