PSICOLOGÍA BÁSICA APLICADA A LA ATENCIÓN PSICOSOCIAL DOMICILIARIA DE PERSONAS DEPENDIENTES

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CONCEPTOS FUNDAMENTALES

ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA

El primer problema que se plantea a la hora de estudiar la población dependiente es identificar cuáles son esos actos corrientes de la vida diaria que deben ser tenidos en cuenta a la hora de evaluar si una persona se encuentra o no en situación de dependencia, por necesitar una ayuda o asistencia importante para realizarlos.

Para ello, puede utilizarse un concepto utilizado desde hace tiempo por disciplinas como la rehabilitación o la geriatría, el de “actividades de la vida diaria” (normalmente denotadas con las siglas AVD).
Las actividades de la vida diaria (AVD) son aquellas actividades que una persona ha de realizar diariamente para poder vivir de forma autónoma, integrada en su entorno habitual y cumpliendo su rol social. Se puede decir que una persona dependiente es aquella que requiere ayuda para la ejecución de una o de varias de estas actividades de la vida diaria.

Es habitual diferenciar entre:

• Las actividades básicas de la vida diaria (ABVD)
• Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD)
• Actividades avanzadas de la vida diaria(AAVD)

Manual de Atención Socio-Sanitaria

Actividades básicas de la vida diaria (ABVD)

Son las actividades imprescindibles para poder subsistir de forma independiente.
Dotan al sujeto de una autonomía e independencia elementales. Son las referentes al autocuidado y la movilidad. Son las más básicas, por tanto, las últimas en alterarse. Su dependencia es incompatible con la vida a no ser que se proporcionen los cuidados adecuados.

Entre ellas se incluyen:

Las actividades de autocuidado: bañarse, aseo e higiene personal (bucal y facial, afeitado y peinado), vestirse y desnudarse, poder ir solo al servicio, poder quedarse solo durante la noche, comer…)
Las actividades de funcionamiento básico físico (desplazarse dentro del hogar)
Las actividades de funcionamiento básico mental (reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar instrucciones y/o tareas sencillas).

Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD)

Son actividades más complejas que las ABVD, y su realización requiere de un mayor nivel de autonomía personal. Por lo tanto, se alteran antes que las ABVD. Son las que permitan a la persona adaptarse a su entorno y mantener la independencia en la comunidad.

Se asocian a tareas que implican la capacidad de tomar decisiones e implican interacciones más difíciles con el medio. En esta categoría se incluyen tareas domésticas, tareas de administración del hogar y de la propiedad, como poder utilizar el teléfono, acordarse de tomar la medicación, cortarse las uñas de los pies, subir una serie de escalones, coger un autobús, un metro o un taxi, preparar la propia comida, comprar lo que se necesita para vivir, realizar actividades domésticas básicas (fregar los platos, hacer la cama, etc.), tomar la medicación, cuidar de otras personas, poder pasear, ir al médico, hacer papeleos y
administrar el propio dinero, entre otras.

Las tareas de este grupo se clasifican en:

Tareas de atención doméstica: se refieren al cuidado y mantenimiento del hogar.

Tareas de atención personal: son las que se realizan directamente con el usuario (ayudarle a comer, ayudar en su aseo…).

Actividades avanzadas de la vida diaria (AAVD)

Son conductas elaboradas de control del medio físico y del entorno social, que permiten al individuo desarrollar un rol social, mantener una buena salud mental y disfrutar de una excelente calidad de vida.
Son conductas elaboradas, muy complejas y diversas, ya que dependen del estilo de vida individual, de sus gustos, del nivel social alcanzado… Engloban:

Actividades físicas:

Ejercicio físico intenso: conocer reglas de deportes individuales que practica, practicar deportes individuales, y que pueden implicar un riesgo de accidentes (alto o bajo) como caza, natación, tenis, …

Trabajo físico intenso: lavar el coche y limpiarlo por dentro, actividades de jardinería, bricolaje…

Actividades sociales:

Programar viajes, preparar la maleta, ir al cine, debatir noticias, ir a bailar, relacionarse con los demás, felicitar cumpleaños, participar en el cuidado de otras personas…

Actividades mixtas:

Practicar y/o conocer las reglas de deportes en grupo, con riesgo alto o bajo de accidentes como el fútbol, tiro al plato, conocer los útiles de trabajo, conocer el desarrollo de su trabajo…

Estas tareas deberemos realizarlas junto con la persona siempre que sea posible, además de hacerlas adaptándonos a sus características y manera de hacerlas. Es imprescindible personalizar cada actividad al usuario, realizar un análisis individualizado desde la perspectiva integral del modelo biopsicosocial. Cuidamos al usuario en su domicilio, un espacio íntimo y personal, en el que él se siente seguro y por tanto puede desarrollar su personalidad con total libertad. Por ello debemos conocer las características generales de estas personas a las que vamos a atender.

Es por ello que vamos a estudiar los procesos de envejecimiento, los cambios que se producen, el entorno socioafectivo, la sexualidad y las repercusiones en las necesidades de estas personas.

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