Forma y materia

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FORMA Y MATERIA 

En primera instancia, lo que percibimos de un objeto no suelen ser los detalles, sino lo que podríamos identificar como “rasgos estructurales”, característicos, del mismo: es decir, su forma. A partir de ese momento, el ser humano tiende a buscar detalles para identificar los objetos, pero se centra en los mínimos esenciales: el exceso de detalles produce confusión.

Además, la percepción de la forma está muy vinculada a la relación entre el todo y las partes que la componen. En este sentido, hay que recordar que la semejanza hace que las cosas resulten invisibles, mientras que la diferencia facilita su visión.
Por otro lado, aunque toda materia posea una forma adecuada, en diseño, la necesidad de utilizar una forma determinada puede condicionar la elección de materias a usar.
En cualquier caso, lo que se ha denominado “imagen pública de un producto” cambia completamente si se altera tanto su forma como su materia.

La asimetría y la simetría del escaparate

Cuando hablamos de composición en escaparatismo, nos estamos refiriendo a adecuar distintos elementos dentro de un espacio visual, combinándolos de tal forma que todos sean capaces de aportar un significado que transmita un mensaje claro. En otras palabras, es la forma de agrupar los productos y elementos accesorios del montaje para generar una carga comunicativa, para conseguir el mejor efecto, según la idea básica que se quiera transmitir con él. Por otro lado, con la composición se trata de dar al conjunto del escaparate un sentido más unitario.
En toda composición intervienen factores como las formas, el color, la luz, el espacio, el movimiento… Sin embargo, uno de los primeros que habrá que tomar en consideración al diseñar un escaparate es el equilibrio. El equilibrio se consigue conjugando tres variables:

1) Peso. En diseño, más que a la característica física relacionada con la gravedad, el peso hace referencia a la “fuerza de atracción que para el ojo” del observador tiene un objeto. Por tratarse, pues, de una apreciación subjetiva es fácilmente manipulable actuando, por ejemplo, sobre la ubicación de dicho objeto. Así, parecerá pesar más si:

Se aleja del centro del plano.
Si es de mayor de tamaño que otros.
Se aísla.
Tiene una forma determinada.
Es de un color cálido.
Se coloca más alto.
Se coloca a la derecha del plano.
Evidentemente, el interés que despierta un objeto en su observador también incrementa su peso.

2) Recorrido visual. Se ha podido comprobar que las miradas de los transeúntes suelen entrar en los escaparates por el primer ángulo inferior en la dirección de paso y salen por el ángulo opuesto, describiendo una diagonal ascendente. Lo único que puede detener ese recorrido es la aparición de un “obstáculo”: un objeto que llame la atención de esa persona y le haga fijar la mirada en él.
Hay acciones que pueden potenciar el recorrido visual. Entre ellas:

Colocar unos cerca de otros los objetos a destacar.
Iluminar de manera más intensa los objetos a destacar que el fondo.
Unir los elementos situados en el recorrido visual mediante iluminación.
Dirigir la mirada de los maniquíes en el sentido del recorrido.
Orientar las líneas básicas del escaparate en la dirección del recorrido visual.

Escaparatismo y Visual Merchandising

3) Ritmo. Este concepto implica la repetición de uno o dos elementos, de manera que se asegure “la armonía de las proporciones y la continuidad del movimiento”. El ritmo puede tomar distintas formas:
o Alternancia. “Repetición de unidades a intervalos”.

o Secuencia. “Repetición de más de dos unidades”.
o Serie. “Repetición de secuencias diferentes”.
En un escaparate, el control del ritmo es, básicamente, cuestión de dirigir la vista del observador, primero, a los elementos más destacados y, luego, a los secundarios.
En composición, se pueden conseguir dos tipos de equilibrios básicos: el simétrico y el asimétrico.

Simétrico

Se llama composición simétrica, cuando la distribución de los elementos participantes en el escaparate, ocupan el mismo espacio y la misma situación a un lado y al otro de los ejes del escaparate, en su sentido horizontal y vertical.
La composición simétrica es exponente de sobriedad, seriedad, etc.…, para lo cual, esta composición será idónea para los artículos que reúnan estas condiciones, sastrería a medida, joyería, perfumería etc. En el escaparate, veremos que muchas técnicas están interrelacionadas entre sí, pues el aspecto psicológico de la composición va estrechamente ligado a los contrastes de colores de esta forma.

Asimétrico

Se dirá que un escaparate está compuesto de una forma asimétrica, cuando los elementos que lo componen no responden al mismo orden a cada lado de los ejes, tanto horizontales como verticales. En la composición asimétrica, emplearemos en principio el mismo sistema que en la composición simétrica, es decir, dividiremos el escaparate en dos ejes, uno horizontal y el otro vertical, la gran variación consiste en que el eje vertical no pasará por el centro del escaparate, si no que éste se desplazará bien hacia la derecha o hacia la izquierda, según influya la dirección del paso del peatón u otro elemento (semáforo, paso de peatones, mercado, iglesia, colegio,…), una vez realizado este paso, las subdivisiones resultantes no serán iguales a ambos lados del eje citado, lo cual, nos permitirá el ocupar diferentes espacios en cada lado del eje. Para una buena composición asimétrica, será preciso tener un amplio conocimiento del ritmo y del equilibrio. La composición asimétrica es exponente de dinamismo, juventud, alegría, etc.

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