Capitulo 4 El resultado contable o renta de la empresa

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Capitulo 4 El resultado contable o renta de la empresa

4.1 El resultado contable o renta de la empresa

Uno de los objetivos principales de las empresas de negocio es la obtención de beneficio, por lo que surge la necesidad de informar sobre los cambios que se han producido en el patrimonio como consecuencia de la actividad desarrollada, lo que implica el cálculo del resultado y la determinación de sus componentes.

El resultado contable, renta o utilidad, fue definido por Hicks como la cantidad máxima de recursos que puede consumir una persona durante un periodo, de tal forma que, al final del mismo, se encuentre en una situación idéntica a la de partida. El concepto de utilidad económica de Hicks es el que se toma como base para el cálculo del resultado empresarial, entendido como el beneficio máximo que la empresa puede distribuir en un periodo de tiempo determinado, manteniendo el valor de la empresa en términos reales, al final de dicho periodo y la capacidad para volver a generar renta en el futuro.

Como ya vimos en el Capítulo 2, el patrimonio es una magnitud estática (magnitud fondo) que mide la riqueza en un momento determinado, esta riqueza es la que permite a la empresa generar renta en el futuro. El resultado (magnitud flujo) representa la variación (positiva o negativa) experimentada por el patrimo­nio de la empresa, en un intervalo de tiempo. En resumen, el resultado se identi­fica con la corriente de renta por el uso de la riqueza en un periodo de tiempo.

De acuerdo con las teorías del propietario1, los resultados positivos (ingresos/ ganancias) de un periodo representan incrementos del valor del patrimonio (de la riqueza). Por el contrario los resultados negativos (gastos/pérdidas) suponen disminuciones del valor de dicho patrimonio.

Contablemente el resultado obtenido es uno de los componentes de los fon­dos propios y, por tanto, debe ser incluido en el patrimonio neto del balance de situación. Además, el resultado contable es uno de los indicadores utilizados para medir la eficiencia de la actividad empresarial. [1]

4.1.1 Métodos de cálculo del resultado

El cálculo del resultado empresarial puede realizarse de acuerdo con los siguientes métodos:

a) Método de mantenimiento del patrimonio neto.

b) Método basado en las transacciones.

El primero, también conocido como método de mantenimiento del capital, calcula el beneficio como diferencia entre el valor del patrimonio al final y al principio del periodo. Para realizar este cálculo es necesario excluir las opera­ciones realizadas entre la empresa y sus propietarios, como son los aumentos y reducciones de capital y la distribución de beneficios.

En esta línea está la definición de resultado realizada por Vela, Montesinos y Serra (1996:515): “importe monetario correspondiente al aumento o dismi­nución neto experimentado por el patrimonio de una entidad en un periodo de tiempo determinado, distinto de los derivados de las nuevas aportaciones o de retiradas de recursos llevadas a cabo por los titulares de la entidad”.

* Excluidas las operaciones con los propietarios.

El método de mantenimiento del patrimonio neto tiene como principal in­conveniente que no permite conocer el detalle de las causas que han generado el beneficio o pérdida del ejercicio.

Como alternativa al método anterior, se utiliza el método de las transac­ciones por su mayor valor informativo, que consiste en ir reflejando a lo largo del ejercicio el resultado de las distintas operaciones que realiza la empresa. Se identifica en cada transacción que se realiza el resultado de la misma, de tal forma que el resultado del ejercicio se obtiene por agregación de los resultados correspondientes a cada una de las operaciones.

Desde esta óptica, los resultados se calcularían a partir de las variaciones experimentadas en los fondos propios.

Estas variaciones pueden deberse a:

  • Operaciones con los propietarios (aportaciones o distribuciones).
  • Operaciones que crean renta.

Centrándonos en éstas últimas, el proceso de creación de renta en una enti­dad se reflejaría por diferencia entre los conceptos de ingresos y de gastos.

Por tanto, en el cálculo del resultado intervendrían dos corrientes contra­puestas, una positiva (la de los ingresos del periodo) y otra negativa (la de los gastos). Las fórmulas de cálculo y de presentación de los resultados son múl­tiples en función de cómo se agrupen los ingresos y los gastos; la característica común de todas ellas es que permiten conocer las causas o actividades que han dado lugar al resultado del periodo (López y Menéndez, 1991:52).

En esta línea está la definición de resultado realizada por AICPA (1971: 134): “exceso o déficit de ingresos sobre gastos obtenidos por una empresa en un periodo contable, el cual representa el incremento o decremento de los fondos propios. Todo ello considerando que la actividad desarrollada por la empresa tiene como fin el lucro y que los diferentes hechos han sido medidos y reconocidos de acuerdo a los principios contables generalmente aceptados”.

Este segundo método es el que generalmente se emplea en contabilidad para determinar el resultado del ejercicio. Para calcularlo es preciso identificar y cuantificar cada uno de los componentes de los ingresos y de los gastos.

4.1.2 Contenido y clases de resultados

Uno de los puntos que ha causado mayor discusión, en relación a la deter­minación del resultado, son los componentes que deben incluirse en el resultado contable. La elección de unos u otros dependerá de los objetivos perseguidos con el conocimiento del mismo. La existencia de distintas categorías de resulta­do, y la discusión sobre qué componentes deben ser considerados a la hora de calcular el resultado contable, evidencian la relatividad del mismo.

Antes de analizar las diversas categorías y componentes del resultado, va­mos a aclarar las distintas clases de actividad que puede realizar la empresa, ya que algunas clasificaciones de resultados están ligadas a la actividad de la que proceden.

La empresa puede realizar operaciones de muy diversa índole, unas con carácter habitual y recurrente y otras ocasionales. En consecuencia, hablamos de actividad principal, que sería la que constituye su objeto social, y el resulta­do obtenido con operaciones propias de esa actividad es denominado resultado operativo. Además, la empresa puede realizar, de modo ocasional, operaciones no relacionadas directamente con su objeto social, como pueden ser la venta de elementos del inmovilizado, material o intangibles, o la enajenación de títulos de su cartera de control, dando lugar a resultados procedentes de activos no corrientes y resultados excepcionales. Y entre unas y otras, caben operaciones que, sin estar relacionadas directamente con el tráfico de la empresa se pro­ducen con cierta regularidad, son las denominadas actividades accesorias a la explotación.

Con el fin de esquematizar el estudio de los componentes del resultado, y siguiendo a López y Menéndez (1991:53-54), distinguiremos dos posturas extremas:

a) La postura que defiende que en el resultado empresarial sólo deben in­cluirse los resultados procedentes de la actividad principal y accesoria, es decir, los procedentes de las operaciones ordinarias y repetitivas; y

b) los partidarios del cálculo del resultado global, que incluiría los resultados procedentes de todo tipo de operaciones sin tener en cuenta el origen o causa de las mismas (excluyendo las aportaciones y retiradas de los propietarios).

Los defensores de la postura a) argumentan que el resultado así obtenido es más útil para los fines perseguidos por los usuarios de la información contable, ya que se supone que este será el resultado que se va a producir de forma habi­tual y, por tanto, se podrán hacer previsiones sobre resultados futuros; también razonan que este resultado, obtenido en condiciones normales, servirá para medir la eficiencia de la gestión de la empresa al quedar fuera del mismo todo aquello que sea excepcional.

Los defensores del cálculo del resultado global (postura b) argumentan que, sea cual sea el motivo por el que se ha obtenido el resultado, influye en la variación del patrimonio neto. Si el resultado no incluyese el procedente de todo tipo de operaciones, se estaría ofreciendo a los usuarios una información parcial y sesgada, ya que la evolución del patrimonio depende de todas las ac­tividades realizadas por la empresa, sean ordinarias o excepcionales, habituales o esporádicas.

La doctrina y la práctica contable actual entienden que dentro del concepto genérico de resultado se debe incluir lo que hemos denominado resultado global. Si bien, y con el fin de mejorar la información que se suministra a los usuarios, es aconsejable que, en la presentación de los resultados, se distingan los resul­tados de las actividades ordinarias de las excepcionales para poder evaluar la capacidad de la empresa para generar en el futuro recursos con regularidad.

El Plan General de Contabilidad de 1990 distingue entre resultado ordinario y resultado extraordinario, y dentro del primero, desglosa el resultado de explo­tación y el resultado financiero. Sin embargo en el PGC de 2007 desaparecen los resultados extraordinarios, al menos como partida específica de la cuenta de pérdidas y ganancias, distinguiendo entre resultados de las operaciones con­tinuadas (explotación y financieros) y de las operaciones interrumpidas, para las operaciones que poseen esta característica.

En el PGC de 2007, los resultados derivados de transacciones con inmoviliza­do y subvenciones de inmovilizado no financiero se incluyen en el resultado de ex­plotación, y los relacionados con instrumentos de capital de entidades vinculadas se incorporan al resultado financiero. Los resultados derivados de transacciones con títulos propios se incorporan directamente al patrimonio neto, así como los resultados de ejercicios anteriores. Y en el caso de que la empresa presente otros resultados de carácter excepcional y cuantía significativa, como por ejemplo los producidos por inundaciones, incendios, multas o sanciones, se creará una partida de “Otros resultados”, formando parte del resultado de explotación.

Por tanto, el Resultado de explotación del PGC de 2007, recoge el resultado obtenido por la actividad principal de la empresa y por otras actividades habi­tuales realizadas de manera accesoria a la principal, además de los procedentes de transacciones con inmovilizado, subvenciones de capital y otros resultados. Deberá ser la fuente de beneficios más importante. Los principales componen­tes de resultado de explotación son, entre otros: el importe de la cifra de nego­cios, los consumos de existencias, los gastos de personal, los servicios exteriores y las dotaciones a la amortización del inmovilizado.

El Resultado financiero engloba los resultados relacionados con las inver­siones financieras realizadas por la empresa o con la financiación concedida u obtenida por la misma, las diferencias de cambio y las variaciones de valor derivadas de la aplicación del criterio del valor razonable en instrumentos fi­nancieros (en los casos en que proceda imputarlos a resultados).

El Resultado antes de impuestos está formado por el resultado de explota­ción más el resultado financiero.

El Resultado del ejercicio procedente de las operaciones continuadas es el obtenido restando el impuesto sobre beneficios al resultado antes de impuestos.

El Resultado del ejercicio de las operaciones interrumpidas, neto de impues­tos, es el obtenido por este tipo de operaciones. Una actividad interrumpida es todo componente que ha sido enajenado o se ha dispuesto de él por otra vía, o bien que ha sido clasificado como mantenido para la venta.

Y por último, el Resultado del ejercicio se obtiene sumando los dos conceptos anteriores: resultados de las operaciones continuadas y de las interrumpidas.

De forma esquemática (Tabla 4.1):

Tabla 4.1. Clases de resultados.

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4.2 Los ingresos. Concepto, clases, registro y valoración

Los ingresos son los componentes positivos del resultado y podrían ser definidos como los flujos positivos de riqueza generados como consecuencia de las activi­dades de la empresa en un periodo determinado y que, por lo tanto, producen un incremento del patrimonio neto.

Los ingresos generan incrementos de los recursos económicos de la empresa como consecuencia de la venta de bienes o de la prestación de servicios que son objeto del tráfico de la empresa, así como de otros beneficios de operaciones económicas no corrientes.

No constituyen ingresos las nuevas aportaciones realizadas por los socios o propietarios.

El nuevo artículo 36, del Código de Comercio y el Marco Conceptual del PGC de 2007, los define como: incrementos en el patrimonio neto de la empresa durante el ejercicio, ya sea en forma de entradas o aumentos de valor de los activos, o de disminución de los pasivos, siempre que no tengan su origen en aportaciones, monetarias o no, de los socios o propietarios. Esta definición es prácticamente idéntica a la del IASB.

De igual manera que, en el epígrafe anterior, hablábamos de resultado obte­nido con operaciones propias de la actividad principal, de actividades accesorias y de actividades excepcionales, podríamos hablar de ingresos procedentes de la actividad principal, de ingresos accesorios y de ingresos excepcionales; y uti­lizando la terminología del PGC de 2007, ingresos de operaciones continuadas, dentro de los que se incluyen los de explotación y los financieros, e ingresos de operaciones interrumpidas. Forman parte de los ingresos de explotación los pro­cedentes de las operaciones de tráfico, los ingresos accesorios a la explotación, los procedentes de transacciones con inmovilizado y las subvenciones de inmovi­lizado no financiero. Por ejemplo, para un hotel sería un ingreso de explotación procedente de la actividad principal el obtenido por la prestación de servicios de alojamiento; ingreso procedente de actividades accesorias el que obtuviera por el alquiler de plazas de aparcamiento de vehículos e ingreso financiero el obtenido por los dividendos de acciones.

Los ingresos por venta de bienes o prestación de servicios producen incre­mentos brutos del patrimonio neto; para medir su efecto definitivo en el pa­trimonio será preciso deducir los gastos necesarios para obtener tales ingresos. Cualquiera de estos ingresos puede materializarse en un incremento de activo (caja si se cobra al contado o un derecho de cobro si se aplaza) o una dismi­nución de pasivos si la contrapartida del ingreso fuera la cancelación de una deuda.

Dentro de los ingresos de explotación y, dependiendo de cuál sea la activi­dad empresarial que provoca el ingreso, se utilizan distintas cuentas, a título de ejemplo y sin pretender ofrecer una relación exhaustiva de los mismos citamos:

  • Venta de mercaderías, para los bienes enajenados por las empresas comerciales.
  • Venta de productos terminados, para los bienes vendidos por las empresas industriales.
  • Prestaciones de servicios, para registrar las ventas realizadas por las em­presas de servicios.
  • Otros ingresos de gestión, donde se registran otros ingresos accesorios por arrendamientos, comisiones, servicios al personal, etc.

Estos ingresos figurarán en la cuenta de pérdidas y ganancias por su importe neto de devoluciones y descuentos. Existen cuentas asociadas a las ventas (devoluciones de ventas, rappels sobre ventas y descuentos por pronto pago) que representan un menor importe de la venta o prestación de servi­cios, y deben ser tenidos en cuenta a la hora de calcular el importe neto de las ventas.

Para registrar contablemente los ingresos se aplica el convenio de cargo y abono de las cuentas de neto, basado en el Principio de dualidad, ya estudiado en el Capítulo 3, al que nos remitimos. Todo ingreso supone un incremento de neto, y por tanto se registra en el haber de la cuenta correspondiente. Las cuentas de ingresos son de funcionamiento unilateral, ya que sólo admiten anotaciones en el Haber; únicamente admitirían anotaciones en el Debe al cierre del ejercicio, cuando se regularizan y trasladan su saldo a la cuenta general de resultados.

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El registro contable en el libro Diario de un ingreso por prestación de servi­cios (prescindiendo por el momento del IVA) sería:

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Como podemos apreciar en el ejemplo, no tiene por qué haber una corres­pondencia temporal entre el ingreso (flujo real de bienes o servicios) y el cobro (flujo monetario).

Entre los ingresos financieros citamos, a título de ejemplo, las siguientes cuentas:

  • Ingresos de participaciones en instrumentos de patrimonio: dividendos por participación en el capital de otras empresas.
  • Ingresos de valores representativos de deuda: intereses por tenencia de obligaciones y bonos emitidos por otras empresas.
  • Ingresos de créditos: intereses por créditos concedidos a terceros.
  • Beneficios en valores negociables: los obtenidos por la venta de acciones o valores de renta fija, siempre que no se trate de la cartera de control.
  • Diferencias positivas de cambio: por los beneficios producidos por modi­ficación del tipo de cambio en moneda distinta del euro.

Tanto los ingresos de explotación como los financieros son ingresos ordina­rios, por tratarse de ingresos habituales en las empresas.

Como ya hemos comentado, el PGC de 2007 incluye entre los ingresos de ex­plotación, algunos ingresos no habituales como son los beneficios procedentes de activos no corrientes y los ingresos excepcionales. Por ejemplo, la ganancia obte­nida por la venta de un activo inmovilizado material es un ingreso de este tipo.

El registro contable en el libro Diario del ejemplo citado (prescindiendo por el momento del IVA) sería:

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Como podemos apreciar en el registro anterior, teniendo en cuenta la ex- cepcionalidad de la operación (la empresa no se dedica a vender su inmovili­zado de forma habitual) se identifica directamente la ganancia obtenida por la venta del activo inmovilizado, dando de baja la cuenta del inmovilizado objeto de la venta. La baja en inventario se haría por el valor contable del inmovilizado (precio de adquisición menos correcciones valorativas, si las hubiera).

Como ejemplos de cuentas que registran beneficios procedentes de activos no corrientes e ingresos excepcionales, tenemos:

  • Beneficios procedentes del inmovilizado intangible.
  • Beneficios procedentes del inmovilizado material.
  • Beneficios procedentes de las inversiones inmobiliarias.
  • Ingresos excepcionales.

Ofrecemos en el Tabla 4.2, de manera esquemática, la clasificación de los ingresos que hemos realizado:

Tabla 4.2. Clasificación de los ingresos
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El PGC de 2007 incluye los ingresos en el grupo 7, denominado “Ventas e ingresos”, destinado a recoger la enajenación de bienes y la prestación de servi­cios que son objeto del tráfico de la empresa; comprende también otros ingresos, variación de existencias y beneficios del ejercicio.

En general, todas las cuentas del grupo 7 se cargan al cierre del ejercicio, con abono a la cuenta 129. Resultado del ejercicio.

 

El resultado contable, también conocido como renta de la empresa o resultado del ejercicio, es una medida clave en los estados financieros de una empresa que refleja la diferencia entre los ingresos generados y los gastos incurridos durante un período contable específico. Este resultado es fundamental para evaluar la rentabilidad y el desempeño financiero de la empresa en ese período:

1. Definición del Resultado Contable:

  • El resultado contable es la diferencia entre los ingresos y los gastos de una empresa durante un periodo contable determinado. Se expresa como la cantidad neta que queda después de restar los gastos de los ingresos.

2. Componentes del Resultado Contable:

  • Ingresos: Incluyen ventas de bienes o servicios, ingresos por intereses, alquileres, regalías, entre otros.
  • Gastos: Comprenden costos de producción, gastos operativos, depreciación, amortización, intereses, impuestos, entre otros.

3. Resultado Neto o Beneficio:

  • Cuando los ingresos superan a los gastos, se obtiene un resultado neto positivo, conocido como beneficio o utilidad.
  • Cuando los gastos superan a los ingresos, se obtiene un resultado neto negativo, conocido como pérdida.

4. Impacto en el Patrimonio Neto:

  • El resultado contable afecta directamente al patrimonio neto de la empresa. Los beneficios aumentan el patrimonio neto, mientras que las pérdidas lo disminuyen.

5. Presentación en los Estados Financieros:

  • El resultado contable se presenta en el estado de resultados o cuenta de pérdidas y ganancias, donde se detallan los ingresos, los gastos y el resultado neto.

6. Importancia para los Stakeholders:

  • El resultado contable es una medida crucial para los inversionistas, acreedores, gerencia y otros stakeholders. Indica la capacidad de la empresa para generar beneficios y su viabilidad financiera.

7. Ajustes y Regularizaciones:

  • Al calcular el resultado contable, se pueden realizar ajustes y regularizaciones para reflejar de manera precisa los ingresos y gastos del período, siguiendo principios contables como el principio de devengo.

8. Comparación con Ejercicios Anteriores:

  • La comparación del resultado contable con ejercicios anteriores proporciona información sobre la tendencia en el desempeño financiero de la empresa.

9. Divulgación y Notas a los Estados Financieros:

  • Se deben proporcionar notas a los estados financieros para explicar las políticas contables, las estimaciones y otros aspectos relacionados con la determinación del resultado contable.

10. Impuestos sobre el Resultado:

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- Los impuestos sobre el resultado también impactan el resultado contable

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